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14 de noviembre de 2007

Karen Martínez por Raúl Higuera

Por: Raúl Higuera
| Foto: Raúl Higuera

La cita era a las 3:30 de la tarde, pero entre el maquillaje y el inicio de la sesión pasaron casi seis horas. La primera fotografía que tomó Raúl fue a las 9:15 de la noche y todo terminó a las dos de la mañana. Los 500.000 pesos los invirtió en utilería. Él es, ante todo, un escenógrafo. Compró dos copas, una botella de vino, telas brocadas para crear sombras, ramas y hojas, vitraset (pintura para vitrales) y alquiló un biombo y una mesa. Empleó tres luces continuas y dos flashes. Lo acompañaron un director de arte, dos asistentes de fotografía, un retocador, dos asistentes de iluminación y un maquillador. La sesión fue un caos, pero el resultado, lo que esperaba: Karen Martínez, en una ambiente romántico y evocador.


¿Había participado antes en un experimento de este tipo?

Tal vez en la universidad, pero este fue un ejercicio muy particular.

¿Se vio muy restringido por las condiciones que le propuso SoHo?

Para nada. Cuanto menos recursos, más exigencia creativa. Ser recursivos nos hace más originales. Recordé mis inicios y me divertí muchísimo.

¿Cuál fue el elemento más difícil de usar en la sesión?

El perro. Con Karen nos comunicamos superbien, los objetos se ubicaban y ya, pero al perro tuvimos que doparlo, consentirlo y poner mucha fe para que mirara a donde debía, porque nos ignoraba.

Sin que usted haya visto las fotografías de los otros fotógrafos, ¿cuál cree que sea la diferencia de su trabajo respecto al de ellos?

Yo busco la escena cinematográfica, con detalles en la locación y una composición que tenga varias lecturas, una historia. Creo que Vélez y Duque tienen una mayor concentración en el cuerpo y sus líneas puras.

¿El resultado estuvo acorde con lo que había pensado, teniendo en cuenta las limitantes?

La verdad, no había pensado nada con anterioridad. Lo improvisamos todo, caminamos por la ciudad pensando en materiales que jugaran con la luz; luego, al llegar al estudio, empezamos a hacer una alquimia con los elementos que nos dio lo que vimos.

¿Sintió presión al saber que dos importantes fotógrafos estaban trabajando bajo las mismas condiciones y con la misma modelo?

No, porque no era una competencia. Los tres somos tan diferentes que no podríamos ser evaluados bajo un mismo criterio, al contrario me enorgullece haber estado en este ejercicio con fotógrafos que admiro.

¿Qué es lo que más resalta de Karen Martínez como modelo?

Toda ella, su registro tiene clase, su piel es maravillosa, sus proporciones y líneas son de detenerse a admirar. Tiene una fuerza impresionante en su actitud y su mirada.

Si hubiera podido agregar un elemento ¿qué habría elegido?

¡Más plata! Mentiras... tal vez una playa.