29 de enero de 2018
Entretenimiento
Los secretos de 'La voz'
El hombre que dirigió los últimos 20 años de carrera de Frank Sinatra cuenta las intimidades de uno de los artistas más influyentes del siglo XX.
Por: José Vicente GuzmánCuando Eliot Weisman comenzó a trabajar como mánager de Frank Sinatra, en 1975, el cantante estadounidense ya era toda una leyenda de la música. No solo tenía 60 años ?40 de ellos de vida artística?, sino que había vivido su mayor época de esplendor y de fama unas décadas atrás, durante los años cuarenta y cincuenta. El sex symbol que encantaba con su voz y protagonizaba películas taquilleras se había convertido en un hombre que se asomaba a la tercera edad, tenía fama de problemático y muchos decían que ya había pasado su cuarto de hora. Pero Weisman asumió el reto. Uno difícil, porque Sinatra estaba acostumbrado a una vida de hoteles cinco estrellas, aviones privados, restaurantes costosos, joyas para su esposa y plata para repartirles a sus amigos, sobre todo cuando estaban en problemas. Así que su labor, antes que nada, fue garantizar que el dinero siguiera llegando.
Por fortuna, la voz de Sinatra seguía ahí. Así que con un poco de esfuerzo y olfato para los negocios, Weisman logró que el cantante se anotara algunos de sus éxitos más recordados, como el álbum Duets, que hoy sigue siendo el más vendido de su carrera, o las giras masivas como Together Again ?junto con Dean Martin y Sammy Davis Jr.? y Ultimate Event Tour. Le fue tan bien que se quedó junto a Sinatra por dos décadas, hasta su muerte en 1998. Pero mientras organizaba los conciertos, las giras y las grabaciones de los álbumes, Weisman también tenía que lidiar con un montón de problemas dentro del equipo. El principal era que, con el paso de los años, a Sinatra la edad le empezó a pasar factura. Ya no solo era su personalidad difícil ?algunas veces encantador y otras un poco despreciable?, o su mal genio, sino la pérdida de memoria (alguna veces, incluso, olvidaba la letra de sus canciones), la mala visión o los problemas de audición. Todo eso causado, según sospecha Weisman, por unos antidepresivos que “La voz” ?como llaman a Sinatra en Estados Unidos? tomaba en exceso.
Esa y otras historias hacen parte de The Way It Was: My Life with Frank Sinatra, un libro de Weisman y la periodista Jennifer Valoppi publicado en octubre y que resume los 23 años que el mánager trabajó con el artista y fue testigo de su éxito, su decadencia y su retiro. Debido a que Weisman terminó siendo amigo y confidente de Sinatra y su familia, el texto está lleno de anécdotas curiosas y reveladoras. Una de las más llamativas es que el cantante siempre cargaba con una Uzi dorada que le había regalado la primera ministra de Israel, Golda Meir, y que en un viaje a Verona, Italia, casi los mete en problemas: unos agentes de inmigración se subieron al avión y les preguntaron si tenían algo que declarar, y aunque el arma estaba escondida en el piso, dijeron que no. El equipo pasó los minutos más largos de su vida, pero al final, los agentes solo se tomaron unas fotos con Sinatra y salieron sonrientes del avión.
El libro también cuenta que Weisman intentó hacer que Sinatra dejara de tomar los antidepresivos que, creía, estaban deteriorando su salud. Pero Barbara, la cuarta esposa del cantante y quien estuvo con él hasta su muerte, no lo permitió, pues temía que al retirárselos o cambiárselos por otros, Sinatra se tornara violento o se descontrolara. En 1996, “La voz” se retiró por su mala salud y, sobre todo, por la pérdida de la memoria. Tras su retiro, su estado se deterioró aún más y murió dos años después de un ataque al corazón. Hasta ese momento, e incluso después por temas de su herencia, Weisman estuvo al pie del cañón. Por eso, más que una colección de anécdotas, el libro es una oda a su amigo, su jefe y al artista que más ha admirado en su vida.
The Way It Was: My Life with Frank Sinatra / Eliot Weisman, 311páginas. Hachette Book Group, Inc. Lo puede pedir por Amazon.