Home

/

Historias

/

Artículo

14 de junio de 2005

Testimonios

Las amarguras /Jairo Aníbal Niño

Miro con odio al que ha expulsado de mala manera al perro callejero.

El animal solo quería un pedazo de umbral para guarecerse del odio de la noche. Sus ojos me miran y son dos golondrinas con las alas rotas que conservan, sin embargo, una reposada e invulnerable dignidad. Me siento en la desvencijada banca del parque y fluye en mis posaderas el odio a los muebles fríos. El perro se echa a mis pies. Él y yo, entonces, decidimos, como para pasar el tiempo, como dos vagabundos que intercambian el último centímetro de un cigarrillo, en un esfuerzo por impedir que el odio de la ciudad oxide el milagro de la compañía, hacer un balance de los odios, de lo que nos suscita una viva repugnancia hacia alguna cosa, según la sentencia del diccionario Larousse.
El perro odia los gatos, el collar, las noches sin luna, los huesos de plástico, los automóviles veloces, la sarna, la indiferencia a los meneos del rabo, la sed, las pedradas, las pulgas, el granizo, los árboles espinosos.
Yo odio la sopa de tortuga, porque en cada plato chapotean las cucharadas de su extinción, y odio los zapatos nuevos y el cocido boyacense en el que flotan nabos olorosos a yodo y otros ingredientes que parecen provenir de la huerta de un alienígena y odio las memorias ministeriales, el afán de lucro, el autoritarismo, la injusticia y las ceremonias escolares en las que los niños son sometidos a un programa devastador que incluye himno nacional, himno del departamento, himno de la ciudad, himno del colegio, discurso del rector, discurso del funcionario de turno y el sonido de estrepitosas cornetas que se lanza contra una temblorosa e indefensa bandera. Odio las aburridísimas colas frente a las ventanillas de los bancos, la descortesía, un tango a todo volumen con el que nos encontramos al subir a un bus urbano a las seis de la mañana. Carlitos Gardel sabe mejor que nadie, que un tango a esa hora y en ayunas es insoportable. Odio la arrogancia del poder, las medias rotas, el café frío, los gritos, el dolor de estómago, los calzoncillos apretados, el afán de muchas personas por llegar a ninguna parte, los pitos de los automóviles, a los que mascan papitas fritas en la sala de cine y logran que un tiranosaurio rex salte de la bolsa de plástico y nos inflija una tarascada en la nuca. Y de manera absoluta, odio las armas.
La noche se diluye y el amanecer lechoso se cuelga de las ramas de los árboles del parque. El perro y yo nos despedimos con el compromiso de compartir en alguna noche del futuro un balance de todo lo que amamos.

Contenido Relacionado

Testimonios

Diatriba contra el Dalai Lama

Anda por todo el mundo como si fuera un dios que encarna el modelo de paz, espiritualidad, tolerancia y sabiduría que mu...

Angelica Blandón

Testimonios

El día en el que Angélica Blandón confesó que ha hecho tríos

Angélica Blandón, famosa actriz, recrea para SoHo cómo fue su primera vez con una mujer en presencia de su novio.

Testimonios

Yo trabé a mis amigos con una torta de marihuana

"Lo que yo les hice a ustedes aquel domingo de junio de 1980 no tiene nombre ni perdón": Eduardo Arias.

Testimonios

Historia de mi propio aborto por Virginia Mayer

¿Qué pasa por la cabeza de una mujer que toma la decisión de abortar? ¿A quién acude? ¿Cómo asume el procedimiento? ¿Cóm...

Testimonios

Nunca es tarde para el ejercicio

¿Sabía que después de los 40 los músculos empiezan a perder masa muscular y, por ende, fuerza? Si no hace ejercicio, es ...

Testimonios

Humberto de la Calle antes de entrar a la política

¿Sabía usted que antes de ser vicepresidente, ministro o incluso abogado, el actual negociador de paz fue un abanderado ...

Testimonios

Por qué escogí una carrera en pornografía

A Carly Rae su trabajo como actriz porno la salvó de una depresión y le devolvió la confianza. Pero no todo ha sido buen...

Testimonios

Así salí del clóset y me casé

El escándalo sobre las cartillas para fomentar el respeto a la diferencia sexual en los colegios —que ha incluido marcha...