19 de agosto de 2009
Entretenimiento
El vikingo de NYC
Por las calles de Nueva York se paseaba un vikingo tocando música y recitando poemas y cuentos propios. Usted seguro habrá oído algunas de sus canciones y ritmos anteriormente; si no lo ha hecho, qué día mejor que el décimo aniversario de su fallecimiento para empezar a oírlo.
Louis Thomas Hardin nació el 26 de mayo de 1916 en el seno de una familia muy religiosa en Marysville, Kansas donde desde temprana edad sintió pasión por la música y lograba hacer sus propias canciones con instrumentos que inventaba. Le encantaba tocar los tambores y la batería –inclusive una vez pudo tocar unos tambores de una tribu indígena nativa estadounidense cuando su papá lo llevó a conocer al jefe de esta- pero a los 16 años sufrió un accidente que lo dejaría ciego. La pérdida de la vista aumentó su perspicacia auditiva, y poco a poco entrenó su oído musicalmente, mientras estudiaba en la Escuela para Ciegos de Iowa, donde algunos libros en braille lo instruyeron igualmente. En 1942 se mudó a Nueva York y conoció a músicos y compositores de la talla de Bernstein, Toscanini y Charlie Parker quienes lo influenciaron con su ritmos rápidos y alegres al interpretar sus canciones. Su barba y su pelo crecieron cada vez más, y junto con los atuendos que usaba (y que él mismo confeccionaba -que incluían un casco con cuernos-), Hardin parecía un Vikingo que transitaba las calles de la Gran manzana recitando poemas y tocando varios instrumentos a cambio de algunas monedas. Estaba tan enamorado de las calles que decidió mudarse a vivir en ellas, viviendo en todas partes y en ningún lado a la vez y Hardin pasó a ser más conocido como Moondog, “el perro luna” –o lunático-. Inspirado en los sonidos urbanos inventó varios instrumentos como la Trimba y el Oo; compuso varios temas durante la década de los 50´s e incluso grabó un disco infantil con ayuda de la actriz Julie Andrews. En 1969 grabó un álbum con Columbia Records de donde se rescatan famosas canciones como Stampin Ground y Bird´s Lament. Murió hace 10 años en Munster, Alemania, a la edad de 83 años y sin embargo sus canciones siguen vivas gracias a músicos que han tomado partes de sus canciones y dándoles un giro producen ritmos contemporáneos con la marca sempiterna de Moondog.
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