22 de julio de 2009

La Juanística

Por: Eduardo Arias
| Foto: Eduardo Arias

A lo largo de la historia la humanidad ha bebido de las fuentes inagotables de disciplinas y escuelas de pensamiento tan diversas como la casuística, la escolástica, la estadística, la onomástica, la logística, la cirugía plástica, la balística y la esvástica. Dentro de ese orden de ideas es claro que Colombia está sumergida en la juanística. Este término se le ocurrió al comunicador Felipe Tello a orillas del río Guatapurí mientras soportábamos una tanda de canciones de Silvestre Dangond, y se refiere al arte (porque es un arte) de ponerle cualquier música a lo primero que a uno se le ocurra. Recibe el nombre de juanística porque ha sido Juanes quien logró la hazaña de convertirse en estrella de fama mundial a punta de musicalizar con melodías más que obvias, frases como ama la tierra en que naciste, fíjate bien donde pisas o it‘s time to change. Frases que parecen transcritas textualmente de un correo o de una conversación casual: "Y es por ti que late mi corazón, y es por ti que brillan mis ojos hoy y es por ti que he vuelto a hablar de amor".

Obvio, la juanística como tal existía antes de Juanes. Ejemplos clásicos de juanística se encuentran en los jingles publicitarios. Un ejemplo notable, "con mis Gudiz soy feliz porque son de maiz". Hay mil más. Juanística en Jorge Celedón cuando descubre el agua tibia al proclamar a grito herido "¡qué bonita es esta la vida!". En Fonseca cuando canta "quiero tenerte en mis brazos, poder salir y abrazarte y nunca más dejarte ir". Juanística ciento por ciento pura en Silvestre Dangond, con frases como "me gusta me gusta me gusta me gusta" o "calidad de vida porque ella herida no da el mismo beso".

Como dice Tello: "El que piensa pierde". Por ese motivo en una sociedad sumergida en la juanística a quienes van más allá de blanco/negro, amor/odio o bueno/malo no les paran muchas bolas. Casi nadie les presta atención.

Ojo. Juanístico no es sinónimo de cultura popular. Nada más sabio y filosófico que esas expresiones del habla popular como "cualquier cosa que le diga es mentira" o "para qué le digo que no si sí", o las coplas que recopila y divulga Jorge Velosa. Ahí hay poesía, filosofía, en el peor de los casos una reflexión. Es más, muchos ejemplos de juanística vienen de los estratos más educados de la sociedad, de la clase dirigente. Podría decirse que ciertas declaraciones de altos funcionarios del actual gobierno, en particular de los ministros de Hacienda y de Obras, parecen haber surgido de la más profunda juanística.

Pero no todos están amparados por la juanística. Algunos de ellos, como José Obdulio Gaviria, Uribito, Diego Palacio o Juan Manuel Santos, a diferencia de Juanes, apelan al argumento retorcido y falaz, a la mentira calculada, mientras que Juanes es un bacán, es sincero, de verdad se cree cada sílaba de lo que canta y lo hace sin ninguna segunda intención. Como Andrés Uriel cuando señaló, por allá en 2007, que en enero de 2008 estaría listo un servicio de tren de pasajeros entre La Dorada y Santa Marta. O el simpático Óscar Iván cuando insiste en que la economía colombiana está blindada. Si Juanes pusiera música a esas declaraciones, sin duda llegaría una vez más al tope de las listas de éxitos.

BONUS TRACK: Caso especial merece la arjonada, singular técnica desarrollada por el cantanutor guatemalteco Ricardo Arjona, ese curioso híbrido entre Juanes y Miguel Mateos, quien maneja la juanística desde la orilla opuesta: la del rebusque a ultranza. Así, hace de lo obvio un malabar lingüístico que nace de una técnica muy simple. Consiste en buscar palabras que rimen, ojalá con rimas complicadas, nada de infinitivos en ar, er o ir. Una vez encontradas las palabras, escribe una frase juanística del tipo "sin ti no puedo vivir/ sin ti yo soy…"

Debajo del par de versos de introducción se ubican las palabras en una columna en el margen derecho de la página y, como si escribiera en árabe o hebreo, se rellena cada verso de derecha a izquierda hasta dar con la métrica necesaria. Ejemplo: poner en la columna del margen derecho las palabras batracio, palacio, Ignacio, Lazio, espacio, gimnasio, Topacio y cartapacio. A continuación se rellenan los versos. Este es un posible resultado del ejercicio arjonístico arriba propuesto:

Sin ti no puedo vivir/ Sin ti yo soy

Como estanque sin batracio/ Obdulio sin palacio

Jesuita sin Ignacio/ La Roma sin la Lazio

Astronauta sin espacio/ Moderno sin gimnasio

Venevisión sin Topacio/ Soy un juez sin cartapacio.