27 de julio de 2009
Las fantasías que me piden
Nuevamente
gracias por escribirme tanto y por todos sus comentarios. Ya les he dicho que
me suben la autoestima y veo que en facebook ya hay un grupo muy grande de fans
de mi blog. Todo eso me halaga y para el lector que por primera vez lee lo que
escribo el grupo se llama Yo también leo el diario de Andrea. Como siempre,
trataré de responder algunas de sus preguntas. Los que quieren que les sugiera
páginas de prepagos, me declaro impedida pues termino o diciendo la mía o
sugiriendo a la competencia que es bastante y entonces prefiero no meterme en
ese tema, pero solo es meterse en internet y encuentran lo que quieran. La
semana pasada tuve que ir a la oficina de mi jefa pues a veces, cada mes o cada
dos meses, nos cita a todas para mirar si estamos bien, si nos seguimos
cuidando físicamente y si nos vemos bien.
Ya les dije, si el cliente ve una
“hembra” en la página y luego llega una vieja fea y mal arreglada, eso es para
problemas. Por eso a todas las niñas nos toca cuidarnos mucho, mantener nuestro
cuerpo bien, hay unas que tienden a ser gorditas y les exigen dieta. Yo no
tengo ese problema afortunadamente y como les he contado pues voy mucho al
gimnasio y me cuido mucho. También voy a la peluquería todos los días y a veces
me doy un gustico en comida pesada, ¿cómo no rendirse ante un combo Big Mac? Me
encanta comer papitas de MacDonald´s y cada vez que voy a Atlantis subo al que
hay ahí y me desquito. Pero afortunadamente no me engordo y mi juicio con el
gimnasio me ayuda mucho. Ahí lo que más hago es sentadillas y abdominales. Les
he dicho que mi culo y mi estómago son mi obsesión y de vez en cuando acudo a
la cámara de bronceo. En blogs anteriores les he insistido mucho en eso: en que
yo invierto en mi cuerpo, es mi herramienta de trabajo. El sábado estuve en
Zara de Unicentro y compré ropa muy linda, siempre pienso en los clientes, en
que se sientan a gusto conmigo y volví a Women´s Secret del Andino (no es
propaganda, solo les quiero contar detalles de mi vida).
Pero aquí quiero hablarles, aunque ya lo he hecho en varios blogs, de las
fantasías que más piden los clientes. Son muchas y se me pasarán algunas, pero
si se me pasan se las contaré después. Una vez, por ejemplo, un tipo me
llamó a mí y a otra niña de la misma página donde trabajo. Quería hacer un
trío, obvio, pero lo curioso es la situación. Cuando llegamos al apartamento
nos explicó lo que quería que era, básicamente, que saliéramos del apartamento,
volviéramos a timbrar en la puerta y nos hiciéramos pasar por unas
encuestadoras de cualquier cosa. Nos explicó que él, mientras tanto, estaría
viendo una película porno y que cuando entráramos, él atendería en la sala
nuestra encuesta pero que desde el cuarto se oirían los gemidos y los gritos de
la película. Una vez ahí él nos explicaría (con toda la seriedad del caso) que
estaba viendo porno y que qué pena con nosotras. Y nos pidió que le rogáramos
para que nos invitara a ver lo que estaba viendo y luego, muy calientes,
hiciéramos el mismo trío que se veía en la película. ¿Absurdo no? Pero así fue.
Salimos, timbramos, él nos abrió, nos hicimos pasar por unas encuestadoras, él
nos recibió en la sala (todo como una película) y luego al cuarto, y luego a lo
que vinimos, como dicen. Lo absurdo es toda la parafernalia para terminar
tirando y el tipo metido en su cuento totalmente y nos trataba como
encuestadoras realmente. Parecía un actor de verdad.
Otra vez, un tipo me hizo disfrazar de profesora, me dio un delantal, una tiza,
me llevó a un cuarto pequeño de su casa donde tenía un tablero, etc, y él se
sentó en el piso. Me dijo que le pegara con la regla en las manos, en los
nudillos, y él me decía algo así como “perdón profe” y le pegaba duro y él
seguía haciéndose el regañado. Cuando menos me di cuenta, se sacó la verga de
su pantalón y eyaculó. Esas cosas pasan en mi trabajo. En otra
oportunidad, un tipo me puso con su esposa a usar un vibrador que solo he usado
esa vez y es como un pene muy largo y una cabeza a cada lado. Es de
caucho. Nos hizo poner culo contra culo y, claro, cada una con una cabeza
del vibrador adentro de cada una. Y al chocar los culos pues nos hundimos el
vibrador, las dos en cuatro. Y el tipo pagó para eso mientras se masturbaba.
Les tengo que confesar que fue muy rico, empezamos como con pudor pero después
nos sincronizamos y las dos nos hundimos ese vibrador hasta acabar varias
veces. El tipo ni me tocó, solo se pajeó delante de nosotras.
Otro, una vez, me dijo que lo amarrara a la cama (ya les he dicho que yo no me
dejo amarrar por nada del mundo porque no sé qué me puedan hacer y no hablo de
sexo sino de violencia) y que me le orinara encima. Así, desnudo, con la verga
parada, se vino por montones cuando sintió la orina mía. Otro me hizo vestir de
enfermera (tienen el disfraz y todo, ¿pueden creer?) y me dio jeringas para que
le pusiera inyecciones en el culo. Y así hice, le puse inyecciones de aire pues
las jeringas no tenían nada y luego, totalmente, metida en mi papel y él en su
fantasía, me seducía y terminábamos tirando. Hay unos que me llaman (me ha
pasado con frecuencia) solo para que los mire tirar. La última vez me llamó una
pareja, me hicieron sentar en la sala y enfrente mío se comenzaron a besar y a
tocar y a desnudarse y yo, ahí vestida, mirando, no tuve que hacer nada, solo
verlos tirar. Lo único es que ella mientras le mamaba la verga me miraba como
diciendo “mira lo que te pierdes”, y ya. Lo mismo cuando la pusieron en
cuatro. Me miraba con provocación pero el pacto era que yo no me metiera.
En mi oficio hay de todo. Un tipo me citó en su oficina a la una de la tarde,
sí, así como lo oyen, claro que era un sábado y no había mucha gente. Cerró su
puerta con seguro, me dijo que él seguiría trabajando en su portátil que tenía
sobre el escritorio pero que mientras tanto se lo mamara mientras yo me metía
debajo del escritorio. Y así fue. Yo agachada, incómoda, le mamé la verga
mientras el tecleaba su computador. Cada loco con su tema. Alguno de ustedes me
preguntó por gays. Ya les conté que una pareja de gays me llamó para que los
viera tirar. Otra pareja de gays me llamó porque querían hacer un trío (uno de
ellos era bisexual), a esos les cobré tres veces más y fue así. Uno se lo
clavaba por detrás al otro y ese me chupaba a mí mientras tanto. Luego el
bisexual me lo metía y el otro le cogía las pelotas y le metía un dedo en el
culo mientras tanto. Y así...
El cuento es que esas personas que trabajan con ustedes o estudian con ustedes
y que se ven tan normalitas en su día a día, seguro que tienen miles de
fantasías absurdas. Hacer tríos es lo de menos, esa es la obvia. Un tipo un día
me contrató para que le metiera un vibrador por el culo, por ejemplo. Me
dijo que no quería que nadie más supiera que a él eso le gustaba y por eso me
llamó. Otro solo se dedicó a morderme el culo, pequeños mordiscos y listo, se
vino, no me hizo nada más. Solo yo acostada y él mordiéndome el culo muy
pasito.
Espero no aburrirlos. Les mando un beso a todos y si me cuentan sus fantasías,
yo les cuento si las he hecho alguna vez. Y todas las preguntas que quieran,
bienvenidas...