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10 de septiembre de 2004

Lorena Meritano



¿Ha oído el dicho colombiano de "caballo grande, ande o no ande"?
Me lo decían mucho en México. Pero yo además ando. Y escojo con quién ando.
¿Si no fuera actriz, bailarina y cantante, qué sería?
Sicóloga. Estudié, pero no me recibí.
En Argentina es muy usual que la gente vaya al psiquiatra o al psicólogo. Dicen que es algo así como medicina preventiva.
Sí. Yo me analizo con un psicoanalista. Prefiero eso que ir a un confesionario. No voy a las iglesias si no es por un interés arquitectónico.
Y de esas tres disciplinas, ¿cuál es la que realmente le apasiona?
Lo que realmente me apasiona es la vida.
¿Qué está leyendo?
Un libro de cuentos de Cortázar y otro de las historias de Mutis, y termino el de María Jimena Duzán sobre Uribe.
¿Uribe? ¿Y qué tal le parece el personaje?
Es un tipo aburridísimo, hubiese sido más divertido el borrachín que era antes para conocerlo. Ahora, así tan sano, tan. tenso y estructurado. Pero está bien que la disciplina lo ayude a alcanzar lo que quiere. Me parecería más divertido conocer a la esposa.
¿Con qué se emborracha?
Ahora me emborracho con la tranquilidad. Estoy más asentada en la vida.
Usted es absolutamente camaleónica al actuar.
Puede hacer cualquier acento y ser muy buena o
muy malvada. ¿Así es en otros aspectos de su vida, camaleónica?

Sí. Puedo ser dios y el diablo. Es divertido.
¿Cómo ve a los hombres colombianos?
Coquetos, pero tímidos a la vez. Tienen un lenguaje muy distinto al argentino. Son más de baile, por ejemplo, y no de palabras. Son poco directos, pero simpáticos y coquetos.
¿La han agredido con piropos pesados en la calle?
No, para nada. Me parecen superrespetuosos. Son mirones, pero no se animan a decir más que 'mamacita'.
Es separada y volvió a casarse. ¿Cómo es el renacer sexual después de un divorcio?
No es fácil: la primera etapa fue dolorosa. El matrimonio estaba muerto antes de la separación. Al principio fue un duelo. Estuve muy mal. Volvés a los quince años. Te gusta que te miren, que te hagan cosquillas, que todo sea suavecito. Aunque no llevo cuentas, porque me vale madre si fue un mes o seis de recuperación. Lo que sí sé es que ahora estoy felizmente divorciada, y vivo en matrimonio sin papeles.
¿Qué recuerda de sus épocas como modelo? A calzón quitao, ¿cómo es el mundo del modelaje?
Solo recuerdo cosas feas. La pasé muy mal. Una vez me arañó en la cara una modelo en plena pasarela, porque me tenía celos. Yo era muy chiquita y se burlaban de mí por provinciana. Era una nena jugando a ser grande. Y estaba rodeada de gente muy vacía. Perdí mucho de mi adolescencia y fue algo irrecuperable, pero no irreparable. Con el tiempo llené esos huecos.
¿Nunca hubo propuestas indecentes de "yo te doy esto si tú me das eso"?
Por supuesto. Un tipo incluso me dijo que me ponía casa y carro. Era algo de todos los días.
¿Y usted qué hizo?
Había que tener calzones para enfrentar a alguien que lo miraba a uno como un pedazo de carne y que además tenía poder. Yo salía despavorida, porque qué más.
Dicen que salió con Julio Iglesias y con Luis Miguel ¿Qué tiene Luis Miguel que no tenga Julio Iglesias? ¿Y viceversa?
Los conozco, pero nada. De sexo, ni hablar. Las damas como los caballeros, no tenemos memoria.
¿Problemas de drogas?
Problemas problemas, nunca tuve. Se me antojó probar y probé todo, porque no me gusta que me cuenten nada. Después me pareció un estorbo. Ya llevo diez años sin siquiera fumarme un porro. Pero fue fácil.
¿Qué es lo más atrevido que puede contar de su vida sexual?
Eso. Que lo he probado casi todo y todavía quiero probar más, sin entrar en detalles. Nada me parece aberrante. Pero sí creo que debe haber cierto nivel de intimidad, incluso en una orgía. Yo ya no ando pensando en orgías, pero el que lo haga, adelante.
¿Cuál es su idea del buen sexo?
Que sea de verdad, auténtico. Con mucha pasión y responsabilidad emocional y física.
Si pudiera reproducir una escena erótica bien famosa de alguna película, ¿cuál sería y con quién?
La de Nueve semanas y media en el refrigerador, o la de El último tango en París, que es un poco más fuerte. A mí me gustan las cosas fuertes. Y claro, sería con Juan, mi marido. Al menos ahora.
¿Cuál es su lugar favorito para hacer el amor?
En el que pinte. No me gusta estar en un sitio y si se da ahí ir a buscar la cama. Lo ideal es que haya música, velas y un espejo dónde mirarse.
¿Cuántos hombres han tenido el placer?
Ya te dije que las damas no tenemos memoria.
¿Y de esos, cuántos le han logrado dar placer?
Muy pocos, pero acordate que no hago cuentas. Demasiado pocos para sacar un porcentaje.
¿Por qué será que las mujeres no se quedan dormidas inmediatamente después del sexo?
Porque siempre estamos pensando en algo, porque no paramos la cabeza jamás. Nos quedamos soñando y recordando lo bueno o lo malo que fue. Nos relajamos muy poco.
¿Fuma después del sexo?
Depende. No fumo cigarrillos, fumo tabaco, pero las reglas no me van.
¿Qué es lo que más añora de un hombre cuando le hace falta?
Todo: su ser, su esencia, su alma. Un abrazo. El arrunche en la cama. Si mi marido se va son cuatro días que no duermo.
¿Alguna vez se ha sentido 'encoñada'?
Es difícil discriminar entre el amor y el 'encoñe'. Pero a mí un pito no me llena. Nunca he tenido tan buen amante.
¿Ha tenido one night stands?
No. ¿De primerazo? No. Cosas que le faltan a uno en la vida.
En materia de sexo ¿se aprende más con una relación larga o con varias diferentes y cortas?
Con una larga, si es buena.
¿Cuál es la frase que la enloquece en la cama?
Cualquier cosa que no sea predecible.
¿Y su mejor arma en cama?
Ser yo misma, mis instintos. A veces sos una nena, otras una mujer, otra una pantera, pero siempre yo. Y entregarse enterita. No finjo.
¿No finge?
Ya no. Todos tuvimos un mal polvo en la vida, pero hay que sacudirse.
¿Qué opina del uso de cámaras fuera del set?
Es una estupidez. No es un buen negocio. Es divertido, pero que la evidencia quede viva es horrible. Hay que romperlo y borrarlo. Yo lo he hecho, pero después de que se le pasa a uno la calentura y lo vio, lo borra. Es peligroso.
¿Qué piensa del sexo oral?
Es una maravilla. La verborragia, ¿no?