8 de diciembre de 2009

Un recorrido por Boyacá

A pocos días de terminar su travesía en moto, los viajeros Honda recorren parte de Boyacá para dormir en Villa de Leyva.

Ya estamos a punto de terminar nuestro recorrido por Colombia, ya se sienten los 12 días de recorrido: la espalda, las nalgas y en general el cuerpo está dando algunos signos de cansancio.

Salimos de Bogotá a la 1:30, pasamos por Ubaté comimos donde no podía faltar la parada a comer el queso típico de la región y continuamos. La carretera estaba perfecta, el clima era ideal para montar en moto, hacia un sol permanente y había solo un par de nubes. Llegamos a Ráquira, un pueblo muy conocido en Boyacá por sus artesanías y sus casas, entramos a un almacén donde vendían de todo, compré una hamaca blanca que siempre había querido comprar pero no lo había encontrado. Ese pueblo fue fundado hace 430 años según nos contó María del Carmen, una señora vendedora de una de las tantas tiendas del pueblo.

Ráquira tiene algo mágico, todas sus casas están pintadas de colores vivos, aunque cada una tiene un color distinto, tienen colgando hamacas y ruanas en puertas lo que hace ver al pueblo muy simétrico.

Después de hacer las compras continuamos rumbo a Sutamarchán, un pueblo conocido como la Capital mundial de la longaniza. Llegamos, paramos en el primer parador que vimos y pedimos una prueba. ¡Qué delicia de comida! Para los que no saben, la longaniza se hace con el intestino delgado del cerdo y se rellena con carne de cerdo, después se cocina y listo para comer.

Continuamos para Villa de Leyva, que queda a 20 minutos de este pueblo de longaniza. Entramos y empezamos a buscar hotel…una tarea difícil ya que todo estaba lleno. Dimos un par de vueltas alrededor de la plaza principal pero nada de nada. Al fin llegamos a un hostalito muy sencillo, entré y vi la única habitación que había, sin mentirles tiene 2x2 de tamaño, demasiado pequeña!, pero como no había más, tocó. Llamé a Daniel y metimos las motos, tocaba bajarlas por un escalón de unos 30 cm y por una puerta de unos 90 cm…hicimos lo que se pudo y nos acomodamos. Sin duda la incomodidad hace parte de los viajes, lo mismo que probar cosas nuevas y diferentes. En este momento estoy en mi pedacito de mi cuarto. Ahora queremos salir a ver los juegos pirotécnicos.

Mañana les contaremos más detalles.