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10 de septiembre de 2007

Marylis Silva

Si un colombiano y una rumana no se hubieran enamorado bajo la dictadura de Nicolae Ceausescu en Rumania, los clientes del bar Sirocco se habrían perdido de esta mujer que cada fin de semana deslumbra con su belleza.

Marylis Silva nació en Rumania y, léalo bien, habla español, inglés, francés, italiano y rumano. Actualmente combina sus estudios de noveno semestre de Ciencia Política en la Javeriana, con su trabajo como modelo de La Agencia. A sus veintiséis años, la fiesta y el trasnocho poco le importan. Ella prefiere una buena comida y la tranquilidad de una conversación acompañada de un Dirty Martini. Pero un trabajo extra nunca sobra y por eso ha trabajado como hostess del bar Sirocco en Bogotá. Seguramente si usted se ha pegado una pasadita por allá, le debió echar el ojo. Y si no ha ido, seguro que ya tiene un buen pretexto para hacerlo. Su función: darle la bienvenida, acompañarlo hasta su mesa y dejarlo listo para la rumba. Pero le advertimos algo: si usted es de los que le echan los perros y le pide el teléfono siempre a la niña linda que lo atiende en un sitio, con Marylis perdió el año. Está acostumbrada a lidiar con esas situaciones, nunca ha salido con un cliente del bar y tiene muy en claro que ella pone los límites con su personalidad seria y reservada. A eso súmele que tiene novio. Nada que hacer, solo sea amable con ella y gócese su rumba o, mejor, disfrute las fotos que se tomó para SoHo.