6 de mayo de 2004

El negro, ese gran color

La prueba es muy sencilla. Aproveche usted una reunión de amigos y ponga a sonar The soul sessions de Joss Stone y pregúnteles cómo se la imaginan. Si quieren apostar, cójales la caña porque ganará todo cuando ellos digan que Stone se parece a Dionne Warwick o Queen Latifah.
Usted habrá engañado a todos sus amigos, pero es bueno que haga el jueguito rápido, porque con cada día que pasa Stone se vuelve más famosa. Ella es el dálmata sin manchas, la 'novedad de feria' de la industria discográfica. Una freak sonora que vale su peso (la tercera parte del de Queen Latifah) en oro. Joscelyn Eve Stoker, es inglesa, tiene 17 años y todo el mundo esperaba que su primer álbum la pusiera de tú a tú con Britney Spears o alguna Spice Girl jubilosamente jubilada, pero no, ella eligió aprovechar su garganta privilegiada y grabar The soul sessions, una colección de clásicos de Aretha Franklin, Carla Thomas y los Isley Brothers. Y a ellos agregó Fell in love with a boy, una versión muy personal de Fell in love with a woman, de los White Stripes, que le sirvió para penetrar en el mundillo de los canales tipo MTV.
The soul sessions es todo lo entretenido que uno pueda imaginarse, pero lo importante es saber cómo será el siguiente álbum de la Stone. ¿Eligirá más piezas del repertorio negro y estará en camino de convertirse en una competente recicladora de pasado? ¿Se dedicará al pop y alterará un poco la voz para nivelarse por lo bajo y convertirse en Joss Spears? ¿Demostrará espíritu y terquedad, seleccionará un catálogo de novedades nada livianas, y las interpretará como la negra que es no siéndolo?
Lo sabremos muy pronto. Hagan sus apuestas.