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19 de noviembre de 2010

María Cecilia Sánchez. Un día en Villa Lorena

Desde hace 16 años funciona en las afueras de Cali Villa Lorena, un refugio para animales heridos, abandonados o viejos. Sin ninguna ayuda del gobierno, su fundadora, Ana Julia Torres, mantiene en las mejores condiciones a estos animales gracias a los aportes de empresas y amigos de su causa. Los visitamos para traerles unas fotos únicas.

Por: Fotografía: Raúl Higuera © 2010
Fotografía Raúl Higuera | Foto: Fotografía: Raúl Higuera © 2010


Por qué estas fotos

Sí, por supuesto que hay vanidad en querer hacerse fotos como estas, pero qué podemos hacer, si hasta el acto más altruista puede que solo lo hagamos por la vanidad de ser bondadosos. Parece que todo depende de los ojos con que se quiera mirar. Con los míos, ni la más vana vanidad estará nunca mal vista, siempre y cuando este capricho para autosatisfacerse no lastime al otro, ya sea al compañero, a la esposa, al amigo, a la mascota… La mascota…

Es hermoso tener mascotas. He tenido varias. Pensar que un ser te necesita y que tú le regalas aquello que está necesitando también es una forma de ser vanidoso. No creo que sea dañina esta vanidad con respecto a los animales acostumbrados a compartir techo con nosotros desde hace miles de años; sin embargo, es lamentable que en nuestra región aún nos siga resultando familiar el hecho de que algunas personas "adopten" como mascotas a animales salvajes, solo porque piensan que tener un león en casa les regala estatus. Dudoso parecer.

Y así es como de repente nos encontramos con el "mijo, córtele las patas al tigrillo pa que no vuelva a rayar al niño". En serio: este caso es tan real como el de la tigresa a la que le sacaron los ojos en un circo o el mono que murió a golpes a manos de su dueño borracho. En serio: los que trafican con animales exóticos acostumbran matar a las madres de los micos para podérselos robar y venderlos en mercadillos de medio peso.

Ahí los vi: en Villa Lorena, en Cali. Una fundación sin ayuda gubernamental que durante más de 15 años ha sobrevivido cerrada al público, no como lugar de exposición sino como lugar de reposo para animales salvajes abandonados, jubilados de circos o víctimas del aburrimiento de sus amos, ya sea por la botadera de pelo o por los 40 kilos de carne que cada dos días necesita un león adulto para alimentarse.

No podría describir aquí las sensaciones que tuve haciendo estas fotos, pero puedo decir que me hicieron pensar en las distintas formas de vanidad que mueven nuestros actos, lastimando al prójimo, muchas veces sin darnos cuenta.

En el mundo antiguo, las personas creían que la Tierra era el centro del universo; tristemente, los tiempos pasan y parece que no hemos cambiado mucho: hoy los humanos creemos que somos el centro de la Tierra. Sin embargo, somos nosotros, los seres humanos, los que siempre hemos dependido de los animales para nuestra supervivencia, ya sea para alimentarnos, para vestirnos, para transportarnos... Nada hay en el mundo natural que haya dependido de nosotros para existir. Los animales tampoco dependieron nunca de nosotros. Sin embargo hoy, y más que nunca, la supervivencia y el bienestar de ellos sí dependen, sobre todo, de nuestra buena voluntad.