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18 de abril de 2002

Raquel Jaramillo

Raquel tiene unos ojos enormes. Y una belleza como la de sus ojos. De Caldas dice su acento que es, pero quiso el destino que no naciera en ese Manizales que jura querer por sobre todas las cosas y todas las montañas. De El Banco, Magdalena, es Raquel Jaramillo y, para que las señas queden tan completas como su cuerpo, habrá que anotar que después del Raquel viene un Cecilia, y luego del Jaramillo hay un Castillo. El país, que suele no acordarse de nada, la recuerda como Señorita Caldas en el reinado de 1999, al que llegó ilusionada y del que se fue princesa, primera princesa. De allí entonces hasta hoy, Raquel ha sido modelo, modelo y modelo, porque desde que subió a las pasarelas de Cartagena le quedó marcado el destino. Raquel tiene un montón de dientes y un montón de curvas, y un título de economista que se ha ahorrado de ejercer. Hoy México es su casa y allí es generosa con las bondades que exhibe en estas páginas y en muchas otras, porque allá, como en Colombia y en ese Miami que es un Estados Unidos dentro de los muchos estados unidos, ya saben quién es. Faltaban los lectores de SoHo por enterarse. Quedamos enterados, y enamorados, y encantados, y apurados de leer estas líneas para pasar a las líneas de Raquel, que devoramos todos con ojos tan grandes como los de ella.