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17 de marzo de 2004

Hágalo usted mismo

Por: Ana Ïs

¿Es usted de los que sienten que conseguir con quién tener relaciones sexuales es para hombres atractivos, con dinero o sentido del humor? Pues tiene toda la razón. Una mente brillante o un corazón generoso no compensan el otro tipo de deficiencias. Es cierto que algunas mujeres tendemos a ser cursis, pero no tanto como para desear a un matemático que solo habla de functores desde el cartucho. Pero no desfallezca. Si usted no posee ninguna de las cualidades que hacen que un hombre sea atractivo, existen otras formas de satisfacer su vacío sexual.
El primer paso es aceptarse como es. Usted nunca va a parecerse a Kurt Cobain por más que deje de lavarse el pelo. Y no siga repitiendo esas historias interminables con las que nadie se ríe. Usted no es chistoso. Con respecto a las mujeres, no hay nada que pueda hacer. Ni siquiera intente conquistarlas pues solo se sentirá más fracasado cuando lo rechacen. Eso sí, muchas de nosotras sufrimos de neurosis, inseguridades o duelos profundos que nos llevan a los brazos de alguien como usted por lo menos una vez en nuestras vidas. Si le llega a suceder disfrútelo y trate a la desdichada como una princesa, porque, no nos digamos mentiras, usted no se la merece.
Pero mientras esa oportunidad llega, existe una amplia gama de juguetes sexuales que usted puede realizar en la comodidad de su propio hogar, y sin tener que gastar un céntimo en esas mujeres de dudosa salud.
Las delicias de vivir en el trópico
1. Tome un melón, una papaya o una patilla. Empezando por un extremo, ábrale un hueco de diámetro un poco inferior al de su pene y de un largo (bueno, usted sabrá que tan largo, pero es recomendable no engañarse). Si tiene, agréguele aceite humectante por el hueco. También puede calentar la fruta en el microondas, el calor siempre ayuda. Esa fruta será la vagina más lubricada que alguien como usted conseguirá. Si lo desea, antes de acuchillarla puede dibujarle una carita sonriente y contarle todos esos chistes que ninguna mujer parece entender. Ella terminará partida de la risa y dispuesta a darle el mejor sexo oral de su vida.
2. Sin vergüenza
Si además de falto de personalidad, dinero y belleza a usted se le dificulta tener erecciones, ya no tiene que entregarse al alcohol o lanzarse a algún cargo público. Ponga una toalla o limpión grande en el suelo. Junte tres butacas redondas sin espaldar. Acuéstese sobre ellas y deje que su miembro cuelgue por el hueco. Empiece a mover su pelvis, no necesitará viagra.
3. Siga la corriente
Las corrientes de agua de las piscinas son otra buena opción que le hará olvidar lo mal que se ven sus piernas de pollo en vestido de baño. Tome una revista, la SoHo es una excelente opción. Métase en la piscina y párese frente a uno de los chorros. Ponga la revista en el borde y si está con más gente finja que lee. Si está solo, mire las fotos de la sección "símbolo sexual" mientras disfruta. Una aclaración: es probable que se sienta atraído por pararse frente al desagüe, para sentir succión. No lo recomiendo. Sería muy vergonzoso quedarse pegado y si alguna de esas mujeres en duelo está cerca perdería su única oportunidad de encontrar a alguien que se interese por usted.
4. Muñeca de inflar para pobres
Si usted es un hombre tierno que no se contenta con una simple masturbación porque siente la necesidad de abrazar a alguien, recuerde que eso tampoco le suma puntos. Los hombres tiernos son excitantes si tienen una finca en las Islas del Rosario, unos abdominales marcados o nos entretiene hablar con ellos. Mejor pegue con cinta dos bolsas de basura por sus aperturas. Ábrale un hueco a esta gran bolsa sellada e ínflela con una aspiradora o un secador de pelo. Antes de que esté completamente llena retire el suministro de aire y selle el hueco con más cinta. Súbase en ella y comience a cabalgarla mientras la abraza tiernamente. Puede decirle palabras cariñosas. Cuando esté por venirse pinche la bolsa con los dedos para que empiece a moverse compulsivamente mientras se desinfla.
Las mujeres podemos parecerle crueles, pero la verdad lo que más deseamos es que los hombres como usted estén felices y ocupados, y no cortejándonos.