18 de abril de 2002

En la vena del gusto

¿Están equivocados quienes creen que la costumbre de beber se lleva en las venas? Descubra qué tanto hay de cierto en una creencia popular que hoy se mueve en los terrenos de la ciencia. Tómeselo con calma.

Los licores, el té, el café e incluso el buen chocolate son bebidas todo lo deliciosas que usted quiera, pero generan adicción y por ello hay quien las mira con cierto recelo y mucha prudencia. En el caso del trago, como gentilmente nos lo recuerdan las etiquetas de las botellas, el alcohol que se toma en demasía es perjudicial para la salud. Otro detalle: junto con grasas, tartas y golosinas, los licores son el alimento (¿alimento?) que más engorda dado su generoso contenido calórico.

Los griegos le conferían al vino poderes curativos excepcionales; los escoceses creen que el whisky es bueno para el corazón; los rusos toman vodka como jarabe curativo (incluso para atender los males del alma) y no falta el médico que, con un pie en la ciencia y otro en la tradición, recomienda el brandy para tratar la hipotermia. Recientes investigaciones, y no simples especulaciones, han dejado en evidencia las bondades del vino tinto en ciertas personas. Y, contrario a lo que se murmura tras bambalinas, aún no se ha logrado establecer vínculo alguno entre el alcohol y la impotencia; brindemos por ello. Pero quizás uno de los puntos clave sobre el tema recurrente de las bondades y peligros del alcohol (sin olvidar lo de la virilidad) es la teoría muy seria de que ciertos preparados manifiestan sus efectos claramente frente a los diferentes tipos sanguíneos. SoHo ofrece una breve guía sobre el tema, tan breve que puede uno bebérsela de un sorbo.

Sangre tipo A
El vino tinto es muy recomendable para las personas de este tipo, debido a sus efectos cardiovasculares positivos. Se cree que una copa todos los días (¡una, una!) disminuye el riesgo de afecciones cardíacas. Los demás tragos se deberían evitar porque no son apropiados para el sistema digestivo y no estimulan el sistema inmune. Mala suerte.

• Muy beneficiosos: vino tinto.
• Neutrales: vino blanco.
• No aconsejables: cerveza, aguardiente, vodka, ron, ginebra y whisky.

Sangre tipo B
El vino no representa un daño real, pero tampoco es benéfico. Como su eficiencia metabólica no es la mejor, y es fácil desequilibrar el sistema, la meta para las personas de este tipo es no permanecer en un estado neutral sino superarlo para sentirse más vitales. Por ello, es bueno evitar los licores destilados.

• Muy beneficiosos: ninguno.
• Neutrales: vino blanco o tinto y cerveza.
• No aconsejables: licores destilados como el vodka, la ginebra o el whisky.

Sangre tipo O
La mayoría de los licores son malos para estas personas porque no estimulan de manera adecuada el sistema inmune, no ayudan a licuar la sangre y, está comprobado, aumentan los niveles de ácido gástrico en el cuerpo. La cerveza es admisible con moderación, aunque favorezca la triste “pipa del cervecero”.

• Muy beneficiosos: ninguno.
• Neutrales: cerveza y vinos.
• No aconsejables: vodka, ginebra, whisky, aguardiente y ron.