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11 de mayo de 2005

La mujer que desnuda al VIP

Ella trabaja en los cuerpos más influyentes del país. Dorina Elainy tiene unas manos perfectas. Nadie sabe moverlas como ella. Hace seis años vive en colombia y quienes van a su consulta privada saben que ella es irrepetible.

Tiene 26 años y más de una especialización en diversas técnicas para el manejo y control del estrés. Dorina Elainy tiene ese "algo" que nos gusta a todos los hombres, no solo en su forma de ser sino en lo físico. Viéndola, uno piensa en lo agradable que sería aprender sus técnicas para darle un masaje a ella misma.
Dorina posee un talento y conocimiento de su profesión, a tal punto que la han llevado a trabajar en los cuerpos de las personas más influyentes del país. De hecho, esta mujer agenda entre su notable lista de pacientes, personajes de la vida pública y del sector privado, responsables en su gran mayoría de mover los hilos económicos, políticos, bursátiles y de opinión, incluyendo además un prestigioso grupo de especialistas de la salud.
A diario, por su consultorio, con toda tranquilidad y discreción, entra un ministro, pasa un columnista, sale un empresario, está lista una diplomática, llega un médico. todos han descubierto que ella es única e irrepetible. En su consulta se ha encargado de crear un ambiente perfecto para que las tensiones de quienes toman las grandes decisiones desaparezcan. Todo se le debe a ella. y a sus manos.

¿Cuánto tiempo lleva ejerciendo su profesión?
Llevo en Colombia más de seis años.
¿Ha trabajado en otro país?
Sí, antes de radicarme en Colombia trabajé en Venezuela, alrededor de dos años, recién egresada.
¿Cómo se convirtió en una profesional tan conocida para los más influyentes pero, a la vez, conservando tanta discreción?
Ellos para mí son como la confesión para los sacerdotes, "secreto absoluto". Además, claro, de mucha paciencia y profesionalismo.
Usted no promociona su trabajo en medios de
comunicación, ni hace publicidad.
Mi publicidad es mi trabajo.
¿A qué se compromete usted con sus clientes?
A darles relajación, bienestar, placer. Para esto, por supuesto, es necesario un ambiente adecuado.
¿Cómo es ese ambiente?
Mi consultorio es un lugar totalmente discreto, un sitio acogedor donde el agua, las velas, las luces suaves y los sonidos relajantes crean el espacio adecuado. Súmele a esto un buen coñac o un whisky. lo demás corre por mi cuenta.
Hablemos del tipo de pacientes que usted atiende.
Sin proponérmelo, hoy tengo el privilegio de tener una lista bien interesante.
Empresarios, políticos, generadores de opinión.
¿en qué porcentajes?
No le digo porcentajes, pero súmele también actores, artistas, médicos, gente del espectáculo. Incluyendo mujeres con cargos de mucha responsabilidad.
¿Cómo se las arregla para tener una clientela tan
envidiable?
Es simple: si atiendes a un empresario o algún otro personaje que llega con el estrés al límite y sale totalmente renovado, él fácilmente correrá la voz entre su familia y sus amigos. Y ellos, cuando lo necesiten, seguramente llegarán a mí.
¿Quién es su cliente más tímido, más prudente?
Hay un personaje especialmente caballeroso, que se mueve muy bien en el campo de los medios y de la política. Un hombre muy especial, muy culto, muy "conservador".
¿Quién es?
Es un prestigioso abogado que perteneció al gabinete del ex presidente Gaviria. Bueno, no más pistas.
¿Trasnochador?
Sí, y madrugador también. Mejor dicho: trabajador.
¿Y el más fogoso?
Está dedicado a la publicidad, tremendamente creativo. Hay una campaña suya actualmente en televisión. Es un hombre de mucha prensa y usa unas corbatas preciosas.
¿Ministros?
Atiendo algunos ex ministros y unos cuantos del actual gabinete.
¿Muy tensos los ministros del presidente Uribe?
Siempre. A veces me llaman un domingo a las diez de la noche y tengo que atenderlos. Ellos trabajan mucho, viven muy estresados.
¿Conversan de política?
De política y de todo, aunque trato de no seguirles la corriente para que se relajen y se olviden de todo por un rato.
¿Qué es lo más osado que le han preguntado?
Por el lado de ellos, que si tienen el pene grande.
¿Le han hecho propuestas indecentes?
Creo que no soy la excepción, aunque en una oportunidad una paciente muy especial me insinuó que si me gustaría tener sexo con ella. Lo curioso es que, mientras la atendía, la estaban esperando su esposo y su hija.
¿Usted diría que la mayoría de sus clientes no tienen una buena relación con sus esposas?
No lo plantearía así, pero es cierto que no siempre las cosas funcionan bien. Pero conmigo se olvidan de los problemas. Esa es la idea.
¿Con quién se siente más cómoda, con políticos, con empresarios, con directores de medios de comunicación?
Con todos y todas, sus actividades diarias se quedan fuera del consultorio, una vez adentro, su mente queda dispuesta a vivir la experiencia más deliciosa y reconfortante del día.
Y ellos, por supuesto, se sienten muy cómodos con usted. Al punto, de que el cuerpo de ellos reacciona a los estímulos. Pero habiendo tanto estrés de por medio, ¿alguna vez le ha pasado que algún hombre no experimente una erección?
Yo creo que la erección es una respuesta natural en este tipo de trabajo; es más, me parecería muy extraño que no se produjera. Una vez pasó, pero más por la presión del oficio de la persona que por cualquier otra cosa.
¿Y se le han dormido?
Tengo un paciente muy señor, superelegante, en ocasiones suele dormirse y me toma del pelo diciéndome que lo estoy engañando, que lo atiendo muy rápido.
¿Qué opina de los hombres metrosexuales?
Me encantan, y entre más maduros son, más interesantes se ven.
¿Se ha enamorado de algún cliente?
Sí.
¿Y?
Nada, enamorarse creo que es una cuestión perfectamente comprensible cuando se trabaja con la sensibilidad, con los sentidos.
¿Recuerda quién fue el primer cliente que se pasó un poco de la raya con usted?
Sí, un abogado que se dedica a la política. Pero dejemos así.
¿Hay algo que le desagrade de sus clientes?
Hasta el momento no, pero ojo con algunas cositas escondidas que se pueden descubrir inesperadamente.
¿Ha atendido parejas?
Sí, pero casi siempre para que la mujer entienda cómo puede brindarle placer a su compañero y, de igual forma, que ella perciba cómo puede recibir una dosis de dulzura y placer por parte de el. Enseño a descubrir el placer para los dos.
¿Existe alguien en especial que le
gustaría atender?
Hay muchos. Me encantaría atender al señor presidente pero, como sé que es muy complicado, con el director de esta revista me sentiría muy agradada.
¿Cuál es la zona más sensible del hombre?
Todas.
¿Es un mito eso de que las mujeres tienen muchas zonas especialmente sensitivas y que los hombres muy pocas?
Es un mito totalmente falso. Hay que explorar y explorar. Le puedo asegurar que he descubierto por lo menos un 50 por ciento más de zonas sensibles en los hombres, y que se desconocían totalmente.
Vamos al tema de las mujeres ¿Tiene en su clientela a mujeres del gobierno?
Sí, hay una especialmente muy amable que trabaja con la primera dama.
¿Alguna de sus clientes le parece
especialmente atractiva?
El simple hecho de ser mujer las hace bellas.
¿Ha tenido sexo con una mujer?
No.
¿Le gustaría?
Me ha pasado por la cabeza.
¿Qué tendría que pasar para que
lo hiciera?
Que la mujer fuera lo suficientemente interesante.
Como lo son algunas de las mujeres que atiende.
Sí, un par de ellas.
Es fácil saber que un hombre está excitado, pero ¿cómo detecta esa excitación en una mujer a la que está tocando?
Cuando estamos disfrutando de bienestar somos sutilmente expresivas, y en el lenguaje de las mujeres lo entendemos muy bien.
Cuando usted atiende a alguien, ¿también su cuerpo experimenta algún grado de excitación?
¡Claro, es completamente comprensible! De hecho, en ocasiones me ha pasado. Y si a eso le suma que a veces centran la mirada más de la cuenta, hasta me hacen sonrojar.
¿Cuál es su zona más sensible, dónde experimenta esa excitación?
En el abdomen.
¿Usted se da masajes a sí misma?
Sí, es maravilloso, consentirme y rozar suavemente mi piel, sobre todo ahí, en el abdomen.
¿Qué usa?
Aceite caliente.
¿El mismo que aplica a sus clientes?
No, con ellos lo uso a temperatura ambiente. El caliente lo reservo para mí. Disfruto muchísimo cuando todos mis sentidos se conectan en ese momento.
Sola, ¿suele llegar al orgasmo?
Sí, creo que todas somos capaces de eso y mucho más.
Enséñenos a darle masaje a una mujer, ¿por dónde empezar?
Lo primero es crear un clima adecuado a través del ambiente; la luz, las velas, música suave, un buen trago, mucha sensibilidad y tener a la mano un excelente aceite.
Recomiéndenos un tipo de aceite.
Hay uno muy bueno, sensual energizante, que al contacto con la piel se calienta. Tiene un olor entre jazmín y sándalo, aromas milenarios en el arte de seducir.
Bueno, comencemos a hacerle el masaje a una mujer.
Recuerde que saber quitar la ropa y adecuar el espacio le pueden ser de mucha ayuda para comenzar. Una vez ella está desnuda, haga que se tienda boca abajo. Inicie frotando sus propias manos para que tomen la temperatura adecuada y eviten el riesgo de dejar a su pareja sentada al momento del primer contacto. Esparza cuidadosamente el aceite por la espalda y de una manera firme pero delicada masajee siempre de manera ascendente, nunca hacia abajo.
Y pasamos a.
Las piernas y la cola, una zona que es clave consentir con movimientos largos y lentos, sin afanes. Desplace sus manos con suavidad. algo de firmeza pero con mucha dulzura y siempre de abajo hacia arriba.
Luego..
Después, ella se pone boca arriba y comienza nuevamente el masaje desde los pies de manera ascendente; y si ha llegado a lugares de mayor intimidad, no olvide que con delicadeza puede obtener la llave de ingreso a zonas de las que ya no podemos seguir contando.
¿Por dónde seguimos?
No pregunte más.. imagíneselo.
¿Es posible dar un masaje mientras se tiene sexo?
Claro que sí y se puede extender el placer por más tiempo.
Finalmente, ¿de quién se dejaría dar un masaje?
De un bajito muy pintoso, pero no puedo decir el nombre.
¿Una pistica?
Si le digo me delato.