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2 de octubre de 2009

Taller de bicicletas

Por: Daniel Pardo



¿Cuál es la diferencia entre el West Village y el East Village? Cuestión de estrato, clase y precio. Tompkins Square es la versión Este del distinguido y pomposo Washington Square. Así que en vez de ver niños monos de piel suave jugando en la fuente y parejas de francesas tomando té helado, en el TS ven desempleados, Rottweilers, indigentes recién levantados y hispters con gafas enormes a punto de vomitar el guayabo. También se ve a éste señor.

Peter Corbin se hace llamar El Hombre Bicicleta desde que llegó en los 70 a la Calle Séptima con Avenida A a poner, sin permiso, un taller de bicicletas al aire libre. Tan bien le va, que tiene una sucursal en Houston Street con Segunda, donde atiende Natividad Zirate, un mendigo venido de California que fracasó como ciclista en la década del 60. Como muchas de las preguntas sobre esta ciudad, las que se generan sobre el pasado de Corbin se quedan inconclusas, ya que él se niega a contestarlas. Se sabe, sin embargo, que nació en Springfield, Massachusetts, hace 51 años. Que, a diferencia de Zirate, no vive en la calle y está casado con una mujer llamada Charlotte. Que, hasta ahora, no tiene competencia en las calles aledañas al TS. Que paga 450 dólares por el apartamento donde vive, lo que es vivir en algo parecido a un depósito, si es que de verdad vive en el East Village. Que en 30 años no ha tenido problemas por su ilegalidad. Y que no pretende conseguir un pemiso para vender en la calle. Al fin y al cabo, conseguirlo es prácticamente imposible: la Policía tiene actualmente 853 casos de vendedores ambulantes pendientes y se demora un año en pasar solo uno. La Policía local, no obstante, se hace la ciega con el caso de Corbin, porque es un símbolo del barrio más rudo de Manhattan y porque el señor no le está haciendo daño a nadie. Al contrario: está prestando un servicio pertinente e incluso está generando empleo, como es el caso del señor Zirate.

Un personaje más, entonces, en esta ciudad de personajes, a quien vale la pena fotografiar cuando el East Village sea parte del recorrido de un sábado soleado.