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15 de agosto de 2001

SAN FERMÍN, AL EXTREMO

Se corre a fondo, se saltan obstáculos, se ejercitan todos los músculos y hasta se bota toda la adrenalina. ¿Por qué no practicar los Sanfermines de Pamplona como deporte?

Quien haya corrido alguna vez los 900 metros que separan a los Corrales del Gas de la plaza de toros de Pamplona, durante las fiestas de San Fermín, en España, sabe que el encierro no se limita sólo a vino y tapas, sino que también es una práctica que podría ser el pentatlón del nuevo milenio. ¿Qué deportes se practican durante una correría en un San Fermín? Vayamos, o mejor, corramos por partes:

Maratón
Ni la maratón de Nueva York reúne tanta expectativa en la salida. Más de un millar de participantes se dan cita frente a la imagen del santo patrón, levantan sus periódicos y rezan la tradicional plegaria: “A San Fermín le pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición”. Luego se suelta el chupinazo (cohete) y la explosión da la salida al encierro. Todos a correr.

100 metros
Los primeros 280 metros del recorrido son los más peligrosos dado que es el trayecto donde los toros corren más rápido y es muy estrecho. Por eso, lo mejor es emplearse a fondo tipo Ben Johnson... dopado por un buen vino.
Salto alto
Un consejo de los expertos dice que lo mejor de San Fermín es correr de 50 a 80 metros y luego separarse. Que es mejor no pensar y mucho menos intentar correr todo el trayecto. Por eso, una vez dentro del recorrido, la única manera de salir de él es saltar el vallado. Ahí lo mejor es inspirarse en el mejor de los saltos del cubano Javier Sotomayor y emplearse a fondo. A no ser, de querer terminar en los cuernos del toro.

Carrera de obstáculos
Al final de la calle Mercaderes, el recorrido hace un ángulo recto para tomar Estafeta. Borrachos, heridos y uno que otro toro caído forman parte del paisaje en la calle adoquinada. Lo mejor es tratar de burlarlos y no morir en el intento. Drible aquí, drible allá. Salte aquí, salte allá.

Salto largo
Si usted ha salido vivo y sin un rasguño hasta aquí, la prueba final es la entrada a la plaza. Al final del callejón, por lo estrecho de éste y la velocidad de la gente, hay caídas en cadena de corredores y espontáneos que taponan este tramo. Por eso hay que estar preparados y, con un impulso de padre y madre, saltar a lo Carl Lewis para caer en la arena de la plaza y reclamar el podio de los ganadores o siquiera una vuelta al ruedo.

POR LA DE ORO
Si los sanfermines fueran aceptados como deporte para las próximas Olimpiadas, de seguro, muchos serían los que participarían. Pero, valiéndonos un poco de la bola de cristal que nos muestra el futuro, estos serían los favoritos. ¡Hagan sus apuestas!

FORREST GUMP. De seguro no sería competidor oficial, pero según las características de Forrest, éste se podría aparecer en cualquier momento en la carrera y ganarla. Eso no sería sorpresa, por eso, es mejor tenerlo en el llavero de los favoritos y apostar a él. Con Forrest nunca se sabe… “corre Forrest, corre”.

CARTERISTA. No hay duda: al momento de sacar una cartera y arrancar a correr no hay quien le gane. Y si se trata de burlar obstáculos, un carterista es el mejor. Su condiciones y el cambio de ritmo en velocidad lo hacen, sin lugar a dudas, el candidato 1A por la de oro. Y claro, si hay oro de por medio, nadie podrá con él.

MAURICE GREENE. El recordman de los 100 metros planos (9,79 segundos), el hombre más rápido sobre la tierra, sería otro de los favoritos para llevarse la primera medalla de oro en los sanfermines olímpicos.
Su fuerte sería correr y correr y correr… y no mirar para atrás.

CORRE LOLA CORRE. La resistencia física de Lola y su repetitivo correr haría de este personaje de película alemana una candidata segura al podio. Además, su pelo rojo sería una especie de capote que le serviría mucho para burlar a los toros. Puede ser la sorpresa teutona. ¡Ojo!