Les Luthiers en ocho escenas

2. La tanda (1980): Tal vez quien más haya reflexionado sobre la música para televisión sea el compositor Pierre Per Spitzner, autor del libro titulado La corchea y el orticón, interacción y propuesta. A dicho libro pertenece la célebre frase que dice “de cada diez personas que ven televisión, cinco... son la mitad”. 

3. El lago encantado (1983): Todos vuelven a su lugar. Se va a representar el otro final del ballet El lago encantado. Desde el peñasco vuelven algunas doncellas despeinadas, con las ropas en desorden y sonriendo con placidez. Las doncellas que quedan… mejor dicho, las que quedan doncellas forman fila a la vera del peñasco. 

4. El acto en Banania (Marchas oficiales, 1989): De no ser por nuestra acción de gobierno pacientemente desarrollada en estos últimos 49 años nuestras calles estarían hoy llenas de pornografía, de corrupción, de violencia… de gente. Me duele que se piense que el nuestro es un gobierno autoritario. Que no se piense eso… es una orden. 

5. El sendero de Warren Sánchez (Salmos sectarios, 1989): Yo era un infeliz, vivía amargado, vivía sufriendo, no duraba en ningún empleo, tenía seborrea. Mi pobre mujer vivía quejándose, mis hijos me reclamaban más atención. Hasta que un día un amigo me prestó el disco de Warren Sánchez, Buscando el sendero, y desde ese día mi vida cambió: dejé de sufrir, dejé de amargarme, dejé de trabajar, dejé a mi mujer, dejé a mis hijos… 

6. El negro quiere bailar (Pas de merengue, 1999): —Yo no podía comprenderlo de ninguna manera, querido colega, porque usted lo pronuncia de manera incorrecta: la musa de la danza es Terpsícores. —¿Cómo va ser Terpsícores si es una sola? O a usted sus amigos le dicen “hola, ¿cómo te va, Albertos”. Es una, Terpsícore. —Mis amigos me dicen Luis. También es uno Aristóteles, Eurípides, Arquímedes, Platóns, albóndigas, platóns de albóndigas.

7. La comisión (Himnovaciones, 1998): Ya no existe la Unión Soviética, ya cayó el muro de Berlín, tantos haciendo callar a todos al final hasta que el muro se cayó.

8. Pasión bucólica (Vals geriátrico, 2009): —Lo que pasa es que soy muy inseguro, doctor, a veces odio las cosas que compongo. —Bueno, eso es lógico. —¿Cómo que lógico? —No, no: digo que a muchos compositores les pasa lo mismo. —¿Muchos compositores odian las cosas que componen? —No, odian lo que usted compone. 

La banda humorística Les Luthiers es incapaz de hacer una tontería, pero, después de Los premios Mastropiero, un espectáculo por debajo del promedio dentro de una obra con el promedio tan alto, Lutherapia, el recital que se consigue en DVD hace ya algunos meses, se convierte en la enésima prueba de su genio. Una vez más, la relación cómica entre ‘el serio’ Marcos Mundstock y ‘el tonto’ Daniel Rabinovich se convierte en el eje conductor de la obra: el psiquiatra Mundstock trata de calmar las ansiedades que sufre el paciente Rabinovich mientras “esta tesis sobre la influencia de la semiología estructuralista musicológica en las obras de Mastropiero me destruye”. Rabinovich no está bien: “Estoy estropeado por Mastropiero: estoy mastropiado”; “he caído nuevamente en la bebida y se me ha mojado la ropa”; “mi chica me ha abandonado abruptamente porque no soporta que me enferme cada vez que me abandona abruptamente”. Y, para sacarlo del abismo, Mundstock lo llena de edificantes ejemplos musicales: el vals geriátrico Pasión bucólica, la marcha prenupcial Las Bodas del Rey Pólipo y el tarareo conceptual Aria agraria son de antología.