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23 de octubre de 2009

Respondiendo a los opusianos

Por: Felipe Martinez

No es pordar lata con el mismo tema, pero es que uno queda como con la preocupación deque en estos tiempos se confunde la libertad con la educación. Dicen algunos demis comentaristas del blog sobre el Opus Dei que en Cerros nos daban una de lasmejores educaciones del país, y no es cierto. La educación solo es fructíferasi está encaminada a la enseñanza de la libertad. Y allá, justamente, lo quehabía era una restricción de la libertad (y con libertad no me refiero alibertinaje, sino a libertad real, a esa que le impide a uno decir lo quepiensa) para así adoctrinarnos en la magna tarea de embutirnos fórmulasmatemáticas, con el propósito de sacar un alto puntaje en el ICFES y que elcolegio quedara entre los mejores. Como en el mundial del 78, en el que Videlaadormeció a sus compatriotas con la fiesta del fútbol para acallar un poco elescándalo de su barbarie, en Cerros se impulsaban los buenos resultados paraesconder lo reaccionario de su sistema. Muchos de sus ex-alumnos seenorgullecen por estar en los topes de las clasificaciones académicas en susrespectivas carreras, pero poco se preguntan sobre su incapacidad, por ejemplo,para relacionarse con mujeres, sobre las culpas que los asaltan al tirar conalguien, o sobre por qué los ha invadido una especie de mesianismo en el quecreen sin dudar, como si fueran a cambiar el mundo.

En el postantepasado de este blog, escribí mi testimonio sobre algunas de misexperiencias durante mi paso por un colegio del Opus Dei. Todas ellas(exceptuando los títulos inventados de algunos libros y, por supuesto, algunosnombres cambiados) son ciertas. Sin embargo, la típica horda de exalumnosfanáticos, quizás en su incapacidad para pensar por tener la cabeza en otrolado (y con cabeza me refiero no solo a la que está sobre los hombros), metildaron de mentiroso y rencoroso. Rencores, no tengo, pues más allá de perderun año por no estar en la rosca (¿se acuerdan de esos consejos en los que adedo los profesores decidían quiénes pasaban y quién no? ¿O tampoco?), el OpusDei no logró causarme ningún mal. No logró meterme nada, ni por delante ni pordetrás. Y mentiras, no he dicho ninguna.

De todasformas, para quienes quedan con la duda, he decidido recomendar a continuaciónalgunas páginas dedicadas a apoyar ex-miembros de la obra. En ellas seencuentran testimonios, listas de libros prohibidos, algunas reflexiones sobreel manejo de las casas en las que vivían, etc. Todos esos escritos no son“palabra de dios¨, faltaba más (menos en un mundo en el que la palabra de diosestá condensada en un pasquín enano titulado Camino), pero, como dicen por ahí,tantas personas no pueden estar equivocadas.