Palinuro, la librería más entrañable de Medellín, acaba de cumplir nueve años. Está ubicada en un local estrecho, de 40 metros cuadrados, en el centro de la capital antioqueña. “Es un apartado postal con baño”, dice afable Luis Alberto Arango, el Maraquero, librero y socio fundador de este lugar, en el que los bibliófilos se sienten a sus anchas entre 7000 libros arremolinados en anaqueles y estantes de madera, presididos por un gigantesco afiche de Jorge Luis Borges. La librería es una quijotada impulsada desde el inicio por cuatro amigos lectores: Arango, el escritor Héctor Abad, el caricaturista Elkin Obregón y el actor Sergio Valencia. Su nombre alude del piloto del barco de Eneas, el protagonista de La Eneida, y a la novela Palinuro de México, de Fernando del Paso. Este autor, al enterarse de la existencia de la librería, envió un ejemplar autografiado como regalo. El libro es uno de los tesoros de Palinuro pero no hace parte del inventario, conformado por obras antiguas, leídas y usadas, provenientes de anticuarios o vetustas bibliotecas familiares. El Maraquero recomienda, de las joyas que tiene para la venta: Principios de derecho de gentes, de Andrés Bello; los dos tomos del Cursillo de historia de Colombia, de Argos; la compilación de novela picaresca española y cualquiera de las ediciones de las novelas de Stefan Zweig o Charles Dickens.
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Una hermosa doncella
Joyce Carol Oates
Alfaguara, 213 páginas
La obra más reciente de esta reconocida escritora estadounidense es una novela inquietante y perturbadora. Cuenta la sinuosa relación que se desarrolla entre Katya Spivak, una joven de 16 años, de clase media, normal para los parámetros de esta época —no muy loca pero tampoco inocente— con Marcus Kidder, un escritor y dibujante con sesenta años a cuestas que confiesa, “la belleza es mi debilidad”.
Posar desnuda en La Habana
Wendy Guerra
Alfaguara, 202 páginas
En su novela más reciente, la cubana Wendy Guerra, colaboradora habitual de SoHo, escribe sobre una mujer con la que se siente identificada: Anaïs Nin. En un poco más de 200 páginas, en las que intercala partes del diario de esta, intenta responder una pregunta: “¿Anaïs fue bígama, incestuosa, mitómana, adúltera, creativa, talentosa, ninfómana, bisexual, transgresora, enigmática, encantadora?”.
¿Quién mató al Joe?
Mauricio Silva
Grijalbo, 128 páginas
El autor de El centurión de la noche, la biografía del Joe Arroyo, cuenta en esta crónica cómo fueron los últimos años del cantante y compositor: su adicción al bazuco, la relación con Jaqueline Ramón y con Luis Ojeda, su esposa y representante, respectivamente, hasta el día de su muerte. La obra comienza con un revelador diálogo entre el Joe y el pianista Chelito de Castro, en el que el primero le dice a su amigo: “Me quiero morir, mi hermano, ¡me quiero morir!”.
Cien poemas colombianos
Selección de Juan Felipe Robledo y Catalina González Restrepo
Luna libros, 205 páginas
Qué bueno ver que en medio de la avalancha tecnológica que se vive hoy, de blogs flojos, de twitteros que juegan a inventarse escolios, y de tantas cosas que distraen las lecturas buenas, salga a la luz una antología de poemas colombianos. Desde Juan de Castellanos hasta Luis Fernando Afanador, una revisión de versos de todas las épocas. Una edición que vale la pena disfrutar.