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5 de abril de 2004

Modelo no modelo

Cinco actrices en sus duchas

Carolina Sabino, Cristina Umaña, Carolina Acevedo, Isabella Santo Domingo y Marcela Agudelo, aceptaron que carlos duque las acompañara en sus propias duchas para un trabajo de reportería fotográfica único. Regalo de nuestra edición número 50.

 
 

Carolina Acevedo
A pesarde llevar poco tiempo trabajando en televisión, a esta mujer la tenemos bien metida en la cabeza. Primero nos enamoramos de ella (con todo y sus rodillas raspadas) cuando era solo una niña y jugaba fútbol en De pies a cabeza, y después terminó por enloquecernos cuando la vimos más grandecita caminando en bikini por las playas de Cartagena mientras interpretaba a la inocente María Alcalá en Pobre Pablo.
Ahora es esposa del actor Roberto Cano y dentro de sus planes está la posibilidad de irse a Miami para trabajar en un proyecto con Univisión. Por lo pronto la veremos haciendo su primer antagónico en Francisco clase 2004 y si por algún motivo decide irse antes, al menos tendremos estas fotos para no olvidarla nunca.
¿Qué la motivó a hacerlo y cómo se sintió posando?
Me encantó la idea de que Carlos Duque tomara las fotos. Lo admiro inmensamente y cuando me hicieron la propuesta la acepté de inmediato, aunque al principio sentí un poco de miedo, pero Carlos me hizo sentir tan cómoda, que después de un rato andaba completamente tranquila a pesar de no llevar nada puesto.
¿Ahora que es una mujer casada, qué significado tiene para usted el baño?
Siempre ha sido uno de los espacios más importantes de la casa y ahora es un escenario clave para la relación. Ahí dialogo con mi marido, resolvemos problemas, organizamos lo que vamos a hacer durante el día y, por supuesto, ocurren otro tipo de cosas que no son difíciles de imaginar.
A propósito del tema, ¿cuáles son los pros y contras del sexo en la ducha?
A mí la verdad me parece un sitio supremamente incómodo para hacerlo. El agua se enfría, no hay espacio suficiente para moverse. en fin.
¿Y prefiere el agua fría o caliente?
Hirviendo. El agua fría es para las matas.
¿Qué no soporta ver en el baño?
Pelos.
¿Alguna vez ha dejado pasar un día sin bañarse?
No solo uno. Una vez regresando de Israel estuve cinco días sin bañarme. La policía decidió interrogarme por el simple hecho de ser colombiana, perdí mi vuelo y de ahí en adelante pasé de aeropuerto en aeropuerto hasta que finalmente llegué a Colombia sintiéndome un verdadero asco.
¿Cuál ha sido el baño más exótico que se ha dado?
Un baño de luna la noche antes de casarme. Me metieron en una tina con frutas rojas. Luego me cubrieron con flores, me envolvieron en plástico y me metieron en
un turco.

 
 

Isabella Santo Domingo

A esta mujer parece que la hubiera criado Madonna, porque su seguridad y su actitud de diva barren hasta con la más linda de las ‘reinitas‘. Ahí es cuando uno se da cuenta de que la belleza es cuestión de actitud, aunque por supuesto Isabella también cuenta con otro par de factores determinantes: sus ojos verdes y su madurez, por ejemplo. Esto contestó mientras se bañaba.
¿Qué le envidia a la Isabella de hace seis años?
La irresponsabilidad. En vez de casarme me ‘arrejunté‘, en vez de terminar una carrera empecé a trabajar. Todo lo hacía la revés. Ahora me hizo sentar cabeza mi hija Daniela.
¿Y qué detestaba de esa época?
Peor que ser resentida -que nunca he sido ni seré-, era una malagradecida. Era algo así como la cúspide de mi carrera, dirigiendo Shock, con un programa de radio y actuando en Perro Amor. Detestaba en lo que se había convertido mi vida, no tenía tiempo para nada.
¿Qué es lo mejor que tiene la Isabella de hoy?
La serenidad y mucho más tiempo.
¿En materia de sexo, qué tanto ha evolucionado?
Mucho. Ahora soy consciente de que el orgasmo es responsabilidad de uno mismo.
¿En tierra caliente cuántas veces se baña al día?
Dos. Una por la mañana y otra en la playa.
¿Prefiere el agua caliente o el agua fría?
Si hay sexo, toca caliente, ¡no seas cruel! Bueno, se puede tibia: que no queme y que no ‘enfríe‘.
Dígame una frase memorable con la que un hombre la haya ‘despachado‘.
Ni me acuerdo. No me pasa hace mucho. Ahora soy yo la que dice adiós. Ya sé interpretar muy bien las señales y siempre me adelanto y me despido primero.
¿Cree en la monogamia?
Sí, yo soy mujer de un solo hombre. Otra cosa es la coquetería.
¿Con quién quisiera pasar su vejez?
No me importa con quién. Quisiera que para ese entonces ya esté tan llena de mí, que nadie me haga falta.
¿Qué tan cercanas son Alejandra Azcárate y usted?
Somos muy buenas amigas, nunca compinches. Estamos hechas del mismo material.

 
 

Cristina Umaña

A sus 28 años, es una de las pocas actrices que se han dado el lujo de hacer cine, teatro y televisión, y hacerlo todo a la perfección. Hace poco regresó de Nueva York donde estuvo puliendo su actuación y actualmente anda estrenando personaje en la nueva novela de RCN Todos quieren con Marilyn, donde interpreta a una mujer que le teme al sexo. Si no está conforme con ver a esta hermosa mujer en la pantalla del televisor, pronto podrá verla a mayor escala en la película Malamor dirigida por Jorge Echeverri. Eso sí, estamos seguros de que nunca podrá verla en un plan tan íntimo como el que le mostramos en estas páginas.
¿Prefiere la tina o la ducha?
Para mí la tina es básica. Me gusta sentarme a parchar un rato en el agua mientras leo, pienso o me tomo un par de vinos. Además me encanta poner esencias y sales en el agua, y quedarme ahí un buen rato.
¿A quién se llevaría a la ducha?
A Johnny Deep sin pensarlo dos veces.
¿Alguna maña al bañarse?
Me gusta tener matas porque son catalizadores de energía y también me suelo poner música para
relajarme.
¿Qué es lo que más le gusta de hacer el amor en la ducha?
Que aunque en ocasiones es algo incómodo, permite convertir el sexo en un complejo ritual.
¿Lava su ropa interior en el baño?
Claro, desde que tengo doce años. De hecho en este momento tengo unos calzones colgando de la llave.
¿Qué parte del cuerpo suele enjabonarse primero?
La barriga, pero trato de enjabonarme poco porque los jabones acaban con los aceites naturales de la piel.
¿Cuándo fue la última vez que se bañó con sus amigas?
Fue en Cartagena este diciembre pasado, aunque lo hago muy seguido. Nos metemos todas al tiempo y nos ponemos a charlar y a pasar el rato.
¿Alguna vez ha hecho una escena de ducha?
Sí. Recuerdo una de La mujer del presidente en la que estaba completamente desnuda y Robinson Díaz entraba y me veía duchándome.
¿Cómo se sintió mientras hacía estas fotos?
Muy bien. Andaba dichosa empelota.
¿Así que no le tiene miedo a la desnudez?
Para nada. Me encanta la sensación de libertad y de hecho después de bañarme camino por mi casa desnuda sin ningún problema.

 
 

Marcela Agudelo



Hoy, más que nunca y con sus 38 años bien puestos, Tarantino le daría un papel a Marcela Agudelo sin pensarlo dos veces. Es que entra a cualquier parte y el aire se pasma. Mujeres y hombres la miran mientras ella llena hasta la última esquina con su particular energía. ¿Una sonrisa? Una sonrisa de esta argentina que llegó a los quince años a Colombia mata a cualquiera. Ese es como el primer asomo de su sensualidad, que se desborda por completo cuando sus ojos se ríen también. ¡Ay, lo lindo que es saber que debajo de esa piel hay más que silicona!
¿Qué le dice la palabra matrimonio?
A dos, y tuve dos maridos. Aunque por ahí dicen que no hay quinto malo.
¿Cuánto cree que dura el amor?
Hasta que a uno se le olvida por qué se enamoró.
¿En dónde está la sensualidad de una mujer?
En la piel.
¿Con qué personaje le gustaría tomar un baño?
Respuesta automática de mujer: Brad Pitt. Pero alguien más ‘invitable‘ podría ser el ganadero que salía en el Robinson pasado... Agua caliente con humito y tina, preferiblemente.
Usted es muy buena haciendo de argentina, ¿ha incursionado en los acentos de otras partes a la hora del sexo?
Claro, sobre todo en el arte de diferentes lenguas.
¿Alguna vez ha experimentado escenas tipo el principio de Átame en una tina?
No, no.pero buena idea, sería algo como rico, ¿no?
¿Está con alguien en este momento?
Estoy conmigo misma, en una búsqueda personal, pero se admiten candidatos.
¿Qué es lo que más le deberían envidiar las mujeres más jóvenes?
La experiencia, la individualidad y la seguridad.
¿Fácil hacer un desnudo gracias a las dotes histriónicas?
Ni tanto. Es la primera vez que me desnudo del todo -pues, para posar-. Me pareció rico, fue mucho menos angustiante de lo que pensaba. Ya lo puedo chulear: desnudo antes de los cuarenta. Espero que a mi hijo de quince no le dé un infarto.

 
 

Carolina Sabino


Tiene 26 años, pero desde que estaba chiquita aparecía en nuestros televisores. Para nadie es extraña esa voz dulce y medio ronca que además de haber repetido miles de parlamentos novelescos canta un jingle patriótico lleno de sabor, en el comercial de Colombiana. Su belleza seduce porque no es la que nos imponen las revistas de moda (SoHo de primera), sino la que ella ha ido haciendo suya con el tiempo, conociéndose cada día mucho más. No nos fue suficiente que le posara a Carlos Duque desnuda. Tuvimos que hacerle estas preguntas para satisfacer, aunque nunca del todo, nuestra curiosidad.
Un trago que la seduzca.
El dry martini. Solo me puedo tomar dos. El tercero ni lo intento.
¿Si hubiera podido escoger otra profesión, cuál sería?
Bióloga marina, adoro el mar.
¿Qué tipo de sensación le produce el agua?
Sirve para limpiarlo todo y genera un contacto muy íntimo.
¿Le gusta bañarse acompañada?
Si el baño es grande, sí, si no, no. El baño en compañía es para parejas estables.
Pero, ¿cuándo es mejor el sexo: al principio de una relación o cuando ya ha pasado un tiempo y hay más confianza?
Al principio. Los primeros tres meses son maravillosos.
Dígame una canción ideal para cantarle al oído a un amante.
Una de Lenny Kravitz, Ready for love.
¿Usted qué toca?
¿De instrumentos? Guitarra y piano.
Baila muy bien, según cuentan. ¿Le ha hecho striptease a alguien alguna vez?
Es verdad que bailo bien. Y, aunque nunca he hecho striptease, se lo haría feliz a Gary Oldman con You can leave your hat on. Claro que a lo mejor le daría un infarto.
¿Con qué frase le gustaría ser recordada por un hombre?
Con que digan "¡qué mujer!" me basta.

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