12 de junio de 2006

Enigmas musicales

Por: Antonio García Ángel

A pesar de que alguna vez estuve en clases de guitarra, soy negado para la música, tengo oído de leñador. El único sol que reconozco es el del cielo, para mí fa es el nombre de un desodorante que he visto en el supermercado y do es el verbo hacer en inglés. Pero las letras de canciones sí me las grabo y a veces las pienso más de la cuenta. He reunido algunas piezas bastante crípticas que expongo a continuación.
Caifanes tenía una de largo título, Para que no digas que no pienso en ti, que empezaba: "Ando buscando/ las formas ocultas/ de una mantarraya/ con neurosis ausente". A mí aún no me da la epistemología, ni la biología ni la teoría para entender qué estaba queriendo decir este man con eso, y cada vez que la oigo pienso que Cerati solo hay uno, únicamente a él le permito semejante grado de abstracción.
Diomedes Díaz, en uno de sus temas más conocidos, dice: "No pienses tanto, vive contenta y vive feliz/ y pon cuidado en esta parodia que dice así:/ todo lo que yo trabaje, todo es para ti/ tú eres quien tiene derecho.". Teniendo en cuenta que una parodia es una imitación burlesca, yo me pregunto ¿a quién está parodiando el Cacique de La Junta? Seguro le sonó parodia a otra cosa, como a declamación, pero en todo caso el resultado es ilógico.
¿Y recuerdan las canciones infantiles de Enrique y Ana? En algunas había un fuerte contenido erótico: "En un bosque/ de la China/ la chinita se perdió/ y como yo andaba perdido nos encontramos los dos/ y yo que sí/ y ella que no/ y yo que sí/ y ella que no." A mí me perdonan, pero ahí hay acceso carnal violento o, por lo menos, no consentido. Esas eran las canciones que cantábamos cuando niños. ¿Pero qué se podía esperar de nosotros, si en ese tiempo nuestros padres escuchaban a Guillermo Buitrago hacer una declaración swinger: "Dame tu mujer, José/ dime cuándo me la darás.".?
A Lisandro Mesa, el Sabanero Mayor, me gustaría preguntarle qué es una mujer baracunátana y también pedirle que me confirmara la sospecha de si "me prohibieron la chulacunacha, que no la comiera ni en chacunanza" significa en realidad "me prohibieron la chucha, que no la comiera ni en chanza". Recordemos que chucha, en la costa, es vaginal. A Álvaro Mercado Bastidas sí pude encontrarlo para preguntarle qué demonios era revoliático y él tuvo la gentileza de explicarme. Resulta que en Plato, Magdalena, vivía un profesor de matemáticas que se llamaba Francisco y su mujer era dueña de un restaurante. A veces Francisco preparaba el sancocho y le quedaba muy bueno, mejor que cuando lo hacía su esposa. Cuando Mercado y Alcides Díaz (el coautor) lo veían revolver la olla, le cantaban "revoliá, revoliático, Francisco el matemático". Por lo tanto, uno está revoliático cuando mezcla y revuelve los ingredientes de una olla. Además, pude descubrir que La Ciguapa de Chichi Peralta es un espanto del folclor dominicano. Las ciguapas son extrañas mujeres salvajes que habitan en las montañas y tienen poderes mágicos. Son morenas, de ojos negros y rasgados, de pelo suave y lustroso, tan largo que es lo único que llevan por vestimenta. Algunos campesinos dicen que las ciguapas son pequeñas y desproporcionadas, otros afirman que tienen las piernas largas y delgadas, pero no falta quien asegura que son velludas. Es decir, la ciguapita de Chichi puede no ser tan bella.
Hay una música tropical-picaresca, basada en el doble sentido, que siempre glosan en los bailables de fin de año. En ella es fácil deducir qué es el corrosco, cómo se baila el canchis-canchis, qué era lo que quería el negro y en realidad qué es el machín; pero no es tan fácil con el pávido návido. Para mí es el gran enigma musical de los últimos años. Yo antes creía que se trataba del pavo navideño que cenarían en Nochebuena, pero si atendemos a la letra, quizá no: "Bienvenívido pávido návido, donde está su esposa návida componiéndose el vestívido, arreglándose el peinávido, las hijas del pávido návido y por donde churumbé." (Ojo, primicia: no es "el cordón del churumbel", como la habíamos cantado desde niños). El pávido návido no es un pavo navideño, pues solo en Disney los pavos tienen esposas que se peinan y se arreglan el vestido. Mi segunda teoría era: "pa(vido)na(vido)", o sea, pana en el sentido de amigo, camarada, como dicen en Ecuador, Puerto Rico y Venezuela. El problema es que Santos Espinosa Lara, el compositor del Pávido návido, es mexicano. Ahí les dejo la duda, y cuando terminen pueden investigar cómo se abaraja una bañera.