18 de agosto de 2004

No me llames Dolores, llámame Lola

Siéntese en la barra y pase la noche viendo mujeres bailando cerca, muy cerca. Oiga funk, house y salsita de la buena. Vaya al jardín. Vuelva a la barra. Consígase una lolita. Aquí están todas.

Gracias a Dios hay gente que se está atreviendo a abrir nuevas opciones de rumba en Bogotá, porque por más éxito que tenga un sitio, uno a veces también quiere ver cosas nuevas. Lola es uno de ellos y tiene ventajas, por qué no decirlo. Solo se necesita tener buen gusto para la música y muy buena actitud en la rumba. Aquí ponen un cross over selectivo. No le va a resultar por nada del mundo un techno merengue bien patético, pero sí un 'jardinero' de Wilfrido Vargas. Y si ponen flamenco, no ponen la canción trillada y vieja de Gypsy Kings, sino la última. Hasta hay pie para rematar con un buen In the name of love de U2. Entre tanto y tanto ponen funk, house, salsa de la vieja y también electrónica en dosis adecuadas.
Es un sitio diseñado para impresionar. Al mejor estilo setentero, John Galeano (no el diseñador de modas, sino el arquitecto de la firma Strazza) logró un mood haga de cuenta Austin Powers, lleno de líneas sicodélicas y monocromáticas (magenta, naranja, fucsia) en el que las paredes tienen los mismos acabados de un 'sin fin' de estudio de fotografía. Uno se siente transportado. Los espacios son amplios, las alturas dejan respirar y hay un gran jardín al que se puede salir a tomar aire (¿le suena diferente a algo específico?) y aquí llegamos al punto crucial del asunto: las Lolitas y la barra. No es una barra cualquiera. Está a desnivel, pero más bajita, así que uno puede sentarse en ella y pararse a bailar (y se ve a las Lolitas mostrando sus atributos y entregándole a uno el trago desde abajo, como si uno fuera más 'grande').
Otra cosa más: aquí no hay VIP. El sitio completo es VIP. Simplemente hay un espacio que es más tranquilo y que después se integra abriendo las cortinas. Es más o menos la fiesta que uno quiere armar en su casa, pero en un sitio muy bien diseñado en donde cada trago se lo venden en botellitas personalizadas, como las de avión y en donde los precios hacen que la fiesta aguante hasta altas horas de la noche.

LOLA
Trago recomendado: No hay cocteles especiales. Tome lo que le gusta.
Precios: Botellas desde $40.000 (US$15) hasta $170.000 (US$65) y Tragos: $5.000 (US$2) y $12.000 (US$5)
Cover: $10.000 (US$4)
Dirección: CRA.15 #93-37
TEL.: 616 3103