Home

/

Generales

/

Artículo

20 de enero de 2010

El edificio Kalah

Por: Daniel Pardo

A las nueve de la mañana se parquea un carrito de comida portátil al frente del edificio Kalah, en la calle Sheriff en el centro de El Cairo.

Diez minutos después el carrito está rodeado por decenas de cairotas desayunando lo mismo que desayunan todos los días todos los cairotas: dos pitas que ya, a esas horas de la mañana, han recorrido media ciudad y muchas manos, un planto de metal con fríjoles y un plato de ensalada de pepinillos rosados y zanahoria. Y té. En ese mismo edificio, uno de los tantos ejemplares del siglo XIX del legendario centro de El Cairo que se están deshaciendo en ruinas, queda el Hotel Richmond,hostal donde tengo un cuarto por 5 dólares la noche.

Queda en el quintopiso, está decorado de verde y en él soy el único extranjero, pues elresto de huéspedes son ejecutivos locales de clase media que vienen ala capital a cerrar negocios. Acá, en este país, y tal vez en estacultura, un trato no se puede cerrar de manera impersonal, por correo opor teléfono.

Tiene que ser entre macho y macho, cara a cara. Conellos, que si lo generalizamosson todos gordos y peludos, comparto la ducha y el inodoro, que, comotodos sus semejantes en el mundo árabe, tiene un tubo por dentro, porel cual sale el agua fría con la que uno debe limpiarse. Se dice queuno nunca debe entregar las cosas con la mano izquierda porque su usoestá limitado a limpiarselo. En Egipto, en todo caso, el papel toilette no es cosa del común. El cuarto piso del edificio Kalah está abandonado. Ahí una camada de gatos está viviendo aparentemente hace más de un año. E

n el tercero hay un almacén de blusas para mujeres manejado por un hombre relativamente amanerado, camisa perfectamente metida en sus pantalones de dril y uñas meticulosamente cortadas. Su frente, como la de la mayoría de los hombres, tiene la marca que años y años de rezo han dejado. Para él trabaja Ismail,un joven de 19 años que también es el mensajero del resto del edificio.Conoce a todos los inquilinos y hace vueltas para todos, la mayoría deellas subir y bajar con bandejas de té y paquetes de cigarrillos. Ismail,según me dijo con el mejor inglés que encontré en el edificio, estátratando de entrar a la Policía, donde pretende hacer carrera yconvertirse en oficial dentro de dos años. Así pudiera ir a launiversidad, ese no es su objetivo, ya que su Sheik, su mentor religioso, lo convenció hace rato de que servirle al país es una carrera más digna. Ismail hace los cinco rezos del día con rigurosidad y va todos los viernes a la mezquita sin falta.

Enel techo vive una mujer con tres niños, el menor de los cuales tiene 4años y el mayor 8. A las 12 del día bajan a sentarse en lacongestionada calle Sheriff, ella a vender pañuelos y ellos a pedir limosna.

El portero, o más bien las persona que duerme en una cama alborotadamentetendida en la puerta del edificio, no tiene dientes del todo y, a pesarde que su piel es mestiza, sus pies se ven negros de lo percudidos queestán. No hay forma de comunicarse con él. En el segundo piso está The Middle East Observer, una agencia de noticias que no se encuentra en Internet. Sus puertas están siempre cerradas y el slogan que promociona el afiche polvoriento que está en la puerta dice ‘La agencia más grande del Islam’.

El Kalah es una foto de El Cairocontemporáneo: una joya de los tiempos de la revolución industrial yocupación europea que hoy se está enfrascada en una pobreza y depresióneconómica cuya única salida, al menos para sus habitantes, parece serDios, Grande y Todopoderoso.

El Cairo,sucia y estrepitosa, es de esas capitales que no parece tener remedio.En los 90 pusieron unas cercas gigantes en las calles para que la genteno cruzara donde no debe, pero hoy ya están llenas de huecos ypasadizos y no hay manera de que la gente las respete. De hecho, comotoda ciudad tercermundista que se respete, pasar las calles en Cairoes una ciencia, dado que no hay cebras y los semáforos no se respetan,ni por los carros ni por los peatones. Es por eso que uno, deextranjero, debe pegarse a un local y seguirlo en su cruce entre carroy carro.