13 de julio de 2015

Instantanea

Arte sin querer queriendo

¿Le ha pasado alguna vez que al ver una obra de arte piensa que eso lo habría podido hacer usted? Pues bien, encontramos cinco personas que en su trabajo cotidiano han repetido, sin intención, algunas piezas que se han vendido por millones de dólares.

Por: Fotografías de Leonardo Castro
Arte involuntario



Título:
Pila de plats
Original
Antoni Tàpies
1970
Colección de la John Cage Trust

Así como la que usted tiene en su cocina, esta es una torre de platos. El artista la construyó para expresar su historia después de haber estado encerrado en un convento capuchino en 1966, cuando se escondió con otros intelectuales para formar un sindicato estudiantil en contra del franquismo. Pero no se indigne, Tàpies también ha hecho obras como Alpargatas o Silla y ropa, en las que recicló objetos de su vida cotidiana, los ensambló y los puso en un museo.


Involuntario
César Augusto Duque Gómez
Es propietario y cajero del restaurante Agua Dulce
Cl. 77A n.° 11-68 (Bogotá)


“Hoy vendí 118 almuerzos a 8000 pesos. A las 3:00 de la tarde se fue el último cliente y mis cinco empleadas terminaron de limpiar el restaurante media hora después. Cada cliente usa dos platos y un vaso, por lo que al día se lavan más o menos 250, contando los que usamos nosotros cuando almorzamos al final del servicio. Aquí los dejamos secando en torre para no pasarles trapos que puedan tener bacterias”.

Título: Retrato de Marcel Brient o Sin título
Original
Félix González-Torres
1992
Vendida en 2010 por 3,5 millones de euros
(un poco más de 10.200 millones de pesos)

La montaña de 90 kilos de dulces que usted ve vale más o menos 4500 veces lo que costaría en cualquier supermercado. Se trata de una instalación donde el público puede coger, desenvolver y consumir los dulces envueltos en celofán, y que según los críticos es una reflexión sobre lo temporal, pues siempre está cambiando su forma. Para el autor, que murió en 1996, es una obra para “aprender a dejar ir las cosas”, porque en algún punto los dulces se acaban.



Involuntario

Arley Vanegas Granada
Trabaja como operario empacador del área de dulcería
Fábrica de Colombina
La Paila, Valle del Cauca

“Estos 100 kilos de Bon Bon Bum, Coffee Delight, Xtime, Max, Tipitín y demás los traen del área de producción y los vamos acumulando, en condiciones impecables de bioseguridad, hasta que haya suficientes para empezar a empacar. El precio de venta de todo esto en un supermercado, calculo, es como de dos millones de pesos”.



Título: Fluxus-Sinfonía para 40 aspiradoras
Original
Wolf Vostell
1976
Museo Vostell-Malpartida de Cáceres

Es como la sinfonía que hacía la mamá del artista cuando aspiraba la casa, pero amplificada 40 veces. Es a la vez una instalación y una obra de arte sonoro, que reflexiona acerca de qué es música y qué no. Por un lado, puede crear ansiedad, desubicación y desagrado en el espectador, pero también es posible que aleatoriamente las ondas se mezclen y hagan sonidos que a algún intelectual le puedan parecer interesantes.


Involuntario
Julio Enrique Sarmiento Gaona
Trabaja como Coordinador de electrodomésticos
Alkosto de la calle 68 (Bogotá)

“Aquí, el cliente puede probar todas las aspiradoras, por eso es común que varias suenen al mismo tiempo. De hecho, tenemos una referencia nueva que no hace ningún ruido y por eso nos gusta que la gente las prenda. Tenemos tenemos expuestas 22 aspiradoras de marcas como Electrolux, LG, Black & Decker y Käutcher, que van desde los 145.000 hasta el millón de pesos”.


Título: My Bed
Original
Tracey Emin
1999
Vendida en 2015 por 2,5 millones de libras
(unos 10.400 millones de pesos)

Así como lo lee, esta cama vale casi lo mismo que la mansión de James Rodríguez en Madrid. La obra fue subastada este año en Christie’s y su comprador, un famoso coleccionista londinense, la dio en préstamo a la galería Tate Britain hasta 2016. Por eso, si tiene el lujo de encontrársela, va a ver una obra que, según la artista, es una muestra de su realidad personal después de una ruptura sentimental. La cama está rodeada de colillas, botellas, ropa interior sucia y basura.


Involuntario
Liliana Esther Martínez Álvarez
Trabaja como aseadora de habitaciones
Motel Rocamar
Cl. 168 n.° 7-50 (Bogotá)

“En este cuarto había una pareja que estaba celebrando un aniversario. Se quedaron 12 horas, pidieron vodka, ron, vino y una torta de caramelo y chocolate que mis jefes casi no lograron conseguir. Mi trabajo es quitar todo lo de la cama para llevar a la lavandería, recoger el desorden y desinfectar. Uso guantes y tapabocas por mi seguridad. Después entra un camarero que es quien pone de nuevo la cama. Hoy he limpiado 18 habitaciones y todavía quedan 10 de las que no ha salido la gente”.


Título: Caja vacía
Original
Gabriel Orozco
1991
Colección del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (MET), donación del artista

Si le decimos que esta obra fue pateada por los visitantes y levantada por el personal de aseo del MoMA, donde estuvo expuesta, seguramente a usted le va a parecer natural. Y eso fue lo que sucedió porque nadie podía creer que una caja de zapatos vacía fuera arte. De hecho, el público quedó tan decepcionado que Orozco respondió: “Muchas veces, en mi obra, estamos ante el encuentro entre dos recipientes vacíos: el espectador y el objeto como recipientes que se encuentran". El punto es que Orozco es un provocador, no solo con sus obras sino con sus palabras, y por eso es considerado por los críticos como un transgresor de las reglas del arte tradicional.


Involuntario
Luis Horacio Montes
Propietario de Calzado La Corona
Cra. 9 n.° 9-77 (Bogotá)

“A nosotros siempre nos traen las cajas con los zapatos, entonces eso es un costo que asume el fabricante. En los 38 años que llevo en el negocio, jamás he tenido que pagar un solo peso por una caja de cartón, por lo que ni siquiera sabría cuánto vale una de esas. Podría decir que si mucho serán 300 o 400 pesos”.


Contenido Relacionado

Instantanea

Arte sin querer queriendo

¿Le ha pasado alguna vez que al ver una obra de arte piensa que eso lo habría podido hacer usted? Pues bien, encontramos...