11 de mayo de 2012

¡Un regalo, un dolor!

Ustedes los hombres la tienen fácil cuando nos quieren dar un regalo: desde un perfume hasta unas flores los dejan siempre como príncipes. Las mujeres o nos complicamos más, o no sabemos leerlos y damos ‘malos’ regalos.

Por: Marcela Alarcón @marcelaalarcon
¡Un regalo, un dolor! | Foto: ¡Un regalo, un dolor!

Ustedes los hombres la tienen fácil cuando nos quieren dar un regalo: desde un perfume hasta unas flores los dejan siempre como príncipes. Las mujeres o nos complicamos más, o no sabemos leerlos y damos ‘malos’ regalos. Esta es la historia de Sandra, una hermosa universitaria que enamorada de un personaje quiso demostrarle lo mucho que lo quería. Decidió regalar un reloj de doscientos dólares pensando en él y que lo haría muy feliz.
Pero ella no contaba con que a él no le gustaría y no vio mejor opción que regalárselo... a otra. Con tan mala suerte que ese detalle enamoró a una y decepcionó a Sandra.
Sé que muchas veces no damos con el regalo perfecto. Por ejemplo, a mi exnovio le regalé una osita que hubiera hecho más feliz a mi primita de cuatro años. Pero en esos casos, recomiendo la sutileza, la sonrisa y tiempo. Cuando su novia le entregue un regalo y no le guste, sea políticamente correcto, utilice expresiones como: “Oye, está muy lindo”, “jamás esperé esto”, “¿cómo lo conseguiste?", ¿dónde lo compraste?”. Si ella pregunta: “¿Te gusta?”, usted responda: “¡Mucho!”. Y sonría.
Luego espere una semana, es clave que sea una semana por la garantía, y esos asuntos que se salen de nuestro alcance. Y dígale: “Mi amor, ¿te acuerdas del regalo que me diste? Oye, tengo mucha rabia porque mira que no me queda, ¿podemos ir a cambiarlo?".
También puede usar esta: “Mira que el reloj que me diste me encantó. Podríamos ir al almacén a ver otras opciones que combinen mejor con mis vestidos, pero que sean de la misma línea, ¿te parece?”.
Es necesario que utilice estas frases, porque si yo le contara el amor y dedicación que le ponemos al comprar un regalo, usted no lo creería. ?Para que se haga una idea, nos gastamos mas tiempo buscando para ustedes que comprando zapatos. ?Yo una vez caminé malls, calles, almacenes, buscando el regalo perfecto para él... y lo peor, aún lo conservo porque finalmente todo se acabó y no tuve oportunidad de entregarlo. Cada vez que veo ese objeto me acuerdo del tiempo y el amor que me tomó buscarlo. Si no le gusta un regalo, tranquilo, puede decirlo, pero, por favor, no se le ocurra regalárselo a otra, no usarlo o venderlo sin que su pareja sepa. El regalo es suyo y usted hace lo que quiera con él, pero el sentimiento es de ella y usted no puede herirla por algo tan sencillo como es hablar.