Jhon Milton Rodríguez Rueda de Prensa en el Consejo Nacional Electoral | Foto: Esteban Vega La-Rotta / Publicaciones Semana

Elecciones 2022

La dolorosa razón por la que el candidato John Milton Rodríguez es cristiano y no católico

Por: Ricardo González Duque

Desde una iglesia en Bogotá, el candidato presidencial de los cristianos habla de su difícil infancia en Cali, de un caso de abuso sexual que lo afectó y de otros hechos que le marcaron la vida.

“El pastor Emilio Vásquez Pena acabará con la corrupción, luchará por las libertades y el derecho a la propiedad privada”, se escucha en el último capítulo de El Reino, serie argentina de Netflix que retrata el camino de un pastor cristiano para convertirse en presidente de su país, donde cada día toma más fuerza el voto mezclado con la religión. El equivalente en Colombia es ‘vida, familia y libertad’, la consigna de John Milton Rodríguez, el jefe de una de las iglesias protestantes quien, por lo menos este año, no tiene opciones de ser presidente pero estará en el tarjetón.

Rodríguez viene de una familia humilde de un barrio de invasión de Cali y ese origen junto a varios hechos ocurridos durante su infancia terminaron marcando su vocación como miembro del protestantismo. “En la vida no he conocido nada fácil. Me eduqué con dificultad, tuve hijos con dificultad”, cuenta desde ‘Sin Muros Ministerio Internacional’, una iglesia ubicada en el barrio Rafael Uribe de la localidad de Barrios Unidos de Bogotá, que por estos días ha pasado de ser solamente un lugar de devoción y fe hacia un ser divino a una sede de campaña política terrenal.

Lejos de las comodidades que hoy pueda darle la curul que logró en el Senado fueron sus primeros años de vida en los que le tocó madurar por obligación. “Mis papás eran muy jóvenes, no teníamos recursos, entonces me quedaba al frente de mis hermanitos. Me tocó aprender a hacer de comer desde muy niño -si es que aprendí a hacerlo- también a cambiar pañales y a dar tetero”. Las cosas se complicaron aún más cuando murió Hernando, su papá, cuando él apenas tenía 7 años, lo que incrementó los compromisos que ya tenía con sus hermanos y ahora con su mamá. “Me tocó lidiar con su viudez, ella solo tenía 25 años. Eso implicaba atender su depresión, se metió con el cigarrillo, yo le botaba las cajetillas a diario”, cuenta con algo de nostalgia.

El trabajo en el que empezó también desde muy joven para poder sobrevivir con su familia, le frustró a Rodríguez la posibilidad de seguir adelante como jugador de fútbol del equipo de sus amores, el Deportivo Cali. “Jugaba de 8, de volante, me gustaba defender pero también hacer goles. Fui de las inferiores de la Escuela Sarmiento Angulo”, dice en su entrevista con SoHo. Hablar de Sarmiento Angulo es un lapsus, estaba pensando en el banquero del que no ha obtenido financiación para esta campaña electoral, porque en realidad quería referirse a la escuela de formación que lleva el nombre del empresario vallecaucano Carlos Sarmiento Lora.

El senador y pastor cristiano, John Milton Rodríguez, se le midió a jugar el 'sapito' de SoHo. | Foto: SoHo

Colombia es un país de mayorías católicas, de esa retahíla que les repetían a muchos en las casas y los colegios de antaño: “iglesia católica, apostólica y romana” para distinguir ese cristianismo de alcurnia del otro, el que profesan los protestantes o evangélicos, entre quienes estaba la familia de Rodríguez. Fue un hecho relacionado con su papá el que cambió el destino de los suyos y sobre todo el propio, que lo llevó a convertirse en un pastor cristiano.

“Nunca fui católico. La razón es que mi papá estudió para ser sacerdote en un seminario de Calarcá, Quindío y trataron de abusar sexualmente de él”, empieza explicando Rodríguez a la pregunta obligada de por qué es de una y no de otra vertiente cristiana. “Mi papá la agarró contra la religión, contra Dios, en su juventud fue comunista, se pasó al ateísmo, al nadaísmo, a todas esas cosas”, dice sin dar más detalles. En realidad no fue un tema que lo conociera de viva voz de su padre, sino de su mamá quien se lo contó años después.

En Colombia existen 57 procesos penales contra sacerdotes católicos por casos de abuso sexual hacia menores de edad, que están en seminarios o son monaguillos y de quienes las familias confían el cuidado a los integrantes de la iglesia. La cifra podría ser aún mayor según el periodista Juan Pablo Barrientos, quien documentó estos hechos en sus dos libros y quien calcula que más de 100 curas pudieron violar a niños, niñas y adolescentes en el país, bajo el encubrimiento de la jerarquía católica.

“Mi papá me hablaba de Dios para burlarse de las creencias, aunque no lo hacía por maldad”, sigue contando John Milton Rodríguez, quien paradójicamente terminó teniendo una relación especial con ese Dios. Lo menciona cada que puede, para sí mismo o con sus interlocutores y se encomienda a él para todo. “Mi papá no me contaba cuentos de hadas, pero sí me hablaba de Marx, de defender los derechos, de no dejarse de nadie, pensando que me protegía de la religión, entonces yo nunca fui católico porque me quedé con esa enseñanza suya”, concluye el tema.

A la iglesia, pero la protestante, terminó llegando después por cuenta del matrimonio que tuvo su mamá después de su viudez con su padrastro, Bernabé Acosta; aunque él corrige la palabra y dice que nunca lo llamó así. La relación de ambos y el papel que jugó la iglesia lo definieron: “El matrimonio de los dos se iba a acabar porque estábamos en la ruina, así que entraron en un grupo de oración, fueron a consejería de pareja, ese testimonio de reconciliación de ellos tocó mi corazón y así empecé a conocer a Jesús”.

Según cuenta Rodríguez, ser pastor cristiano en Colombia implica ser víctima de discriminación, aunque por supuesto hay quienes alegan que las posiciones de su iglesia contra el aborto o los matrimonios entre parejas del mismo sexo también pueden ser discriminatorias. Por eso, le sorprende que a quienes llama de la ‘extrema izquierda’ lo juzguen por su religión: “Mi papá, aunque me enseñaba a burlarme de Dios, también me decía que debía respetar a los que creían, nunca meterse con ellos por eso. Un comunista me lo enseñó”, asegura en alusión a los que lo enfrentan en el Congreso.

Jhon Milton Rodríguez Rueda de Prensa en el Consejo Nacional Electoral | Foto: Esteban Vega La-Rotta / Publicaciones Semana

Al igual que el pastor Vásquez Pena de la serie argentina, Rodríguez tiene una familia numerosa. “Cuatro hijos y cinco nietos”, dice. Giselle, Diana y Kelly son las tres mujeres de su familia con Norma Stella y el cuarto fue el hombre de la casa, John Esteban. “Mi esposa me dijo: ‘usted quiere el niño, yo lo conozco y usted quiere el varoncito’. Entonces metimos el gol ahí. Fue un milagro porque le pedimos a Dios de rodillas literalmente y nació un man bonito, como el papá”, relata entre risas.

“La verdad no utilizamos en su momento métodos anticonceptivos, después mi esposa me animó y me llevó a Profamilia para hacerme la vasectomía”, confiesa Rodríguez. “Me mostraron las gráficas, una cosa muy interesante, me llené de valor y…la hice operar a ella”, se vuelve a reír, ahora a carcajadas. “Muy gallina para hacérmela -bromea- No debieron haberme mostrado la gráfica porque me asusté”.

La risotada que saca contando la historia de su vasectomía fallida es, sin embargo, menor a la que le provoca otra pregunta obligada, la del pago del diezmo con datáfono por parte de los fieles de su iglesia. Después de la risa, responde: “Nosotros no cobramos diezmos, la gente ofrenda voluntariamente. El datáfono en el siglo XXI lo usamos por seguridad, por la misma solicitud de los miembros de la iglesia que no querían llevar efectivo”, aunque insiste en que a pesar de la creencia popular, esos aportes son de manera voluntaria.

A propósito de pagos con tarjeta, John Milton Rodríguez muestra su billetera para contar que normalmente carga 300 mil pesos en efectivo, que tiene dos débito y una de crédito, la cual dice tener con el cupo lleno para pagar la campaña presidencial; incluso recién acaba de usarlas para comprar unos pandebonos y unos chocolates para sus invitados en la iglesia. Además, asegura que lleva la billetera sin problema al Congreso porque allá no se le ha perdido: seguramente algunos de sus colegas están más preocupados en robar a lo grande.

Con su historia que va mucho más allá del atril o púlpito de una iglesia cristiana, Rodríguez se va a hacer medir en la primera vuelta del 29M para resolver la duda sobre la verdadera fuerza del voto evangélico en Colombia. Seguramente ahora no se verá ningún potencial. En Argentina, la serie El Reino tendrá una nueva temporada en la que se definirá si el candidato presidencial cristiano gana la elección, mientras que aquí quizá se necesitará de otra temporada electoral, la de 2026, para saber si ese voto atado a las creencias logra ser protagonista. Para hacerlo, Rodríguez tendrá que encomendarse a su Dios.

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