Seis históricos

Eduardo VII

Fue el primogénito de la reina Victoria y esperó 59 años para ascender al trono de Inglaterra. En 1962, cuando ostentaba el título de príncipe de Gales, se tatuó durante un viaje a Tierra Santa como una manera de celebrar su estancia. Lo que se grabó en la piel fue la Cruz de Jerusalén, una imagen griega rodeada por otras cuatro cruces pequeñas.

Zar Nicolás II

El último zar ruso fue obligado a abdicar por la Revolución de Febrero de 1917 para ser asesinado un año después junto a su esposa, sus hijos y algunos empleados personales. Fue un gran navegante. Debido a este gusto y a su cercanía con marineros, en 1891 decidió tatuarse una serpiente en el brazo derecho, como un auténtico vagabundo de los mares.

Thomas A. Edison

Se dice que este famoso inventor estadounidense creó una máquina perforadora en 1877 que, posteriormente, se convirtió en la pistola tatuadora moderna; por esto no es raro que en el antebrazo izquierdo tuviera un tatuaje: un quincunce, cuadrado formado por cuatro puntos con otro en la mitad (el mismo que sale en el número 5 de un dado).

Winston Churchill

Dicen que el famoso premio Nobel y primer ministro de Inglaterra tenía un ancla grabada en el brazo derecho, aunque no existe evidencia. Pero sí la hay del tatuaje que tenía su madre, lady Randolph Churchill, quien portaba una serpiente en la muñeca izquierda. Ella hizo parte de algunas mujeres de la era victoriana que decidieron tatuarse por rebeldía.

Sean Connery

El agente 007 tiene desde su juventud dos tatuajes en los brazos. Ambos señalan sus grandes amores: Escocia, su lugar de origen, y sus padres. “Mum and Dad” y “Scotland Forever” es lo que se lee en su piel. Las dos marcas se las hizo mientras estuvo en la Marina Real, en los años cuarenta del siglo XX, antes de ser uno de los actores más famosos del cine.

Justin Trudeau

En 2011, mientras el hoy primer ministro de Canadá participó en una lucha benéfica de boxeo, se pudo ver la marca que lleva en el brazo izquierdo. Se trata del planeta Tierra dentro de un cuervo, una imagen inspirada en la iconografía de los haida, un pueblo indígena canadiense. De los mandatarios de la actualidad, Trudeau es, al parecer, el único tatuado.