Por su lenguaje, en
lugar de tirar, en estos manuales “se hace el acto amoroso”. No se habla del
“acto”, no “de hacer el amor”, se hace una extraña conjugación de ambos: aquí
se “hace” o “realiza” el “acto amoroso”, de la misma manera que se realiza un
certamen. En La magia del sexo de la Dr. Myriam Stoppard (mi manual
personal en cuanto al mal gusto) dice: “También el frenillo es en extremo
sensible en todos los hombres (¿y si no tienen frenillo?) puede producir las
más “excitantes reacciones en el juego erótico”. Y sigo: “El cuerpo entero del pene es muy sensible, pero
el extremo del glande es en particular rico en terminaciones nerviosas, en
especial en su corona”. Concedido: el pene es rico. ¿Pero en terminaciones
nerviosas? No sería mejor decir que tiene muchas.
Por sus consejos
deliberamente antisexuales, la verdadera razón de porque se inventó el término
“matapasión”. Cito una serie de consejos que aparecen en la página 203 del libro
arriba mencionado: “Permanezca deliberadamente pasiva. No contraiga sus
músculos vaginales alrededor del pene de su compañero ni mueva en absoluto su
pelvis. Procure que la estimulación visual y olfativa se reduzcan al mínimo.
Utilice ropas nocturnas que nos sean sensuales y no use perfume”. Claro, se
trata de una sección en la que se habla de prevenir la eyaculación precoz. La
cosa es que la eyaculación precoz no se previene (damos por hecho el tiempo que
duramos trascribiendo la cita el sujeto afectado ya se vino).
Porque tratan temas
como “La autoayuda para el vaginismo” (este es un título en el manual de la
pervertida Stoppard), la diabetes y el sexo y la esclerosis múltiple y el sexo,
que no hacen sino erizar los pelitos de los brazos. Y eso, porque todo lo
demás: para abajo.
Y por sus
ilustraciones: ¿A quién se le ocurrió que los imitadores de Gordillo (que son
muchos y no han superado el trazo fino color sepia de finales de los ochenta)
podían ilustrar la anatomía humana y la variedad de las posiciones sexuales de
manera digna? Recuerdo: Gordillo es el autor de los horribles cuadros de
gamines que llenaron las salas de nuestras casas en nuestra más tierna
infancia. Solo imagínense uno de estos gamines de ojos patéticos introduciendo
un dedo en el ano de la gamina amada y sabrán de qué estoy hablando. Y cuando
no son ilustraciones son fotos. ¡¿Quién son estos modelos?! ¿Quién se presta
para posar en fotografías con luces tenues y de textura aterciopelada? No son
ni pornográficos ni actores de softcore.
Escríbanme a: alexa@soho.co