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20 de septiembre de 2010

Gustá Bobo Lívar, personaje del mes en La Bobada Literaria

Por: La bobada literaria

Lea más de La Bobada Literaria acá: https://labobadaliteraria.blogspot.com/
 
Este mes, nuestro homenaje es para uno de los escritores más inspiradores e inspirados de los últimos años, aquel que con eso de que "hay que hacerlo por autoestima y no por moda"por fin nos dio a las hembritas las razones intelectuales para ponernos más tetas sin sentirnos superficiales: Gustá Bobo Lívar, el 38 B de la literatura colombiana. Con su novela Sin tetas no hay paraíso, esta prolífica e incansable pluma girardoteña ha atravesado muchas fronteras, incluida la que separa a Cundinamarca del Tolima en la mágica población de Melgar. Después de hacer un par de telenovelas basadas en su obra y de construir un refinado hotel en su tierra natal, mezclando un aire valluno con imágenes de actores bajo el nombre de Planet Calliwood, el genial Gustá ahora es noticia por hacer lo que le faltaba para convertirse en una versión calentana y sin sentido de Michel Houellebecq: dirigir una película.


Esta foto nos acompaña en nuestras noches solitarias
 
 
Hijo del señor Jorge Isaac Bolívar, Gustá no tenía más remedio que convertirse en escritor o libertador. Tomó su decisión en Girardot, la ciudad favorita de los productores de cine porno de serie B. Allí, durante sus recorridos en la cafachiva, un precoz Gustá de tan sólo 13 añitos se encontró con las enormes tetas de coterráneas y turistas cachacas que lo motivarían a empezar a mover la pluma. También desde el pintoresco vehículo que gracias al calor prefieren llamar cafachucha, Gustá observaba atentamente los movimientos de los pandilleros que iban a pichinear, y que luego se convirtieron en el argumento de la recordada Pandillas Guerra y Paz, la telenovela que le mereció ingresar a la Academia de la lengua (en salsa) por inventarse la palabra "gochornea".

Desde entonces, la pluma más prolífica de Girardot no ha parado de moverse: según sus principales reseñas ha escrito "más de 1600 guiones entre programas periodísticos, docudramas, series, novelas, documentales y guiones cinematográficos", obras de teatro como Los monólogos del pene –que debe tratarse sobre su experiencia como escritor– y ocho libros, entre los que se cuentan Cómo se robaron las elecciones y El suicidario del Monte Venir, del que ya se espera una adaptación cinematográfica tan prometedora que quien encabeza su elenco es el Señor Barriga, y que según la reseña de Editorial Norma es su "obra maestra" y una "fantástica novela tanto en su belleza creativa como en su estructura literaria y narrativa".

Tenemos que admitir que fue esta obra de Gustá la que más nos ha seducido –tanto, que incluso lo invitamos a integrar el casting de El Desafío Literario: los más inteligentísimos escritores–. Especialmente, nos llamó la atención la sugerente portada en la que el tema de las tetas sigue siendo recurrente:


Esta joya narra la coherente historia de cuatro hermanas que, en una casa a orillas de un precipicio, dan eróticas despedidas a los hombres que van allí para suicidarse. Por eso, queremos destacar el siguiente fragmento:
"Sé que una, Cleotilde, la mayor, mete en su cama a todos los suicidas que pasan por la casona, procurándoles una noche de amor puro y magia genital antes del brinco definitivo. Es una ninfómana que obtiene provecho de su debilidad aduciendo, en tono caritativo, que quien tiene el coraje de escoger la fecha de su muerte merece una dosis de lujuria intensa del tamaño de su valentía."
Con esa misma magia genital, el propio Gustá explica que "Es mi primera novela de ficción pura, la más literaria que he escrito" y, dejando claridad sobre su comprensión del oficio, añade lo siguiente: "Paradójicamente, la gente critica mucho la literatura comercial como la de Sin tetas no hay paraíso, pero eso es más trabajo que lo que se hace de ficción, requiere más investigación, de entrevistas a mucha gente y leer mucha documentación".


Guiño, guiño

Pero nada de esto importa. Ni siquiera que su hermosa página de internet fuera suficiente para convertirlo en bobo del mes. Fue Sin tetas no hay paraíso la obra que lo llevó a hacer olvidar a girardoteños tan ilustres como Charlie Zaa y a melgareños como Raul Santi, gracias a cualidades como un párrafo inicial que dejó en ridículo al inicio de Crónica de una muerte anunciada:

"Catalina nunca imaginó que la prosperidad y la felicidad de las niñas de su generación quedaban supeditadas a la talla de su brasier".
Gracias a esta novela, también se ubicó junto a las principal figuras de nuestras letras y letrinas –según su editor–:

"A la figura de escritores colombianos excelentes, además de Gabriel García Márquez - Premio Nobel - que han sido fundamentales en su época como Jorge Isaacs, José Eustacio Rivera, Germán Castro Caycedo y otros más, llega abriéndose un espacio propio Gustavo Bolívar Moreno. Bienvenido a la mejor literatura".

José Vicente Katarán Vélez - Editor. [sick]

Nosotras (ahora con más tetas) estamos de acuerdo con Katarán, al menos en lo que respecta a Germán Castro Caycedo. Por eso, les regalamos un párrafo de Sin tetas no hay paraíso en el que se condensa literalmente el mejor contenido de la pluma de Gustá y que basta para conocer su vasta obra:

"De repente el cuerpo de Catalina se estremeció. Sin lubricación alguna, el bestial hombre la penetró. La niña sintió el peor dolor de su vida. Su boca se abrió por completo como un resorte y sus uñas se clavaron en la espalda de "Caballo", ahogando un grito lastimero que atravesó su alma y que le arrancó una docena de lágrimas inmensas que rodaron por el cuello del poseído animal que, habiendo entrado en ritmo, no paraba de moverse sobre ella con total angustia, desespero e irresponsabilidad (...). Un nudo se quedó a vivir en la garganta de la nueva mujercita que no salía de su asombro al verse llena de sangre y sin haber disfrutado en lo más mínimo, de los manjares del sexo (...). Esta vez se relajó y mientras lloraba de dolor, en el alma y en la vagina, dejó que la poseyeran los dos hombres y las reminicencias".

Después de esto, resulta innecesario leer el resto de las novelas. Sólo queda disfrutar del hotel en Girardot, operarse las tetas y prepararse para conocer al cineasta que con máximas como esta demuestra que seguirá siendo un completo irresponsable:

"Sólo la irresponsabilidad y el desquicio del cine pueden mostrarle al mundo una Catalina adolescente cometiendo todo tipo de locuras"

En fin, tenemos entre nosotros a un cineasta-escritor-guionista que, si nos guiamos por la siguiente frase, claramente no sabe lo que hace:


"El cine es un arte para el que se debe estar dotado de mucha paciencia, manos de artesano y ojos de águila, corazón de árbol y alma de elefante".
 
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