23 de abril de 2013

Intrucciones Izquierda

Instrucciones para levantarse a una gomela

Nunca he sido muy tigre que digamos. No me quejo, pero así galán, galán, no.

Por: Santiago Rivas
"No olvide que si no hay química nada de esto funcionará, pero nada pierde con intentarlo." Santiago Rivas

Habiendo dejado claro esto, he acá algunas técnicas que se me ocurren para que a una persona de izquierda, como yo, se le facilite conquistar a esos raros especímenes de cara bonita, cuerpo perfecto, que cargan consigo el cerebro de Alejandro Ordóñez o circunvecinos. No olvide que si no hay química nada de esto funcionará, pero nada pierde con intentarlo.

(Instrucciones para levantarse a una mamerta)

1. No se tome tan en serio

El humor es el lubricante universal. Es un defecto fatal de la derecha en el mundo su dificultad para reírse, pero ante todo su incapacidad legendaria para burlarse de sí mismos. Eche mano de todo lo que pueda para hacerla reír, y si lo logra, seguro no tiene que leerse el resto del artículo.

2. Vístase bien, compañero

Amigo de las ideologías libertarias: no va a llegar a ningún lado vestido como el estereotipo de la desunida izquierda. No sea un cliché. No se trata de que se disfrace de niño bien, nada de eso. Simplemente busque una forma de verse que no denote que a usted le importa un bledo su apariencia. Por supuesto, están prohibidos los sacos de lana virgen con su consabido olor a olla comunitaria, pero esos ya ni los izquierdistas los usamos.

3. Abajo la monarquía

O mejor dicho, bájeles la caña. No estoy diciendo que dispare a matar o a acabar con la autoestima de la susodicha, simplemente que le haga entender que ser una niña mimada no es el culmen de la evolución humana y que en cambio a usted le parece que detrás de eso se esconde una mujer fuerte, autónoma y capaz de grandes cosas; si todo esto es verdad, tanto mejor. Recuerde que para esto se requiere de mucho tacto. Si no encuentra una manera sutil y elegante de decirlo, no diga nada.

(Lo que me gusta de la Izquierda)

4. Pasión revolucionaria

La razón por la cual el Che Guevara es el Juan Valdez del comunismo, un ícono que gusta a todo el mundo, aprovechado por los capitalistas, los comunistas y los socialdemócratas por igual, admirado por los jóvenes y codiciado en su momento por las mujeres, es porque se trataba de un hombre apasionado. Era un mal político y en poco tiempo se convirtió en un ejecutor despiadado de la justicia revolucionaria; poco se bañaba, me imagino, y exasperó por igual a su amigo Fidel y al soviético Kruschev, que aunó esfuerzos con los gringos para darle mate en la selva de Bolivia. Pero su corazón a toda prueba bastó para que todo el mundo lo quiera en sus afiches, con el escudo de su equipo o el nombre de su banda de rock. Pero no se sobreactúe. No se convierta en un mamerto recalcitrante, porque eso solo produce en ellas ganas de mandarle a uno a la CIA y la KGB al tiempo, y no es la idea.

5. Déjelas hablar

Esta no tengo que explicarla, pero no sobra recordárselo, no en vano la fama de gente loruda que tenemos los izquierdistas.

6. Pequeños aburguesamientos

Es posible que a usted le parezcan pendejadas, pero nunca sobra disfrutar la vida. La comida, el trago, la ropa, todas las manifestaciones de la belleza y los objetos de placer es importante tenerlos en cuenta, siendo que en este caso, el placer es el fin último, el gran sancocho de la sabana en la que se difuminan las fronteras entre las doctrinas, compañero. Es decir, de ninguna manera se pegue de los tragos y las comidas icónicas de la repetitiva izquierda, que son el vino caliente, el canelazo y cualquier cosa de comer.

Por último, recuerde que estas técnicas sirven también con mujeres de izquierda. Las féminas que estén dispuestas a salir con usted a pesar de su apariencia descuidada, su lora incesante, su pedantería moral y su desprecio por todo lo terreno, no lo hacen por amor a usted, sino por falta de amor propio. Recuerde también, si tiene éxito, que no tiene ninguna gracia ser como es y levantarse una princesita de derechas, si luego se va a convertir en un asqueroso yuppie, pero allá usted.


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