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14 de noviembre de 2006

Soy el dueño de... aroma y tanga

empecé como mensajero de un sex shop y hoy soy, además de su propietario, dueño de Aroma y Tanga y socio de Aroma y Bóxer.

Por: Edwin Burgos
| Foto: Edwin Burgos

empecé como mensajero de un sex shop y hoy soy, además de su propietario, dueño de Aroma y Tanga y socio de Aroma y Bóxer. Traje de Chile el concepto de los cafés con piernas y lo colombianicé cambiando el café por trago y vistiendo con sugestivos trajes a las niñas que atienden. Soy administrador de empresas de la Universidad Militar y comunicador social del Colegio Superior de Telecomunicaciones. Tengo 30 empleados, la mayoría son primos. Por eso molestamos diciendo que este es un negocio de familia como el del Padrino. Soy hijo de madre soltera y ella ha sido un gran apoyo. Viene, se sienta a tomar y habla con las peladas. La gente siempre se imagina que uno se la pasa saliendo con las niñas, pero no. Gran parte del éxito en esto es manejarlo como un negocio, pues si te enredas con las niñas, vienen los problemas. Lo he hecho y ellas terminan sin trabajo y uno sin ese recurso humano tan difícil de conseguir.
Antes poníamos avisos de prensa para buscar niñas o las traíamos de ciudades como Medellín y Pereira. Ahora muchas vienen refernciadas. Uno les explica que no van a tener que prostituirse, pero resulta más difícil conseguir niñas para esto que para la prostitución. Muchas prefieren acostarse por plata, pero en privado, que dejarse ver en nuestra barra. Y eso que sin hacer show se pueden meter hasta dos millones de pesos mensuales con solo propinas y comisiones por venta de licor y si quieren, pueden estudiar de día en la universidad.
Divido mi tiempo entre Aroma y mi hijo, con quien vivo en Metrópolis. No soy rumbero, no tomo y pese a que soy soltero, las niñas no me coquetean. Saben que soy serio y medio malgeniado. Hay algunas peladas que han sentado cabeza. y no falta el que las invita a comer y se casa con alguna. Hubo una muy linda de Villavo. Llevaba ocho días y me la sacaron. Le dijeron: “Venga, le pongo apartamento, estudio o lo que quiera que usted no lleva mucho tiempo en esto”.
Cada rato me entero de que abren y cierran barras. Nosotros seguimos ahí, en pie. Cada día mejor.