10 de septiembre de 2007

Humor

Cómo sería... Si los hombres quedaran embarazados

La periodista María Jimena Duzán imagina cuánto cambiaría el mundo si los hombres también quedaran embarazados.

Por: María Jimena Duzán
| Foto: Matador

Si los hombres pudieran procrear como lo hacemos nosotras, se habría legalizado el aborto desde hacía rato. En una sociedad patriarcal como la que nos ha tocado vivir,  hubiera sido un acto contra natura negarles a los hombres el derecho a decidir en esta materia, como todavía se nos niega a las mujeres en varios países donde ni siquiera ha sido aprobada la despenalización del aborto en los casos donde la vida de la madre o del feto esté en peligro.

(Cómo sería... Si los hombres tuvieran tetas)

Desde luego, ningún cura hubiera tenido el arresto de exigirles a los hombres —como aún se nos exige a las mujeres desde la doctrina de la Iglesia— que su cuerpo, como obra de Dios que es, solo puede ser utilizado para un fin supremo: el de procrear. Semejante aproximación los hubiera herido en su orgullo de conquistadores y de adorables fornicadores. Una cosa es que la Iglesia les prohíba a sus mujeres fornicar —cosa que muchos ven con buenos ojos—, y otra muy distinta, es que tal prohibición recaiga sobre ellos. Obviamente, el tema del condón lo tendríamos superado hace rato y no andaríamos todavía en la pelea de si su utilización es o no un pecado. Los condones se estarían vendiendo hace rato en los colegios al lado de los cariocas.

También habría una legislación laboral bastante menos azarosa de la que existe hoy en día para las mujeres embarazadas. Si los hombres fueran los preñados, no les tocaría ir a los chequeos médicos a las volandas ni a escondidas del jefe, como les toca a muchas mujeres todavía. Existiría el derecho a faltar al trabajo por razones relativas a su estado de gravidez. Y cualquier dolor de cabeza, cualquier hinchada de pies o el dolor más nimio en la espalda, que nosotras soportamos sin mayor aspaviento durante la gestación, sería motivo suficiente para pedir varias semanas de incapacidad.

El temor de perder el empleo motivo embarazo, que asalta todavía a muchas mujeres, habría dejado de existir. Habría leyes que les permitirían a los hombres permanecer en sus casas durante los ocho meses de gestación. Ese sería un derecho adquirido, tan importante como el de la libre personalidad o el derecho a votar las leyes que tienen los uribistas antes de irse a la cárcel.

(Cómo sería... Si los hombres tuvieran la regla)

Por no hablar de la licencia de maternidad, la cual sería interminable, a diferencia de lo que sucede hoy en países europeos como España, donde la mujer solo tiene un mes de licencia, motivo por el cual las mujeres españolas están decidiendo no tener hijos (en Colombia tenemos tres meses de licencia de maternidad, valga la anotación).

Sin embargo, un pálpito dentro de mí me dice que a pesar de todas estas gabelas y privilegios que obtendrían los hombres, no serían muchos los dispuestos a parir; ni muchos los dispuestos a soportar el dolor de la bajada la leche, el del primer chupón del bebé en el congestionado pezón, o la tensión que se siente en ese momento desgarrador cuando se produce la expulsión de la placenta dentro del útero y uno lo siente como si le estuvieran estirando el alma. No saben en el fondo de lo que se pierden. No hay un instante más perfecto en la vida de un ser humano que el que uno siente cuando el dolor se vuelve imperceptible ante el nacimiento de un hijo. Pero repito: no creo que sean muchos los hombres que estén dispuestos a someterse a esta experiencia. Su bajo umbral de dolor —de hecho, no soportan ni una simple gripa— así lo indicaría. Si los hombres parieran, probablemente los índices de natalidad en Europa serían aún más bajos de los ya son y en países como Colombia, donde los índices de natalidad se han vuelto a disparar en los últimos años, los nacimientos se reducirían a marchas forzadas y en pocos años la raza humana estaría al borde de la extinción.

Con excepción de estos detalles, todo lo demás, seguiría igual.

(Cómo sería... si los hombres se maquillaran y usaran tacones)

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