Home

/

Historias

/

Artículo

14 de julio de 2004

Isabel Sofía Cabrales

Donde todos quisiéramos estar con isabel sofía: en su cuarto, detrás de la puerta, muy estrechos en una cama angosta. Y permitiéndole cubrirse con sus muñecos apenas por un par de minutos. Luego...



Fue a Tokio como reina y acepta que tuvo una experiencia dolorosa en aquel viaje. Asistió a una ceremonia oficiada por un monje en la que se ganó un tablazo en la espalda durísimo por no quedarse quieta. Y solo comió bananos y combos cuarto de libra de McDonald's (a pesar de haber nacido con el mar a los pies, esta cartagenera es alérgica a los pescados y a los mariscos, materia prima de la comida japonesa). Pero también un recuerdo muy grato: el de Kamakura, el pueblito costero donde le compró a su novio un cuadrito para la buena suerte.
No se emocione pensando en que puede arrebatarle a un mocoso esta preciosidad de labios gruesos y semblante agripado, enternecedor. El tal novio viene siendo Tomás Uribe, el hijo del presidente, con el que piensa celebrar su cumpleaños número 25 asistiendo a un concierto de salsa. Y si "Coca-Cola mata tinto", en este país presidente neutraliza corredor de bolsa, deportista extremo o actor en ascenso. Así que sea quien sea usted no creemos que tenga chance con la virreina de Colombia coronada en el 2002 y estudiante de primer semestre de Ciencias Políticas en la Universidad Javeriana. Porque, la verdad, Isabel Sofía pasa dichosa en Palacio, al lado de una familia con la que ha compartido un par de bandejas paisas y unas charlas de sobremesa divertidísimas. Tendrá que conformarse pensando que es uno más de los osos de peluche que abraza en nuestras fotos. Lo sentimos mucho.