15 de febrero de 2010

Para subrayar

Retrato descarnado de una madre manipuladora, que al final se torna compasivo

Por: Camilo Jiménez
Cuestión de familia de Tim Keppel (Alfaguara) | Foto: Camilo Jiménez

Cuestión de familia
de Tim Keppel
(Alfaguara)

Madre no hay sino una, para fortuna y salud mental del género humano. Porque ¿quién no ha querido, al menos por un segundo, defenestrar a la mamá? A punta de amor y mimos, de cuidados y consejos nos pueden enloquecer esas señoras que tanto queremos. La del narrador de esta novela es de las que asfixian con arrumacos y consejos. Y él, un escritor en ciernes lleno de dudas, traza en estas páginas un relato para nada compasivo de su madrecita linda. Me da por pensar que ningún autor latinoamericano, ni siquiera en la ficción, describiría la perfidia de una madre manipuladora con la frialdad con que lo hace Tim Keppel en esta novela.

La novela se divide en episodios: una carta, una llamada, algo leído al paso en un titular activa la memoria de este narrador y le sirve de excusa para mostrar alguna característica de su madre. Esos episodios van configurando un mapa tanto de la señora como de la época, de él mismo, de la familia. Pero no todo es retrato descarnado de una madre manipuladora: los últimos capítulos son puras declaraciones de amor (ojo, sin caer nunca en cursilerías, al contrario). Por todo ello, además del humor y el ritmo de la narración, vale la pena comprarla. Y leerla, claro: se deja ir facilito.

 

Opium
de Jean Cocteau
(Back List)

Notas sueltas, dibujos, relatos y reflexiones escritos por el poeta, pintor y director de cine Jean Cocteau mientras se desenganchaba del opio, entre 1928 y 1930. Los principios que guían estas notas están, como debe ser, al principio: "Se me acusará de falta de decoro. Me gustaría carecer de decoro. Es difícil. La falta de decoro es el signo del héroe". Así, sin decoro ni eufemismos, diciéndoles a las cosas por su nombre el autor expone aquí pensamientos sobre la adicción, el arte, las vanguardias, la lectura, los amigos y la amistad, escritos con el desgarramiento y la sinceridad de un hombre que está dejando un vicio y, por lo tanto, se enfrenta a sus demonios.

 

¡Que viva la fiesta!
de varios autores
(Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano-  Colombia es Pasión)

El año pasado la Fundación Nuevo Periodismo organizó talleres en Barranquilla, Valledupar y Medellín por los días en que se celebraban el Carnaval, el Festival Vallenato y la Feria de las Flores, respectivamente. Cada taller convocó a periodistas de todo el continente dirigidos por cronistas consagrados: en Barranquilla, Cristian Alarcón; en Valledupar, Alberto Salcedo Ramos, y en Medellín, Martín Caparrós. Los periodistas escribieron una crónica bajo la guía de los maestros, y los resultados pueden leerse en este libro, bellamente diseñado y cuidadosamente editado. Aventuras, dolores y alegrías de protagonistas y personajes secundarios de nuestras fiestas más representativas.

 

Criterión
Los hermanos Rausch en la cocina
(Gamma Editores)

No hay unanimidad sobre la pericia de los hermanos Rausch frente a los fogones: para unos su restaurante, Criterión, es de los mejores de la ciudad, para otros está sobrevalorado (a mí me encanta). En lo que sí hay que estar de acuerdo es en que los tipos están en todo: programa en el canal Gourmet, pastelería, venden trastos con su nombre en Carulla. El libro es bonito, sí. Caro también: vale 200.000 pesos (para no hablar de los ingredientes: salmón ahumado, hongos de varios tipos, vieiras, caviares). Lo que no me gusta tanto es que estos cocineros pasan demasiado tiempo por fuera de su cocina. Con el tiempo, o su comida o sus negocios se podrían resentir con tanto movimiento. Yo espero que no.