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15 de septiembre de 2009

El fracaso

Por: Juan Carlos Ortiz

Qué bueno que es aprender. Pero qué bueno que es equivocarse y aprender. Cuando lo hacemos, así sea doloroso, nos fortalece, mejora nuestra curva de seguridad y sobre todo nos brinda experiencias definitivas para dar nuevos pasos y mas acertados hacia adelante.

Durante años tuve que desarrollar tediosos comerciales de televisión para detergentes donde teníamos a un presentador que llegaba sorpresivamente a la casa de una señora  y la retaba a utilizar un nuevo producto y así compararlo con el suyo actual. Estábamos convencidos que si el nuestro tenia un mejor desempeño sin duda triunfariamos.

Teníamos una marca con casi 11 puntos de participación de mercado y queríamos atacar agresivamente al líder .

Hicimos comerciales por toda Colombia. Su estructura se basaba en llegar a casas de señoras que no utilizaran nuestro detergente para hacerles  usar el nuestro.

Senora ¿usted qué detergente usa?
Yo uso este.
Entonces la reto a que pruebe este otro y compare.

Buscábamos mujeres no usuarias por todos lados del país para retarlas frontalmente.

Pero a medida que la publicidad salía, la participación del negocio disminuía. Sacábamos más comerciales y vendíamos menos. Un misterio increíble. Mejor producto, mucha publicidad pero nada, la participación para abajo y para abajo.

Ante este acertijo decidimos después de un tiempo suspender la publicidad y tratar de entender lo que sucedía, pues el negocio caía y no lo podíamos detener.

Empezamos a visitar señoras que no usaban el detergente y también mujeres que lo usaban pero habían decidido dejarlo. La conclusión fue humanamente simple e increíble.

Todas habían visto la publicidad y habían concluido que ese detergente era malo pues en los comerciales nadie lo usaba. Por algo debería ser.
A ellas les gustaba usar productos que la mayoria empleara  pues les daba seguridad.

Tuvimos que replantear todo el modelo de comunicación. Aprendimos. La gente prefiere estar del lado del exito . A la gente le gusta sentirse ganadora.
Y nosotros ganamos en aprendizaje. Una gran leccion para ratificar que en publicidad las personas siempre tienen la última palabra.