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30 de agosto de 2011

Canciones que nos tiramos

Acá mi lista de las canciones que la gente se cagó.?

Por: Daniel Pardo

La gente se tira todo. Piense en una playa, por ejemplo. O en un monumento en Paris. Y con la música ni hablar: uno conoce un grupo de música, lo oye, le gusta y, dos minutos después, cuando se vuelve un himno de una generación a la que uno no quiere pertenecer, el grupo se vuelve la manifestación musical más despreciable del mundo. Supongo que eso pasa con todo: cuando las cosas se vuelven populares, a uno le dejan de gustar. Y toca que sean demasiado buenas, como casi nada, para que a uno igual le gusten a pesar de la gente que comprarte el mismo gusto. Es una historia muy recurrente, pero con la música pasa mucho. Acá, entonces, mi lista de las canciones que la gente se cagó.

 

“Light My Fire”

El cover que le hizo José Feliciano a esta canción de The Doors bastaría como argumento para entender por qué Jim Morrison odiaba tanto cantarla. Pero la película de Oliver Stone también es un motivo para odiar “Light My Fire”, así como para odiar a The Doors, a Morrison y a Val Kilmer. Esa película también se tiró a Oliver Stone, por ejemplo.

 

 

“Knockin on Heaven's Door”

Los covers que le hacen a Bob Dylan suelen ser incluso mejores versiones que las del mismo Dylan. Piense en “All Along the Watchtower” o “Like a Rolling Stone”. Pero con “Knokin' on Heaven's Door”, de Guns N' Roses, todo se vino al piso. Y el culpable es uno: Radioactiva, la emisora colombiana que sigue poniendo Guns N' Roses como si estuviéramos en 1987.

 

 

“Wonderwall”

Solo en una cosa están de acuerdo los hermanos Gallagheren que Wonderwall es repugnante. Y los entiendo. Ver a un estadio lleno de hooligans borrachos cantándola espanta a cualquiera.

 

 

“Wish You Were Here”

El punteo de David Gilmore era perfecto hasta que todos aprendimos a tocarlo. Ahora esta canción la enseñan en las clases de flauta de los colegios. Y, bueno, ni hablar de The Wall, que se volvió himno de los mamertos. En realidad, todo Pink Floyd ha sido destrozado por sus fanáticos y por las camisetas de Pink Floyd que se ponen.

 

 

“**bleep** You”

Pobre negro, tan bueno que es: Cee Lo Green, un maestro. Pero a punta de cambiarle la letra a esa canción para que las niñas del mundo entero –llenas de maquillaje, pegadas a su Blackberry, solo pensando en fiesta– pudieran oírla en sus carísimas discotecas, la canción se ultrapopularizó y dañó.

 

 

“Under The Bridge”

Lo mismo que con “Wish You Were Here”: la canción era buena hasta que los adolescentes nos la aprendimos y empezamos a cantarla en fogatas.

 

 

Todo Cold Play

No hay canción de Cold Play que no suene cursi hoy en día. Como la anterior, sus canciones parecen hechas para realities. Cold Play es bueno, sí. Pero por culpa de venderse como gente perfecta, tanto ellos como sus fanáticos se tiraron todas y cada una de las canciones. “Fix You”, “Scientist”, “Yellow”, “Viva la vida”: todas son tan o más cursis que una tarjeta de Timoteo. La voz de Chris Martin hoy en día da lo mismo que la voz de Juanes.

 

 

Todo U2

Hubo un momento en que los fanáticos de U2 pasaron de ser obreros de la clase trabajadora inglesa a ser yuppies bogotanos que estudian en Boston y se ponen chaleco impermeable para ir al concierto. En ese momento, U2 se fue de culo pa'l estanco.

 

 

“Puente”

Cerati se ha dañado mucho con el tiempo: le sobraron dos discos y sus conciertos se volvieron raves para hipsters. También tiene el problema de Maradona: que sus fanáticos insisten en tratarlo como un dios. El problema de “Puente”, sin embargo, es que siempre estuvo mal, porque se volvió instantáneamente una canción de estadio, de comerciales de televisión de empresas tipo, no sé, Porvenir.

 

 

“Kids”

MGMT fue bueno por dos semanas, antes de volverse una forma de vida para hipsters en Brooklyn. Ahí ya perdió cualquier posibilidad de que a uno le guste. Y “Kids”, bueno... Kids es como la Marsellesa de los Hipsters.

 

 

“Creep”

Por alguna razón los genios de Radiohead –que han sufrido una deificación desesperante en los últimos cinco años– odian sus dos primeros álbumes: porque eran para gente (por no decir adolescentes, otra vez) enfrascada en dilemas existenciales. Con la letra de “Creep” se entiende por qué Radiohead odia esa canción. La gente, quién lo pensaría, madura.

 

 

“Pantera Mambo”

Y la cuota colombiana. La 33 es, para mí, el mejor grupo que hay en Colombia. Pero esa canción, que desde un principio estaba destinada a la controversia, se ha vuelto la última canción que uno le quiere mostrar a un extranjero que está por conocer la salsa.

 

Se quedan muchas por fuera, muchísimas. Aunque las anteriores canciones no tienen vuelta atrás: la gente las volvió –las volvimos– canciones del nivel de Fanny Lu.

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