23 de octubre de 2002

Beba aunque le pese

Algunos beben para olvidar pero todos los hombres bebemos, aunque no lo queramos, para engordar. Consejos prácticos para empinar el codo sin poner en riesgo la figura.

Decir que hay tragos light es mentir o, al menos, mentirse. Por su alto contenido calórico, el alcohol es el primer elemento de la dieta que los nutricionistas suprimen: una pena. El proceso del que generalmente se obtiene, la destilación o la fermentación, utiliza todos los azúcares de los componentes para luego convertirlos en alcohol (hablamos de cebada, malta, papa o caña de azúcar). Con este panorama tan dulce para el alma pero amargo para las formas, lo mejor es dejar de tomar o, en su defecto, aprender a tomar inteligentemente. Olvídese de lo primero, concéntrese en lo segundo. Lo primero a la hora de racionalizar el consumo de alcohol es olvidarse de los cocteles porque generalmente combinan varios tragos, tienen mucha azúcar y se sirven en medidas muy generosas. En esos términos es preferible tomar los tragos puros. Hay que dejar a un lado los tragos dulces (nada de licores), optar por aquellos que sean secos y que se consuman en dosis pequeñas. Además, es mejor que sean de bajo contenido alcohólico. De todos modos, por más que lo intente no se preocupe porque hoy en día hasta una pálida lechuga engorda. Ya sabe que siempre existirán los gimnasios a la vuelta de la casa, el sexo tántrico y las frutas tropicales. Y también, los tragos aliados. Anote:

Jerez
Calorías por copa: 95.
Es seco, fuerte, se toma en copas pequeñas y su proceso de fermentación es similar al del vino antes de ser fortificado. Si lo toma, procure que sea fino, es decir, el más seco de todos.
   
Whisky
Calorías por trago: 75.
El whisky es más recomendable que el bourbon (whisky americano tipo Jack Daniels) mientras se tome puro y en pocas cantidades. El bourbon es más pesado, más dulce y obedece a un proceso de fabricación distinto que significa calorías de más. A pesar de que proviene de la malta y la cebada, un vaso tímido de buen scotch (no doble) puede ser lo mejor y, además, favorece la presión arterial.
   
Vino tinto
Calorías por copa: 115
Los nutricionistas suprimen todo tipo de alcohol con las dietas pero dejan a discreción del paciente tomarse una copa de vino de cuando en vez. Son uvas y su proceso es más natural. Una copa puede tener en promedio 115 calorías y es ideal para la salud. Preferible el tinto que el blanco al ser este último ligeramente más dulcetón.
   
Cerveza light
Calorías por vaso: 90.
Los regímenes taoístas recomiendan una cerveza después de las comidas porque ayuda a la digestión al estimular la secreción de enzimas que aceleran el metabolismo. Doce onzas de cerveza normal tienen 150 calorías, mientras que la versión light puede tener 90. No se recomienda si se quiere tener un abdomen liso. Un vasito es más que suficiente.