11 de mayo de 2007

Por favor, pise el prado

Pise el Prado, písele el acelerador sin miedo que para eso fue hecho. El nuevo juguete de Toyota es sobrio y deportivo, capaz de dar lo mejor de sí en cualquier terreno. Con sistema 4x2 que se convierte en 4x4 según la ocasión, usted llegará exactamente a donde quiera llegar y a la hora que quiera hacerlo, sin despeinarse ni gastar una gota de gasolina más de lo necesario.

Sabemos que usted no es un patán que vive echándole el carro encima a cuanto cafre maneja en nuestras calles, pero en caso de que alguien se atreva a desafiarlo, usted tendrá una máquina de 152 caballos de fuerza para aceptar el reto. Como un karateca, usted solo usará sus armas en defensa propia.

El ganador de la Toyota Prado

Álvaro Correa vive en Popayán y no solo lee SoHo sino que también la colecciona. La empezó a comprar en los puntos de venta a partir de la número tres (con Catalina Maya en portada) y desde entonces no se ha perdido ninguna edición. Y para no correr el riesgo decidió, hace tres años, suscribirse. Sabia decisión: su renovación automática coincidió con el concurso que lanzamos hace poco más de un mes. El día que recibió la llamada de Julio Sánchez Cristo y Alberto Casas lo cogieron fuera de base. Le preguntaron al aire sobre el paradero del cuerpo de Camilo Torres, según lo que había revelado el general (r) Álvaro Valencia Tovar, y su esposa, al notar que no sabía la respuesta, decidió soplarle.

Cuando este ingeniero civil de 29 años colgó el teléfono, no lo podía creer. Al rato lo llamó su papá desde Bogotá para felicitarlo, pues lo había escuchado todo. Aún incrédulo, decidió meterse a www.soho.co para chequear el modelo de la camioneta y supo inmediatamente que tendría que poner a la venta su KIA Picanto para así disfrutar de un carro mucho más grande y potente junto con su esposa y su hija de cuatro años. Cuando lo llamamos para entrevistarlo nos preguntó si le podíamos conseguir las revistas que le hacen falta para completar su colección, la 1 y la 2. No se lo garantizamos pues aquellos números ya hacen parte de nuestro museo SoHo, pero al menos el ya podrá comenzar el suyo propio: el museo de la Prado.