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10 de abril de 2006

Un infiltrado en la Cienciología

Con la cabeza repleta de preguntas, Rafael López tocó a la puerta de la sede principal de la iglesia de la Cienciología en Madrid. Salió de allí con más dudas, pero también con una crónica que resuelve muchas de las nuestras sobre la "religión" fundada por L. Ron Hubbard.

Por: Rafael López

I Estoy parado frente al edificio ubicado en la calle Santa Catalina 7. A diez metros queda el Palacio del Congreso y a escasos doscientos, el Museo del Prado. Posiblemente estoy frente al metro cuadrado comercial más caro de Madrid. El edificio es antiguo pero la institución que alberga la inauguró Tom Cruise el día 18 de septiembre de 2004. Eso fue hace, digamos, un año y medio. Pero todo empezó antes. Mucho antes. 75 millones de años para ser más exactos.
En aquel tiempo, Xenu gobernaba sobre 76 planetas que conformaban la Confederación Galáctica de la cual Teegeeack hacía parte. Hoy en día Teegeack es más conocida como Planeta Tierra, o Tierra a secas -pese a sus océanos. ¿Estaba Teegeeack habitada hace 75 millones de años? No lo sabemos. pero tenía volcanes, muchos volcanes.
En tanto que gobernador, Xenu se enfrentaba a un problema recurrente: la sobrepoblación. Las sagradas escrituras dicen que dicho problema era del orden de los " 250 billones por planeta o 178 billones en promedio".
¿Qué hacer? Se preguntaba Xenu. Su respuesta fue contundente: llevó a los sobrantes a Teegeeack, los embutió en los volcanes y les sopló bombas de hidrógeno, a razón de una por volcán. Esto acabó con sus cuerpos y mentes, pero no con los thetan. La Dianética nos enseña que todos somos tres cosas: cuerpo, mente y thetan. Las escrituras dicen que los inmortales thetans "fueron llevados en cajas a Hawai (los del área pacífica), y a Las Palmas (los del área atlántica)".
Resulta que hoy, 75 millones de años después, cada vez que tenemos un problema es porque algún resentido thetan se escapó de su caja y se nos pegó al cuerpo (cuando este fenómeno ocurre se denomina "body thetan"). Afortunadamente L. Ron Hubbard descubrió, hace más de medio siglo, el método para librarnos de tan molestos bichitos.
Las malas noticias son:
Primera: uno no tiene por qué saber ni de Xenu ni de Teegeeack, ni de los body thetans.
Segunda: tal revelación solo se logra alcanzando el nivel OT III de la Cienciología.
Tercera: alcanzar dicho nivel, además de muchas horas de estudio, presupone un desembolso no inferior a los 160.000 dólares.
Ustedes se preguntarán: ¿y acaso hay gente que cree en eso y ha realizado tal desembolso? Sí. Y los conocen. Por lo menos a tres: Tom Cruise, John Travolta y Bart Simpson. ¿Bart Simpson? Está bien, Nancy Cartwright que es la que le presta su voz en inglés (lean los letreritos y verán). Sé que para muchos la revelación OT III resulta una pendejada al lado de la que acabo de hacer: Bart Simpson es mujer.
Y también sé que muchos más dirán: este tipo nos acaba de ahorrar 160.000 dólares publicando este artículo. Despacito: una cosa es saber que uno tiene esos bichos y otra cosa muy distinta es saber quitárselos. De esto último sí no tengo ni idea. Y por eso estoy aquí, en la calle Santa Catalina número 7 de Madrid, sede principal de la Iglesia de la Cienciología de España. Mi intención es adentrarme en sus fauces para ver qué averiguo sin pagar un solo euro. Dispongo de dos horas.

II
Me dirigí a la señorita de la recepción y al poco tiempo apareció un ministro que me dijo
-Tú debes ser Rafael.
No. Los cienciólogos no son clarividentes. Lo que pasa es que yo había ejercido mi derecho a "cita previa" por vía telefónica. En dicha llamada le comuniqué al ministro Eduardo que me "pasaría por allá a eso de las cuatro".
-Rafael, lo primero es enterarse bien de qué es la Dianética. Por eso te invito a que leas estos paneles con sumo cuidado. Cuando acabes con mucho gusto responderé a todas tus preguntas.
Los paneles eran tres y estaban suntuosamente afichados en una de las paredes de la galería a la que me condujo el ministro Eduardo. Se los resumo. Nosotros somos cuerpo, mente y thetan. Cuerpo es nuestro vehículo para comunicarnos con el mundo físico. Mente es nuestro vehículo para comunicarnos con el cuerpo. Y thetan somos nosotros.
Abro paréntesis. (Yo tampoco entendí muy bien. Lo de cuerpo y mente: chuleado. Thetan parece algo así como "alma" o "espíritu", pero lo de que somos tres cosas y a la vez una de esas cosas somos nosotros me suena a Santísima Trinidad. Y para explicar un misterio con otro. Pero paciencia: igual estamos en el resumen y las preguntas se las haremos luego al ministro Eduardo). Cierro paréntesis.
Sigo con el resumen. El thetan está condicionado por la mente que es la que le da cuenta del mundo físico. Ahora bien, la mente consta de dos partes: Mente Analítica y Mente Reactiva. Menta Analítica es el control. Mente Reactiva es, adivinaron, el descontrol. Y no se me aburran que esto ahora se pone bueno. Resulta que todas las experiencias desagradables se acumulan en el banco de datos de la mente reactiva. A estos molestos archivos se les denomina "engrams". El punto es que al menor descuido de la mente analítica ¡paf!, los engrams saltan y danzan y escupen bajo diferentes formas: ira, depresión, desidia, estrés, etc. Eso nos hace infelices. La Dianética constituye el método mediante el cual podemos vaciar la mente reactiva. Una vez dominada esta técnica (previo pago de ciertos cursos) alcanzamos el estado denominado "clear", que significa "libre", libre de engrams: mente reactiva vacía.
Aprovechemos que el ministro Eduardo se aproxima para hacerle una preguntica.
- ¿Qué tal Rafael, ya acabaste? ¿Todo claro?
- Gracias, Eduardo, ya acabé pero sí que tengo una preguntica. No entiendo muy bien eso de que somos cuerpo, mente y thetan pero a la vez el thetan somos nosotros.
- ¡Exacto!
- ¿Exacto qué?
- Vamos a ver, tú coge cualquier religión: siempre te dicen "tú tienes un cuerpo, tú tienes un espíritu". Nosotros no. La Cienciología te dice: tú tienes un cuerpo, tu ERES un espíritu.
- Un thetan, le corregí.
- Eso, un thetan. Pasemos ahora a ver lo que es la Cienciología, se apuró a decir el ministro Eduardo.

III
La Cienciología busca como fin último la redención del thetan. En el principio todo era luz y el tethan gobernaba sobre Materia, Energía, Espacio y Tiempo. Hoy hemos perdido esta facultad. Para recuperarla, debemos superar (y pagar), paulatinamente, ocho niveles conducentes al estado OT que significa "Thetan Operativo". En cada nivel OT obtenemos una gran revelación. Ya vimos que en OT III aprendemos la historia de Xenu y los body thetans. A partir de OT IV uno aprende a quitarse esos bichos y, una vez superado OT VIII, podremos gobernar de nuevo sobre Materia, Energía, Espacio y Tiempo. Seremos dioses.
Pero el camino es largo, tortuoso y, sobretodo: caro. Los estimativos más conservadores cifran en 360.000 dólares la redención total del thetan.
Los niveles OT exigen una disciplina de estudio rigurosa, acompañada de una técnica fundamental: La Auditoría. En una auditoría, uno (el auditado) se sienta en una mesa para dos, y en frente tiene a un individuo de un nivel superior (el auditor). En la mesa hay un adminículo electrónico, denominado E-Meter, con dos manoplas metálicas que son agarradas por el auditado. El auditado se formula preguntas a sí mismo y sus pulsaciones psicoelectrónicas se transmiten a través de las manoplas al E-Meter. El E-Meter da su veredicto y el auditor toma nota.
En realidad, lo de la auditoría y el E-Meter es tan apasionante que daría para un artículo completo (incluso algunos de los más acérrimos detractores de este culto, sostienen que esta técnica es tan interesante como efectiva). Digamos de momento que se trata de una especie de psicoterapia y que el E-Meter es un detector de mentiras.
-¿Bueno Rafael, qué tal? ¿Todo claro?
-Hombre sí, el mensaje está claro. Pero quisiera saber algo más sobre la historia de la Cienciología: ¿Quién era exactamente L. Ron Hubbard? ¿Cómo logró todos estos conocimientos?
-¡Exacto! Tenemos un video introductorio que creo resolverá todas tus preguntas.
Tenían el video y era introductorio pero no resolvió ninguna de mis preguntas. En una pequeña sala de cine (unas 35 butacas) sufrí 20 minutos de una sesión de televentas. Me repitieron lo que ya había leído en los paneles. Para rescatar, solo una cosa: los despachos de L. Ron Hubbard. Resulta que en todas las sucursales mundiales de la Cienciología TIENE que haber una oficina reservada a Hubbard.
-¿Qué tal Rafael, cómo te pareció el video?
-Pues hombre, Eduardo, de la historia en sí no decía mucho. Pero me pareció muy bonita la alegoría de la omnipresencia de L. Ron Hubbard. ¿Es verdad eso? ¿Que pese a que Hubbard murió en 1986, en TODAS las sedes de la Cienciología hay un despacho reservado para él?
-¡Claro que sí!
-¿Aquí, por ejemplo?
-Sí. ¿Quieres verlo?
-¡Sin duda!
Tomamos un ascensor que nos condujo a la tercera planta. En el trayecto le pregunté al ministro:
-Eduardo, ¿cuántos seguidores tiene la Cienciología hoy por hoy?
-Hombre, Rafael, es difícil decirlo porque cada día se inscriben cientos de personas.
-Bueno pues, ¿cuántos seguidores tenía ayer?
-Millones, respondió sin inmutarse.
"Millones" es alguna cifra entre 50.000 (estimativo de los críticos de este culto) y ocho millones (estimativo de la propia iglesia).
Cuando llegamos al tercer piso, el ministro Eduardo sacó un manojo de llaves y escogiendo la adecuada abrió una puerta sin titubeos. Ante mis ojos se dibujó en letras grandes la siguiente palabra: ACADEMIA.
-Rafael, entenderás que esta sección está reservada para los iniciados y por lo tanto no puedes acceder a sus dependencias, no obstante te mostraré el despacho de L. Ron Hubbard.
Los "iniciados" son aquellos que estudian algún nivel OT y las dependencias eran tres. Estaban situadas a lo largo de un corredor que conducía al despacho de L. Ron Hubbard. Sus puertas estaban herméticamente selladas y en cada una había un letrerito. El primero decía "Biblioteca", el segundo decía "Salón de Estudios" y el tercero decía "Aseos".
Al final del corredor estaba un pórtico sin puerta. Al lado izquierdo se leía en letras doradas "L. Ron Hubbard". Una cuerda de terciopelo rojo impedía el paso. Era un despacho normal pero elegante: una silla, un escritorio y una biblioteca al fondo.
-¡Magnánimo! atiné a decir y dimos media vuelta.
-Bueno, Rafael, ¿qué has pensado de todo esto? -dijo el ministro Eduardo mientras descendíamos por el ascensor-. A que es lo que buscabas, ¿no?
-Hombre, Eduardo todo es muy interesante pero quisiera leer la letra pequeña...
-¿Dime?
-Primero, cuánto me costará llegar a ser "clear" y, segundo, ¿qué es exactamente lo que voy a aprender en los cursos OT?
-Rafael, para entender los niveles OT primero tienes que ser "clear" y para ser "clear" yo te recomiendo primero este curso introductorio.
El ministro Eduardo se sacó de un bolsillo la brochure de un curso introductorio. Yo lo cogí con desgano y me apuré a decirle:
- O.K., pero la primera pregunta: ¿Cuánto me va a costar?
- Rafael, este curso introductorio es casi gratis, vale 100 euros. Y estoy seguro de que tú ya tomaste la decisión. ¡La Cienciología es lo que buscas! No hay que pensarlo más, Rafael. Créeme. Procedamos a inscribirte.
- No, hombre, que cuánto me va a costar llegar a ser "clear"?
Yo no sé si los entrenan o qué, pero el ministro Eduardo solamente dijo:
-¿Rafael?
Nada más incómodo en la vida que oír el propio nombre entre signos de interrogación y con el tonito que empleó el ministro Eduardo. En ese momento me saltaron todos los putos engrams y un par de body thetans. Busqué inmediatamente la salida.
IV
Cuando llegué jadeante a mi casa me di cuenta de que aún apretaba la brochure del curso introductorio en mi mano. Se llamaba Cómo superar los altibajos en la vida. Planteaba cuatro preguntas fundamentales.
Les comparto mis respuestas:
¿Alguna vez has experimentado el fenómeno de sentirte muy bien y luego sentirte mal posteriormente, sin ninguna razón aparente?
Constantemente. Pero la razón es muy simple: si ahora me siento mal es porque antes me sentía bien.
¿Te has preguntado por la causa de una enfermedad que puede haberte acontecido repentinamente cuando todo parecía ir perfectamente?
No. Siempre consulto a mi médico.
¿A veces te has sentido muy enérgico y después de un rato te has sentido soñoliento, lento, sin vigor y no pudiste comprender qué había sucedido?
Frecuentemente. El fenómeno suele gestarse los viernes en la noche para materializarse los sábados por la mañana. Algunos lo llaman guayabo.
¿A veces te ha afectado mucho el estrés o algunas personas de tu entorno, y no podías ocuparte de estas cosas correctamente y conseguridad?
Nunca. Jamás he asistido a un congreso de Amway.