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15 de diciembre de 2004

Milanesas

Por: Naum Spoliansky

Carne apanada en Bogotá, milanesas en Antioquia y en el sur de América, donde se comen con bastante frecuencia, generalmente acompañadas de papas a la francesa y, a veces, también a caballo, es decir con dos huevos fritos encima.
El lomo de res y la parte ancha de las chatas exentos de gordos, nervios y telas, son los cortes más apropiados para conseguir óptimos resultados. Se cortan tajadas de unos 2 cm de grueso, parejo y unos 15 cm de largo (o diámetro). Con el puño cerrado como golpeando sobre una mesa, se puede golpear la carne a fin de emparejar su grosor y dejarla en aproximadamente 1 cm de espesor.
Debemos condimentar la carne con sal, pimienta y si gusta, ajo machacado. En un plato hondo batimos 1 huevo, también con sal y rico perejil picado. Pasamos por el huevo batido, una a una, las tajadas de carne, por lado y lado. En un papel blanco de dimensiones generosas esparcimos miga de pan y sobre ella ponemos una tajada de carne escurrida y la cubrimos con miga de pan abundante. Otra vez con el puño golpeamos a uno y otro lado la carne para que la miga quede bien adherida.
En aceite de maíz o girasol, medianamente caliente y en cantidad como para que flote, introducimos la milanesa friendo hasta que sus dos caras queden deliciosamente doradas. Escurrimos y servimos bien calientes. El zumo de limón o la mostaza también le agregan su toquecito en el momento de saborearlas.
De igual forma es posible usar lomo de cerdo o pechuga deshuesada de pollo sin piel.
Otra forma de preparación es "a la napolitana": al freír, apenas comienza a dorar de uno y otro lado, se retira del aceite y se pasa a una lata de horno. Se cubre con delgadas tajadas de tomate bien rojo, con unos poquitos de sal y orégano (hojuela), luego tajadas de jamón o bien picadito, y por último queso mozzarella, al que también se le agregará orégano como si fuera una pizza. Llevamos al horno hasta que el queso gratine. ¡Qué manjar!
De la misma forma es posible apanar filetes de pescado; por ejemplo lenguado, mero, pargo, tilapia, etc., cuidando de golpear más suave con el puño para evitar deshacer el filete. Limoncito en la mesa y a deleitarse.
Es muy fácil hacer milanesas y muy rico el resultado: no pueden fallar, pero sí hacernos quedar como si supiéramos. ¡Suerte!