16 de noviembre de 2004

Mi destino según cuatro adivinos

¿Dicen mentiras los brujos? ¿Coinciden en sus pronósticos si uno los consulta por separado? Nuestra editora de especiales se puso en la tarea de averiguarlo en carne propia. Cuatro lecturas de un mismo futuro...

Por: Margarita Posada

Cuando estaba chiquita y mis hermanos me querían asustar, yo cantaba muy duro una canción que mi mamá me enseñó: Yo no creo ni en brujas ni en cocos, a mí no me asustan ni cogen de bobo. Pareció calar en mí, porque jamás he querido conocer mi destino, hasta este mes, en el que me he embarcado en la tarea de visitar varios brujos con la intención de reconfirmar lo que con tanto ahínco me enseñó la canción. El ejercicio no era engañarlos a ellos, sino ver qué tanto lo engañan a uno. Sin decir una sola mentira, salí a escuchar cuatro diagnósticos basados en mi identidad real. Aquí está el resultado.

"Retenga esos nombres"
Mi primera cita con el destino es Parques de Primavera, abajo de la carrera 30, pasando la 13. Los pasillos están oscuros. A lo lejos oigo perros ladrando desesperados. A medida que me acerco al 214 descubro que mi destino son los poodles histéricos. Tienen colitas en la coronilla. No paran de ladrar. "No van a parar hasta que las saludes" -dice Mónica. Saludo a los dos poodles hembra con desdén. Mónica Ospina tiene una bata blanca de laboratorio. Le pido que apague el incienso, soy alérgica. Empieza con un tono muy psíquico: "Pueden empezar a moverse los objetos o a suceder cosas raras". Me cuenta que es maestra de preescolar. Trae un vaso de agua y me regaña como si fuera uno de sus párvulos. "No la puede tocar".
"¿Soltera o casada?". Me frota una pomada en las manos. Después de la bendición debo repetir con ella una oración. "Fecha, edad, nombre". Parto, barajo. Por primera vez me advierte: "No se me cruce de pies ni de manos. ¿Tamos indecisas en tomar una decisión de trabajo? No deje que la tomen por usted" y repite: "No me cruce las manitas que me mata". Salen tres hombres. "¿Quién es Germán?". Mi tío. "¿Álvaro?". No conozco a ningún Álvaro. "¿Quién es Rodríguez?" -qué colombiano no conoce uno. "Fernando, Marina, Mariela, Carmen, Manuela, Esperanza". Parece que está esperando a pegarle a algún nombre. "¿Trances, papeles a nivel legal pendientes?". No. "Podemos llegar a tenerlos. ¿Qué significa papá?" -para quién no es importante el papá. "¿Murió?". No. "¿Está enfermo?". No. "Esta carta significa que va a tener un triunfo o inestabilidad a nivel salud, cualquiera de los dos" -cualquiera. "¿Tenemos proyectados viajes? Su hogar está en otro lado con un hombre mayor que no conoce". "Miguel, John, Marcos, Jaime, Alexander, Alejandro, Rosa, Rosalba, Elvira, o Elvia..." -lo suyo parece una verborrea de nombres. "Hablemos: ¿estamos solitas? Una persona del pasado nos lastimó" -le gusta conjugar en segunda personal del plural. "¿Hay alguien grave en su familia? Puede haber un fallecimiento o una hospitalización. Hablemos: el amor le marca de tres a nueve semanas. Hay posibilidad de trabajo nuevo, por intermedio de una persona casada. ¿Blanca, alguien de apellido Forero, Martínez, Bermúdez, Angarita, Diana, Carolina, Yolanda, Julio? Hablemos: el matrimonio no es para ya. No se me cruce por favor. Se va a separar. Va a tener de uno a tres hijos; hermanos, tiene de uno a cinco" -promedios obvios. "Me remonto: un espacio abierto, muchos carros, gente, usted estaba alejada. Hubo gritos. Tenía cinco o diez años. Un vestido blanco o rosado, ¿se cayó, se lastimó? Estuvo en el hospital". No, le contesto seria. No he estado en un hospital. "Cierre los ojos. ¿Qué se le perdió hace 15 días?". Nada. Más nombres, muchos. "¿Quién es Chiqui, Negro, Leonardo, Libardo, Leonel, Leonela, Myriam?". Ya ni le contesto. "Retenga esos nombres" -ha dicho como cincuenta. Y falta lo mejor. Se asombra. "¿Lo vio?". No. "Era una luz. Espere." -y hace como si le estuvieran hablando al oído. "Que ponga un vaso con agua debajo de la cama y duerma con ropa blanca". Prosigue. "No es alta, pelo en los hombros, blanca, pero tiende a broncearse. Le gusta mucho el negro y el azul". Aguanto la risa y le digo que no sé quién sea. "Pelo blanco. Alto, delgado pero no escuálido, bigote". Sin bigote es mi papá. "Va a tener una enfermedad repentina, larga y cansona o algo tajante en un año y tres meses. Usted viaja al exterior en los tres primeros meses del próximo año. Su hogar será estable" -hace un rato dijo que me separaba. "Gloria, Manuel, Manuela, Juana, Lina, Marcela, Mariza, Bibiana, Andrea, Marta, Beatriz, Jairo, Luis, Marco, Raúl...el apellido es rarísimo" -le digo que mi ex tiene un apellido raro. "Ese hombre tiene un carro gris y va a tener un problema con ese carro" -tiene una camioneta plateada, curiosamente. "Revise una foto en un vestido de baño de dos piezas con el pelo recogido y si le causa curiosidad me llama". Y para cerrar con broche de oro, el número para jugar el chance y la pregunta de rigor: "¿Ha tenido un aborto?". No. Le pago $30.000, porque dice que lo de $25.000, cuando hablamos por teléfono, era porque estaba en promoción.

Doctor Lecter Freud
Es una finca cerca de Guaymaral. Hace frío. Un gran portón verde se abre y me recibe Germán, el Alfred de su baticueva. Me lleva a una casa que tiene escaleras de mansión de novela gringa, tipo Dallas. Siento que estoy esperando a una tía abuela adinerada, pero en cambio entra un hombre con un bastón de madera con el puño de plata y el semblante del alcalde Garzón. Hablamos de la calefacción y del aire acondicionado. Dice que detesta el frío y habla de Nueva York y de Miami. Ve la energía a través del aura. La mía es verde oliva, el color preferido de Dios. Un alma vieja. Apasionada, muy malgeniada -cierto. "Inclusive cuando quiere a un hombre lo quiere como una mamá. Solo teniendo un hijo va a dejar de querer controlar a la gente". Para no tener que entrar en infidencias, basta con decir que este señor me habla de cosas que solo yo sé. Habla de mi papá y de lo que yo siento por él como si pudiera esculcarme. Luego me habla de mi mamá. Su tono grave y pausado me hace sentir como Clarice en El silencio de los inocentes, cuando visita a doctor Lecter, solo que no nos separan rejas. Dice que mi plexo solar tiene un escape de energía por una relación pasada. Le digo que tuve una relación de casi cuatro años. No. Que es otra más próxima, con un señor casado. Me quedo pálida -cómo puede saber que uno de mis ex es separado. "Con el otro fue una relación muy bonita, solo que usted quería ser su mamá. ¿Se lo encontró hace poco, no?" -una semana antes vi a mi ex novio, después de meses de no verlo. Me habla de la relación como si la hubiera vivido. "¿Quién es Marcela?" -pregunta sin titubear. Es la amiga de la que no me separo. "Jamás dude de ella, la quiere y la admira tanto como usted a ella" -curioso: hace poco menos de una semana dudé de ella por un pelmazo que salía conmigo y la llamó. "¿Hay un Alejandro en el trabajo?". Contesto que no conozco ningún Alejandro en el trabajo. "Usted tiene mucha creatividad. ¿Por qué no escribe?" -y sonríe irónicamente. "¿Ha hecho periodismo?" -y vuelve a sonreír irónicamente. Le digo que eso hago, muerta de risa, risa nerviosa. "En julio cumplió un ciclo de siete años de dedicarse al periodismo. Cuente del 96 para acá" -cómo hace para saber el año en que empecé a estudiar Comunicación. "Los siguientes siete van a ser tan diferentes que hasta creo que va a hacer un guión o algo así" -no le digo que escribí una novela, pero él me habla de "eso". "¿Había un viaje planeado que no se hizo?" -cuando salí del colegio me iba a París y no me fui. "El viaje habría cambiado todo". Pregunta por Cristina. Era mi cuñada. Dice que sigue siendo como hermana mía. Cree que es la ex esposa de un hermano mío, pero lo corrijo. Es la hermana de mi ex. Cambia de tema y me dice que yo he debido tener un hijo en el año 2000. Me pregunta si he abortado -eso me desinfla un poco. "¿Camilo? Hay dos" -uno es mi gran amigo de la universidad. El otro, no sé. Que del trabajo -recuerdo inmediatamente que quien me consiguió la cita fue un fotógrafo de la revista que se llama Camilo y eso me pone a dudar. Pregunta por Roberto. Es mi tío. Dice que lo aproveche, porque no tiene larga vida. Sigue con María, que es mi cuñada. Me dice que es una excelente mujer. Que va a llegar una niña a mi casa -si es por María no creo, porque mi hermano se hizo la vasectomía. Me pregunta si me gusta Alemania y dice que voy a ir allá. Que mi futuro no está en donde estoy trabajando. Tal vez mantenga nexos con la empresa, pero debo dedicarme a algo más individual. Vuelve a Alejandro. Me dice que haga memoria y entonces le digo que puede ser Alejandro Santos. Lo más fácil de averiguar en caso de que investiguen que trabajo en Publicaciones Semana, es el nombre del director de la revista del mismo nombre. Habla un rato del campo laboral. Pregunta que cómo está mi hermana -no tengo hermanas. "Su hermano de la mitad me cae bien, es más callado, pero más sensible. Usted dejó de ser hija de familia y luego volvió" -cierto. "¿Quién es Juana?" -mi amiga del alma. Dice cosas de ella muy ciertas. "Tiene buena salud, pero tiene que tener cuidado con el estómago. ¿Se acuerda de su abuela? La mamá de su mamá. Qué pesar que no la conoció porque eran igualitas, hasta físicamente" -mi mamá no se cansa de repetirlo. Hay muchos silencios. Él sigue mirándome fijamente. "Se me olvidaba preguntarle quién es Luis Carlos" -mi último ex novio. "¿Duraron algo así como 9 meses?" -creo que eso ya se lo mencioné yo. Luego me pregunta si me gustó, se para y se despide. Le pago los 500 mil a Germán y me voy con la cabeza echa un ocho.

"Vang a haber unos cambios"
Una Chimoltrufia, en pantaloneta y chanclas, me abre la puerta. Está pidiendo guascas a domicilio. Hay un poco de ropa en ganchos, tirada en un sofá. Después de media hora, entra una mujer bajita de piel trigueña y ojos amarillos. Gloria Landines se presenta y se disculpa con un ligero acento costeño. Me invita a subir a donde no se oiga el ruido de los obreros que están arreglando un problema de la tubería. "¿Te gusta el día?". Quedo desconcertada con la pregunta. Le digo que soy floja para madrugar y barajo el naipe. "¿Esperas a algún familiar hombre?". No. "Alguien está en evolución para aparecerse en tu casa. De esta semana no pasa". Golpea varias veces las cartas con la yema de los dedos, trazando diferentes líneas -me parece aleatoria la cosa. "En el trabajo hay dos hombres, de piel blanca" -el tema del color de la piel es determinante para ella. "No están ambientados. Sin embargo, vang a haber unos cambios y pueden favorecerte. ¿Qué documento estás sacando o tienes en mente sacar? Es algo como un papel o algo relacionado con un escrito". Me sorprendo un poco y antes de contestarle que una novela, la dejo hablar a ver si se desvía: visas, pasados judiciales, etc. Habla del pasado judicial, claro, pero después repite que es un escrito. "Está lista. Si está proyectada para publicarla con otras personas, puede haber pequeños impasses, pero todo se resuelve". Y recita: "Vang a haber alegrías, vang a haber buenas noticias, vang a haber unos cambios. ¿Has escrito cuentos para niños?". Jamás. Soy periodista. "Pues le cuento que usted todavía no ha pisado lo que es el éxito de lo que tú haces" -intercala el tuteo con el usteo magistralmente. "¿Tienes en estos momentos una relación sentimental?" -estoy comenzando. y ella repite al unísono como cuando uno trata de seguir la letra de una canción: ".tas comenzando. ¿Un hombre blanco?". Sí. "Acuerpado, tirando más a gruesito que a flaquito" -el personaje con el que estoy saliendo es más flaco que Adrian Brody. Dice que entonces el gruesito es del pasado y que aún están presentes él y otro hombre. "Tuviste un contratiempo con él. ¿Lo viste con alguien?". Sí. "Ahí no pasó nada, niña" -será creerle, pero ya solo importa que me haya hablado de eso. "¿En una relación duraste más de cuatro años?". Casi cuatro. "Después vino una que duró siete meses" -cierto. Trato de acordarme de lo que dijo Giraldo. Pregunto por el mundo laboral. Dice que el trabajo me crea momentos de inestabilidad -¿eso no le pasa a todo el mundo? Giraldo dijo que iba a cambiar de puesto. Ella asegura que no ve la salida. "Recibirá una llamada en las horas de la noche, va a ser sorpresiva" -¿qué llamada no sorprende en la noche?
Me habla de un hermano con un proyecto de trabajo que no está definido -hace una semana mi hermano anda buscando trabajo. "Es el segundo, el de la mitad" -es verdad. Me dice que va a viajar y que es casi de mi color -no sé cuál es el tema del color, pero mi hermano es una rana platanera. "Ah, entonces sí estamos hablando de la misma persona. ¿El otro es trigueñito?" -tampoco. "Tu papá debe chequearse la próstata" -cualquier hombre que tenga una hija de mi edad debe hacerlo. "Tu mamá estuvo enferma" -no. "Tuvo una pequeña cirugía hace seis años" -le sacaron la matriz hace diez. "Su papá es ingeniero, arquitecto" -no, es adminis. "trador de empresas" -termina ella. Que si tengo hermana: no. Habla de viajes y cambios, otra vez. Que si mi editora es de piel blanca. Ya le contesto con aburrimiento. "Ella te va a hacer unas correcciones" -claro, eso hacen los editores. Y como raro: "¿Perdió algún bebé?". No.
Que voy a hacer viajes constantes. Uno de tres días -vienen puentes ¿no? y otro más largo al exterior. Que el hombre con el que estoy saliendo me va a hacer proposiciones. Que me voy a casar más de una vez. Que me voy a establecer afuera, en Estados Unidos -Giraldo dijo que a Alemania o a París. "¿Estás en contra del matrimonio católico? No lo tienes marcado" -lo mismo dirá Fernando más adelante. "Vas a tener un hijo varón". Al preguntar por mi salud me dice que si estuve con gripa -¿hay derecho? "¿Tienes problemas con el estómago?". No -pero Giraldo mencionó lo mismo. "Vas a vivir mucho". Pregunto por mi amiga Marcela para comparar. "No es muy alta, de piel blanca, cabello castaño por los hombros" -la descripción es acertada. "No puedes confiar en ella" -pasó de la más leal a la más traidora. Pregunto por mi tío Roberto y me dice que va a vivir mucho -Giraldo dijo que no iba a estar mucho tiempo vivo. El resto son lugares comunes: que voy a salir de mi casa y mi mamá va estar un poco triste -qué mamá no se entristece cuando los hijos se van. Gloria me sonríe y me dice bebé al despedirse.

"Veo traguito en diciembre"
En el número 16 de la carrera 23 con 76, los sofás son de cuerina rosada drapeada. Tras pasar un tapete de plástico que dice welcome con la cara del gato Silvestre, Fernando -que tiene unos cincuenta y pico y lleva una sudadera con líneas fosforescentes a los lados- saca un naipe redondo y viejo de Drogas Caldas. Hace una oración al padre celestial. "Eres noble, marca bonita-suerte-triunfo-y-prosperidad. ¿Estás preocupada? ¿Has tenido problemas sentimentales?". No. "Vas a tener una pérdida o un robo en un mesesito. Mucho cuidado" -al fin qué: ¿no era sentimental? Y cómo que me cuide si dice que igual va a pasar. "Te marca un hombre moreno claro, ojos carmelitos, pelo castaño. ¿Es alto?". Sí. "Tiene buenos sentimientos. Te va a proponer matrimonio. Vale la pena. Te marca otra persona blanca de ojos claros, pelo castaño, igual de alto a ti". ¿Mi ex novio? -muchos se ajustan a una descripción así. "Sí. No ha podido olvidarte. Van a hablar en siete días y luego querrá volver contigo, pero lo vas a rechazar" -mi ex lleva mucho con su novia. "Te marca un luto en enero o febrero, de una mujer de 55 ó 60 años. No es tu mamá, es una tía que está enferma -mi tía tenía cáncer, pero los últimos exámenes salieron bien. "Hay un viaje el año entrante, fuera del país, en mayo, de vacaciones. Es largo". Como no hablo, continúa. "Algunos obstaculitos fáciles de resolver. Eres una mujer tranquila" -de tranquila no tengo un pelo. Me ve la cara de extrañeza y acomoda lo dicho. "Y eso que has cambiado, porque eras más acelerada". Vuelve a tirar las cartas. "Veo unos traguitos en diciembre" -el mes de las celebraciones, por supuesto. "Tuviste una desilusión amorosa. Te marcan dos personas. Una trigueña no alta, no bajita. Ojos negros, pelo negro" -puede ser cualquiera. "¿Un ex que tuviste hace tiempo?". No, hace poco. "Eso, hace poco. Al principio se portó bien, después todo cambió. ¿Era casado?". Sí. "Acá aparece que ellos volvieron y que ella lo buscaba mucho" -la ex de mi ex jamás lo buscó y hasta donde sé no están juntos. "¿Tienes un niño?". No. "¿No tuviste un aborto? Marca un embarazo con un aborto, posiblemente para marzo o abril del año entrante. En mayo o junio vas a conocer una persona de 35 ó 37 años, blanco, de ojos claros, más bien monito. Te vas a enamorar. Marcan viajecitos con él. Es de acá. Pueden hasta casarse, pero no por lo católico. Esa persona te la recomiendo, es muy educada y te puede fluir bastante dinero" -me vio cara de interesada. "El romance va a ser corto, pero si llegas a casarte no sufres por lo económico. Vas a tener un varoncito primero y después la niña, seguiditos, en dos o tres años" -Gloria dijo que uno. "Te vas a separar de tu trabajo y vas a trabajar en algo independiente -habla de un negocio, nunca de la novela. Dice que estoy estable en el trabajo , pero hace cinco segundos dijo que me iba. Luego las palabras que me tienen mareada ya: "Suerte bonita. Truinfo. Marca cambios".
"¿Tu mamá es blanquita, gordita?". Ninguna de las dos. "Tiene larga vida y va a sufrir de tensión alta" -ya sufre de tensión alta. "¿Un hermano?". Dos. "A uno le marca un cambio de empleo" -cierto. "Vas a vivir fuera de Colombia después" -coincide con todos los demás. Antes de acabar le pregunto por mi tío Roberto. "Tiene buena salud" -Giraldo dijo que no duraba mucho. "Le marcan negocitos" -pero si se jubiló.
Es martes 26 de octubre. Miro el horóscopo del día para Capricornio en varios periódicos. Todos dicen algo diferente. ¿El futuro depende de la prensa que uno lee? Hasta aquí mi búsqueda del destino. Cuatro lugares fueron suficientes para comprobar que nada está escrito y, si lo está, hay mucha gente en este negocio que no lo ve y en cambio sabe hilar muy fino y conversar. Es más bien una habilidad sicológica en la que los hechos comunes de una vida cualquiera se acomodan a un esquema personal. Y a partir de la información que uno va dando, los gestos y hasta la mirada, ellos van determinando cuáles son las cosas con las que uno se inquieta o se impresiona. Vuelvo a cantar mi canción, a pesar del dicho "de que las hay, las hay": Yo no creo ni en brujas ni en cocos, a mí no me asustan ni cogen de bobo. La vida de cualquier ser humano está hecha a punta de familia, de viajes, de nacimientos, de muertes, de triunfos, de cambios, de derrotas. El futuro está a la vuelta de la esquina.