1 de febrero de 2011
Latonería y pintura y ¡De tripas corazón!
A veces la catarsis llega con los eventos más inesperados...
Por: Isabel SalazarSon las 11:30 de la noche, llego de mujeres W
con los ojos pesados, dolor de espalda, ganas de dormir y la consigna
de escribir esta entrada. “¡Por fin en mi casita!” pienso, visualizando
mi cama y escogiendo en mi mente el invitado musical para una madrugada
de escritura… Cruzo la rejita de Rosita – que divide el área de la sala y
comedor de la del cuarto, la cocina y el baño, que es la zona por
donde mi mascota puede transitar libremente, la otra es la que llamo
VIP, y trato de mantener libre de pelos caninos- . ¡Glup, glup,
clashhhhh!, suena el primer paso que doy al cruzar la barrera, bajo la
mirada para descubrir que hay dos centímetros de agua inundando el
corredor que divide el baño de la cocina… conexión visión - olfato:
Algo huele mal.
Huele muy pero muy mal, y al prender la luz, solo
quiero despertarme y darme cuenta de que todo es un mal sueño. Lo
cierto es que eso sólo pasa en algunas películas donde se busca resolver
de manera fácil los conflictos, pero en la vida real hay que librar
todas las batallas y no existe el botón de skip. En la nevera veo un
papelito tímido que dice: Doña Isa, el baño se dañó. El inodoro está
tapado y de él brota un agua cafesosa y olorosa. Rosita, quien
normalmente estaría ladrando y batiendo la cola para saludarme, solo me
mira asqueada desde un rinconcito que no ha sido alcanzado por el
nefasto líquido, sus ojos brotados de Pug piden rescate.
Respirar,
respirar ¿Qué hago? ¿Por dónde empiezo? Es tarde, me siento muy
cansada, y estoy sola. Camino entre el charco que abarca el baño, el
corredor, la cocina y parte de mi cuarto y busco mi tarjetero. ¡Aleluya!
Hay una que dice: Servicio de Plomería Don Alirio, 24 horas,
URGENCIAS.
-“ Hmmm, ¿lo que sumercé solicita es servicio de
plomería? ¿Me dice que es un baño lo que hay que arreglar?... No
señora, eso si no se va a poder… se atiende lo que es la urgencia como
tal pero lo de destapar el baño si no se maneja a esta hora” .
-“Se lo imploro – le digo ya con voz quebrada- la situación es grave, estoy sola, ¡la casa está inundada!”.
-“Nooo, es si no se va a poder –reitera - si quiere mañana a las 8 de la mañana le mando al William”.
-“Señor, pero es que yo a las 8 a.m ya no estoy, y mañana la casa se queda sola…”
-“Pues entonces ahí si le va a tocar conseguirse quien se lo destape, su esposo, su novio, un amigo…”.
-“Estoy sola, no tengo a nadie que me ayude”, digo con dolor.
- “¡Pues destápelo usted!”, cuelga.
Absolutamente
consciente de lo desagradable del trabajo, me pongo los guantes de
goma, y voy en búsqueda de papel periódico para que absorba el agua
derramada. No hay. Llamo a portería para ver si tienen y me dicen que
la encargada del aseo se lo llevo todo para venderlo. Entonces me
acuerdo de la maravillosa separata especial de moda que llegó con El
Tiempo y que había decidido guardar como colección. De esta manera Coco
Chanel, Christian Dior, Yves Saint Laurent junto a las más bellas
mujeres de los últimos cien años, se convirtieron en mis principales
aliados.
Abro
el trono con pánico escénico para encontrarme con una imagen que no
quiero describir por respeto a ustedes. Me dan ganas de llorar, primero
se me aguan los ojos, luego se asoma una pequeña lágrima, y cuando cojo
el balde para recoger un poco del agua rebosante, empiezo a sollozar,
por algún motivo no puedo parar, lloro como una niña chiquita. Ya con el
inodoro medio vacío agarro el chupón (esos palos de madera con un
pedazo de goma roja al final) y lo empujó hacia adentro y luego hacia
afuera, de pronto me imagino que se trata de mi misma, como si el
chupón fuera uno de esos electroshocks que usan los médicos para
reanimar un corazón: 1, 2, 3, empuja… brota de lo más profundo de mi ser
un grito desgarrado, tiro la cadena y el inodoro empieza a rebosarse de
nuevo, caigo derrotada sobre las hojas de periódico ensopadas y sólo
puedo llorar.
Lloré por horas inconsolablemente, como no lo hacía
desde hace muchos meses. Desde hace días sentía ganas pero las lágrimas
se negaban a salir. Sobre todo desde el primero de mayo, cuando cumplí
un año de soltería. Ese día celebré con mi mamá, mi hermana y mi tía
en un concierto de Francisco Céspedes. No voy a decir que no me sentí
triste, de hecho todo este mes me he visto envuelta en una nostalgia
gris. Lo cierto es que el cubano me desgarró con su voz, con su
interpretación, con sus historias, con “Te extraño” de Manzanero.
https://www.youtube.com/watch?v=Q1-jLrqH3zI
Ha
pasado un año y uno sabe que después de tantos días sin tener al otro
en sus mañanas bellas, deja de hacerle daño no estar con él… Aunque la
canción me cala hasta lo más profundo, no es cierto que lo extrañe
cuando camino, cuando lloro, cuando río, cuando el sol brilla, cuando
hace mucho frío….porque lo cierto es que ya no lo siento como algo muy
mío. Y eso, lejos de reconfortarme, me pone más triste. Ya no es mío ni
el recuerdo, cada vez más desdibujado, cada vez más lejano, más ajeno.
Algo
pasa con los aniversarios. Un año más, ¿qué más da? Y sin embargo ahí
está esa fecha marcada en el calendario del alma, mandando flashes,
luces de bengala para que haga uno lo que haga, no se olvide que un día
igual, hace un año, le rompieron el corazón, ese que con esmero se
recupera, y que a la vez se reciente por ciclos que van y vienen.
Y
sí, a veces sólo hay que llorar. Es cierto que hay peores tragedias en
la vida, que hay personas que no tienen nada y son felices, que uno es
malagradecido al sentir tristeza cuando tiene salud, dinero y amor, y
que un baño tapado no es el fin del mundo cuando hay quienes no tienen
que comer, ni un techo para refugiarse de la lluvia… el caso es, que esa
catarsis escatológica, ridícula y superficial como ella sola, me sirvió
para que al otro día me levantara con los ojos hinchados, pero con el
alma livianita. Me fui a trabajar, luego a la peluquería, me quité la
raíz del pelo, me puse tacones y me pinté los labios de rojo. Latonería y
pintura y de tripas corazón, y como se dice los 31 de diciembre, ¡año
nuevo, vida nueva!