27 de diciembre de 2019

Autos

Subasta de viejitos

Como las obras de arte, los autos antiguos aumentan su valor con los años y por eso se afianzan como una de las mejores inversiones. Para la muestra, el reciente remate de Sotheby’s en Estados Unidos, que recaudó más de 15 millones de dólares. Estos son los más caros y emblemáticos.

Por: Revista SoHo
Duesenberg modelo A Sport Phaeton de cuatro pasajeros de Millspaugh & Irish. 1925 | Foto: SOTHEBY’S

La excepcional cita con el pasado fue convocada por el Antique Automovil Club of America (AACA), que realizó su remate de otoño a través de la afamada casa Sotheby’s, en Hershey, Pensilvania. Coleccionistas y aficionados de todo el mundo protagonizaron un auténtico desafío de chequeras para quedarse con alguno de los más de 150 costosos modelos en busca del mejor postor. Como salta a la vista, eran verdaderas joyas sobre ruedas, que se remontaban a los orígenes mismos de la industria e ilustraban muy bien su notable desarrollo, tanto en tecnología como en belleza, a lo largo del siglo XX.

Duesenberg modelo A Sport Phaeton de cuatro pasajeros de Millspaugh & Irish - 1925

215.000 dólares

Frederick Duesenberg, excorredor y fabricante de bicicletas, construyó uno de los autos más representativos de la industria, por ser muy adelantado para su tiempo. Solo se produjeron 500 unidades del vehículo, que debido a su motor de 8 cilindros, frenos hidráulicos y carrocería de aluminio pulido, causó sensación entre el público y la prensa. Fue el más caro de la reciente subasta, por un precio que multiplica por 41 los 5250 dólares que pagó su primer dueño, Alfred Fleisher, al concesionario Creamer de Pensilvania, el 19 de marzo de 1926.

Rockwell Hansom Cab - 1900

120.000 dólares

Esta verdadera rareza fue el primer taxi motorizado que rodó por las calles de Nueva York. En principio, su propulsor fue eléctrico, pero alrededor de 1910, su fabricante, la Bristol Engineering Company, se lo cambió por uno a gasolina enfriado por agua, ubicado debajo del asiento del conductor. El radiador va en el extremo frontal; y la cabina de pasajeros, en la parte trasera.

De Dion-Bouton Tipo E Vis -à- Vis Voiturette - 1900

110.000 dólares

Construida en Francia por De Dion Bouton & Compagnie, conocida también por sus triciclos motorizados, esta máquina reúne muchos elementos de un auto moderno: chasís tubular, frenos de tambor en las ruedas traseras, motor trasero de un cilindro que produce 3 caballos de fuerza, y transmisión de 2 velocidades con embrague y posición neutral. Su nombre en francés, Vis-à-Vis (cara a cara), responde a la posición enfrentada de los pasajeros.

Rauch & Lang JX-6 Autocar eléctrico de control dual - 1916

100.000 dólares

La tecnología eléctrica aplicada a los carros no es original de estos días, como lo prueba este espécimen conocido como el “Cadillac de los autos eléctricos”. Sus creadores, Jacob Rauch y Charles Lang, dominaron ese mercado en particular, con modelos propios o construyéndolos para otras marcas. El JX-6 contaba con dos timones plegables y su completa instrumentación incluía medidor de amperios/hora, amperímetro, voltímetro, velocímetro, reloj e iluminación eléctrica.

Cord L-29 Brougham - 1930

94.000 dólares

Errett Lobban Cord fue el padre de este elegante modelo cuyo precio final en la subasta fue una especie de homenaje a sus cualidades, inusuales en la fecha de su debut. Su chasís largo y bajo era reforzado en equis, al tiempo que su motor, un 8 cilindros, se producía en cinco versiones distintas. De otro lado, la tracción era delantera y los tambores de freno no estaban en las ruedas sino en los extremos internos de los ejes.

White Model F Steam Touring - 1906

87.500 dólares

Con más de 900 kilos de peso, el modelo creado por el fabricante de máquinas de coser de Cleveland, Thomas White, fue en su momento el auto a vapor más avanzado del mercado. Cuenta con una caldera de calentamiento rápido y un condensador para reciclar el vapor de escape; ambos facilitaban su operación y gran autonomía. La carrocería es de latón pulido y sus faros de acetileno le permitían transitar de noche, toda una novedad en esos días.

Franklin Model G Touring - 1907

62.500 dólares

Sus creadores, Herbert Henry Franklin y John Wilkinson, eran fanáticos de la funcionalidad y por eso lo hicieron lo más liviano posible; con un motor enfriado por aire y no por agua; ejes tubulares y resortes flexibles en la suspensión; carrocería de aluminio y marcos de fresno laminado. Fue una avanzada configuración para la época y su rasgo de diseño más notorio es el capó en forma de barril. Devolverle su esplendor implicó 1600 horas de trabajo.

Kearns Model G Roadster - 1910

60.000 dólares

El feliz nuevo propietario de esta belleza adquirió el “Rolls-Royce de ruedas altas”, cuyo creador, Maxwell Kearns, de Beavertown, Pensilvania, solo produjo cien ejemplares. Tiene un inusual motor refrigerado por aire de dos cilindros y dos tiempos, que produce 20 caballos de fuerza, y quedó así de espectacular tras una restauración que demandó 560 horas de labor artesanal.

Holsman No. 5 High-Wheel Runabout - 1904

42.500 dólares

Esta creación de Harry Holsman, de ruedas muy grandes, contaba con transmisión por cuerda, frenos que actuaban directamente sobre las ruedas de acero, dirección a la derecha, un novedoso reflector Rushmore con generador de carburo y capota. No obstante su atractivo, el prototipo marcaría el inicio del fin de su fabricante.

Holsman Model 3 High-Wheel Runabout - 1903

27.000 dólares

Gran ejemplo de los primeros días del automóvil y pionero de los vehículos utilitarios de hoy, este verdadero carruaje sin caballos fue muy popular entre los granjeros de la época, gracias a sus ruedas altas de goma sólida, que le daban capacidad “todoterreno”, y por su resistente cadena de transmisión cubierta de lona.

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