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26 de noviembre de 2009

Por favor, una limosnita

Por: Daniel Pardo

Steve Demain, 20, working outreach for the United Homeless Organization (UHO) outside of Madison Square Garden in New York City.


A la salida de tiendas grandes como Macy’s o Bloomingdales siempre se paran unos tipos disconformes con un grueso chaleco rojo, una mesa y un botellón de agua vacío a pedir plata. Son mendigos que hacen parte de la Asociación de Indigencia de la Ciudad en busca de una monedita. Es, en otras palabras, limosna legal, menos fea y fidedigna. El problema, después de que se supo, hace menos de un mes, que muchos estaban usando la caridad para ocio, es que ya nadie les cree que la plata va para la Asociación.

El turno de Steve Demain, un desgarbado indigente de 20 años que llegó a Nueva Yoprk porque su papá lo echó de su casa hace 5 meses en Chicago, fue ayer, día antes de una de las celebraciones más importantes de la cultura gringa, el Día de Acción de Gracias, en la puerta de la Estación Pensilvania del tren. Primero un tipo le dijo sinvergüenza.  Después, como se ve en la foto, un tipo fingió con ironía darle plata. Acto seguido un niño le preguntó “¿usted es uno de los artistas de la estafa?”. Después alguien le murmuró un escéptico “uh, huh”. Luego una señora dijo, “ah, ustedes son los de la estafa que pasaron ayer en televisión”. Después alguien le preguntó "¿se lo va a gastar en un vaije a Cancún?" Por último un señor les gritó que si nos les daba pena pedir plata en vísperas del Día de Acción de Gracias. La gente estaba histérica.

Al final del día, después de 5 horas de turno, Demain había recolectado 10 dólares, 4 más de lo que había recolectado el martes. Antes de que la noticia sobre sus compañeros robándose la plata, Demain recolectaba cerca de 30 dólares al día. Y ayer, día antes de una celebración que sensibiliza a los gringos más que la navidad, solo consiguió solo 10. Como todo en esta ciudad, los justos, una vez más, pagaron por los pecadores.