14 de mayo de 2008

La divina providencia

Que el sol, la arena, el mar y la rumba son clave para unas vacaciones ideales es una verdad a pulso. Pero si usted logra tener todo lo anterior, pero además una buena dosis de calma y naturaleza, usted está cerca del cielo, está en Providencia.

Desde el avión que sale de San Andrés, Providencia se parece a la isla de la serie Lost. Luce inhóspita, con montañas que acompañan las hermosas playas que a su vez colindan con un mar al que llaman "de los siete colores".

En esta isla, enclavada en el caribe colombiano, las actividades están a la orden del día. Si le aguanta la energía, usted le puede dar la vuelta a la isla, conocer la mítica Cabeza de Morgan, tomarse un cocoloco en Cayo Cangrejo, almorzar cerca al Puente de los Enamorados, bajar la prenda subiendo el Peak (la montaña más alta de la isla) y después terminar la tarde haciendo buceo. Puede pasar la noche de rumba en algún bar típico donde los isleños lo harán sentir como en casa.

La infraestructura hotelera hoy es uno de los fuertes de Providencia. La cadena Decameron administra una serie de hoteles que van acorde a la arquitectura y filosofía del lugar. Simplemente a usted no le dolerá una muela.

Así es Providencia hoy, aquí se respira la tranquilidad de bosques y litorales que le ha merecido el título de "Reserva Mundial de la Biosfera" otorgado por la Unesco y en donde usted, por un costo no muy alto, puede sentirse muy cerca del paraíso.