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6 de julio de 2009

El novio de una prepago

Por: Andrea

Les cuento para que no se impacienten mucho, la idea que acordé con SoHo es escribir una o dos veces a la semana y haré lo posible porque sean dos veces. Me encanta que me sigan preguntando cosas porque eso me da pie para mis siguientes blogs. Pregunten todo lo que quieran que yo, con gusto, les iré respondiendo poco a poco. De mi virginidad les prometo que hablaré en otro blog, pero es que hoy quiero contarles otras cosas. Primero, les respondo algunas dudas. La primera es que si me han llamado lesbianas rudas, gordas, tipo macho. Les cuento que no. Yo principalmente cuando atiendo clientes son hombres o tríos pero con la iniciativa de los hombres. Me ha pasado mucho que llaman mujeres pero a la larga es para complacer a sus parejas. Y estas mujeres, casi siempre, se acuestan conmigo para complacerlos a ellos. En esa medida me gusta manejar todo en un ambiente distendido, relajado, me gusta inspirarle confianza a las mujeres. Les pregunto que hasta dónde quieren llegar, qué quieren hacer exactamente o qué es lo “permitido”. Es lo mejor pues hay mujeres celosas y que llegan a aceptar que yo las toque a ellas o que las chupe pero con sus maridos no me meta. Hay otras que, al revés, prefieren verme comiéndome a su novio pero que yo no las toque a ellas. Hay otras que quieren que los tres hagamos todo. Hace poco una me dijo que hiciéramos todo pero que yo no se lo mamara a su novio. Y así fue, ella me chupó, ya la chupé y el novio me lo metió mucho tiempo pero ella lo que no quería era que le hiciera sexo oral. ¿Por qué? Vaya uno a saber (gracias por el consejo de “una”, no lo volveré a utilizar).

Hay preguntas un poco fuertes pero que me animan a responderles. ¿Que con cuál de las mujeres de la farándula me acostaría? Lo haría, sin pensarlo dos veces con Flora Martínez. Me mojo de solo pensar en ella, tiene un cuerpo delicioso, y una boca que me enloquece. Yo lo he hecho con muchas mujeres pero sueño con ella, literalmente. Hace poco tuve un sueño húmedo con ella y creo que fue lo máximo. ¿Qué si me gusta que me chupen el culo? Vaya, esas preguntas me dejan ver que me tienen mucha confianza. A propósito, no me pidan que les escriba personalmente pues no acabaría nunca. Prefiero despejar todas las dudas en el blog, pregunten todo lo que quieran. Y, bueno, les respondo: sí me gusta que me chupen el culo. Ya les conté que mi posición favorita es estar boca abajo pero especialmente tener el culo levantando y el pecho y la cara contra la cama. Me gusta abrir las piernas en esa posición pues sé que el culo se ve más arrechante para los hombres y si alguno se anima a lamerme, no me niego, es delicioso. Me preguntan qué pienso de Dios. No sé. A veces creo en él, a veces no. No soy de ir a misa mucho pero sí de hablar con él a veces. Cuando me siento mal o me deprimo, pues le pido, pero hablo como si fuera un amigo, alguien que me está oyendo. Pero no me gusta ir a misa porque los padres no me inspiran respeto, no les creo a ellos. ¿Es posible creer en Dios sin creer en la Iglesia? Bueno, eso es otro debate que no viene al caso.

Hace poco les conté una historia que me pasó con un ex novio pero es que este fin de semana vi algo que me pareció curioso contarles. Estuve con mi amiga, la que trabaja en una whiskería y que ya les he hablado de ella, y me contó que tiene novio. Me impresionó porque está enamorada y el novio sabe que ella trabaja en lo que trabaja. Se conocieron ahí mismo, en un polvo, en una noche de sexo pago. Lo curioso es que ella ni piensa dejar su trabajo ni él piensa dejarla a ella. Me cuenta que la recoge, van a almorzar por Chapinero y que tipo 7 u 8 de la noche, la deja en la whiskería, le da un beso y se va. Ella trata de no contarle de sus clientes y él ya no pregunta, pero es obvio que mi amiga se come a tres o cuatro tipos por noche. Lo que más me impactó es que ella sale de la whiskería y se va para la casa de él, donde amanece muchas veces y tiene sexo con él. El tipo debe estar loco o no sé. Ya llevan como seis meses en eso y dizque le presentó a sus papás y salen con los amigos de él de fiesta y él dice que es una amiga de la universidad. Yo no sé hasta dónde puede llegar eso, pero me parece inexplicable. Algo de envidia me da seguramente pero no sé cómo llevaría yo una relación conciente que ahora mismo no me interesa dejar mi trabajo. ¿En qué trabajo me puedo ganar hasta 12 o 15 millones al mes?  Lo bueno de ser prepago es que no hay crisis económica que valga, dinero para el sexo siempre hay y por eso mi trabajo no se ha visto afectado. Aquí también les puedo contar algo más de las prepagos: muchas de las niñas que trabajan en la misma página mía invirtieron en DMG. Ahora andan regalándose para recuperar lo que perdieron, y hay unas que se están echando hasta cinco polvos en un día. Es que a nosotras nos pasa eso, a mí particularmente entre más gano, más quiero seguir ganando.

Finalmente, les cuento lo que me pasó el sábado en la noche. Me contrató un tipo que es bien rayado y había hecho una fiesta en su casa con gente bastante “open mind”, como dicen por ahí. Era mucha gente hablando, conversando, muchas parejas. Y yo pensé que se trataba de una de esas tantas invitaciones donde me hago pasar por una amiga o novia del cliente. Y así fue por un rato pero casi a medianoche el tipo me llevó a un rincón de la sala, y delante de mucha gente me dijo que le bajara la cremallera y se lo mamara ahí. Yo me negué porque me pareció un poco extravagante delante de tanta gente hacer eso. Pero la plata manda y me ofreció el doble por hora. Textualmente me dijo: “Quiero calentar a todo el mundo”. Y, bueno, me agaché y a lo mío. Poco a poco el murmullo de la gente fue subiendo a pesar del alto volumen de la música y se fueron acercando a ver. Yo veía de reojo cómo se acercaba la gente con sus tragos en la mano. Pero lejos de espantarse o escandalizarse, comenzaron entre esas parejas a darse besos y a gritarle a mi cliente “queremos más, queremos más”, y en efecto, querían más pues el tipo me hizo parar ponerme contra la pared, me abrió las piernas, me levantó la falda hasta la cintura, me bajó los calzones y me lo clavó. Ya les he dicho que soy muy exhibicionista y saber que toda esa gente me estaba viendo me arrechó mucho. No tardé en darme cuenta que la fiesta era de parejas swingers. Al rato muchas parejas se empezaron a desnudar también, a tocarse y muy pronto a tirar ahí, delante de todos. Mi cliente me lo metió un buen rato, pero de la mano me llevaba por toda la sala y me lo metía delante de unos y después delante de otros. Los que no se habían animado, íbamos detrás de ellos hasta convencerlos. Incluso, mi cliente me hizo convencer a una vieja a la que le rogué un poco para que se quitara el vestido y al final se animó. Se animó tanto que me quería dar besos y chuparme las tetas.

Todo se fue convirtiendo en un desorden inimaginable y solo se oían gemidos en toda la sala. Al final, el cliente me puso sobre un sofá donde había otra pareja y me lo metió otro rato antes de venirse, quitándose el condón y poniendo su verga en mis tetas. Me fui al baño, me limpié y pedí mi taxi. Lo que sí les aseguro es que la fiesta no paró ahí pues más de una pareja seguía arrecha cambiando con otras. Me encantó empezar todo ese desorden. La pasé muy bien, me acuerdo y me mojo, pero ya era hora de irme y el cliente no estaba dispuesto a pagar más. Y pagó muy bien, eso sí lo puedo decir sin pena. Al otro día, me fui para el Andino a comprar de todo. Espero más dudas, lo que quieran saber. Lo de salir en SoHo  desnuda va por buen camino. Pronto les daré la sorpresa, espero no defraudarlos pues ya me acostumbré a que me lean y me sigan... Ojalá no se aburran. Un beso.