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17 de abril de 2009

Mi polvo de anoche

Por: Andrea

Primero, agradecerles la solidaridad de quienes no toleran los comentarios cobardes que permite el anonimato del internet y que siguen insultándome y diciéndome de todo. Ya sé que no hay nada que hacer porque esto es internet y el que los haga pues es tan cobarde como perdedor. Pero bueno, este blog y mis escritos es para quien realmente le interesa y espero que sea la mayoría. Les quiero contar algo a raíz de una situación que viví anoche. Fue muy extraño pero excitante a la vez. Al final de la tarde me llamó una mujer pidiendo mi servicio para hacer un trío con su esposo. Me sonó raro pues normalmente llaman los hombres directamente, pero esta vez no fue así y me dijo que me quería pagar por 4 horas, de 8 a 12 de la noche. Yo accedí y fui a la cita en un lujoso apartamento al norte de la ciudad.

Después de que me anunciara el portero, etc, me abrió una mona espectacular, totalmente delgada, y en una pijama negra muy corta. Me invitó a seguir, me senté en la sala, me ofreció un trago, muy cordial, y fue al grano: me dijo que era lesbiana pero que también estaba casada. Me confesó –me dijo que guardara el secreto pues ella era la que pagaba- que gozaba más con las mujeres que con su esposo. Me dijo que hacían muchas veces tríos y ella aceptaba porque, en el fondo, lo que quería era unas buenas tetas y unos besos apasionados de mujer. No quiso entrar en detalles de por qué seguía con su esposo (tampoco era mi problema), y me dijo sin más rodeos que él llegaba hacia las 10 de la noche y le quería tener la sorpresa de estar los tres. Pero teníamos casi dos horas a solas y ella había cuadrado todo a propósito para estar conmigo. A mí me conmovió y, admito, me gustó su sinceridad y debo decir de frente que estaba muy buena.

En la sala tenía un televisor LCD gigante y puso una película porno que tenía en el DVD y era de lesbianas aunque no lo son realmente, son actrices y eso lo sabemos todas. Pero me dijo que la había visto muchas veces y que le encantaba especialmente una actriz que se llama Nikki Benz y me la mostró en la caja del DVD y, en efecto, cuando salió en escena le di la razón: una mona con el cuerpo más espectacular, un culo precioso, me dio envidia a pesar de que el mío es duro y redondo. En la escena esta Nikki llega a donde dos monas igual de despampanantes y hablan cualquier cosa y entre las tres comienzan a tocarse y a besarse y se tiran al piso y, bueno, ya sabrán: una orgía deliciosa en la que después incluyen un vibrador.  Pues bien, al parecer esta mujer quería lo mismo pues delante mío ya se estaba tocando y metiéndose los dedos mientras veía la película, se fue bajando la pijama y se la quitó toda y me dejó ver un muy buen cuerpo. Se estaba masturbando feliz y me pidió que yo también me quitara la ropa y que hiciera lo mismo.
No tengo porqué mentirles, en ese punto yo ya estaba empapada y también me metí los dedos y me froté con mis tres dedos por encima mientras la veía a ella totalmente arrecha.

Me sentí cómoda porque ella fue sincera conmigo y de alguna manera, como si fuera mi amiga, me sentí su cómplice. Me pidió que la tocara y cuando la toqué en la cuca, en efecto estaba húmeda, totalmente ida. De pronto sacó un vibrador y me pidió que se lo metiera. El vibrador era grande, le abrí las piernas y con mis dedos aparté sus labios y se lo metí lentamente. ¿Tengo que decirles que ella explotó en un orgasmo de una? !Obvio! Pero me pidió que siguiera y seguí y se vino por lo menos cuatro veces más. Después me dijo que me tocaba a mí, y me puso en cuatro y me lo metió y yo no me aguanté y me vine delicioso.

Me dijo que me vistiera, que fingiera que acaba de llegar, y así esperamos a su esposo. Me abrazó, me dijo que le encantaba mi cuerpo y me dijo que cuando hiciéramos el trío me quería chupar la cuca y que si no me molestaba. Le dije que no, que me encantaría y así fue... Cuando llegó su esposo, el tipo se sorprendió pero como ya lo habían hecho antes, pues arrancamos de una a desvestirlo y ella en voz alta le dijo que quería que él me comiera y que ella también me quería comer a mí. Claro, ella lo que no quería era que el esposo se lo metiera. Pero yo, antes que nada, lo que esperé con ansias era que ella me chupara la cuca y para mi fortuna así fue... el éxtasis más grande, creo, en mucho tiempo. El tipo igual se vino muy rápido y nosotras seguimos tocándonos y besándonos y al final, cuando me acompañó a la puerta, me dijo que teníamos que repetir. Y no lo dudo, espero que si lees este blog por alguna razón sepas que espero tu llamada de nuevo.