17 de agosto de 2005

Deje ver el hambre

El restaurante se llama Banak y le sobran argumentos: mucha luz, terraza, música lounge perfecta para la charla, y una carta mediterránea con ciertas tentaciones orientales.

Dicen que es mejor no dejar ver el hambre, aunque tampoco hay que irse al extremo. Como lleva más de una semana invitándola y nunca puede porque es superejecutiva, no la piensa llevar al restaurantazo, no va y sea que se crea demasiado importante. Bueno, pero ¿va a salir ahora con cualquier corbata, pa' invitarla al Carulla de la 11 con 70? Valiente invitación. ¡Para eso le manda una ensalada a domicilio y ya! Sí, muy rico para almorzar con los de la oficina, pero tampoco se trata de hacerle pensar que a usted le importa un comino. La solución para que no eche todo a perder haciendo del momento un mero almuerzo oficinesco es la siguiente: nada de coger el carro y llevarla al restaurante de moda (eso, además, puede ser contraproducente, porque ahí uno se encuentra con gente y termina siendo poco íntima la cosa). Lo que nosotros sugerimos es que encuentre un término medio, que le deje ver que está interesado, pero que también le haga ver que no se desvive por ella, que está improvisando y que además es tan casual que la improvisación le sale bien.
Una vez se encuentren en la esquina del parque de Quinta Camacho, empiece a caminar como llevándola a Carulla. Ahí seguro se topa con Banak un lugar en donde todo está hecho para esas escenas improvisadas. El sitio tiene una decoración muy sobria, está lleno de luz y puede escoger la terraza, que está aislada de la carrera décima por unas matas muy bien dispuestas. Si quiere aún más privacidad, hay otra terraza afuera que da la sensación de un jardín zen. La música es un lounge suavecito, perfecto para conversar.
Pero como el caso es de hambre, hablemos de la comida. Es una mezcla de tradiciones mediterráneas con ciertos toques orientales. Antes de ordenar le traen un pancito francés (que seguro son las inigualables baguettes del supermercado vecino) acompañado de un pesto de ajonjolí y pimentones que resulta un vicio incontrolable. Hágale suave para guardarle espacio a lo demás. A las sopas, ensaladas y esas típicas entradas se suman un tartar de salmón y un carpaccio de pescado blanco muy ricos. Como plato fuerte recomendamos el corte de lomo relleno de queso azul. Si la superejecutiva es vegetariana o no quiere comer nada pesado, puede pedir unos espaguetis con tomates. Si le sale refinadita, unos langostinos a la brasa, y si nada de esto sucedió porque le volvió a quedar mal y solo atinó a decirle que se tomaran un "cafecito" después del trabajo, pues llévela al segundo piso de Banak, donde el ambiente puede dar para pedir una botella de vino en lugar del "cafecito" y una tortilla española o un antipasto para alargar la tarde. Que le quede clara la lección. En eso de mostrar o no el hambre reza el dicho: ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre. Banak, y "san se acabó el problema".

banak
Entrada sugerida: Ensalada
de calamares con salsa
de tamarindo: $14.000
Plato fuerte sugerido: Corte de lomo relleno de queso azul con cebollitas acarameladas y espinacas salteadas: $18.000
Entradas: de $9.000 a $17.000
Platos fuertes:
de $14.000 a $34.000
Cra 10 # 70-20/24
teléfono: 3170625