Estilo de vida

Cómo motivarse para ir al gimnasio más seguido

Por: SoHo.co

Si está metido en uno hace rato, pero solo fue a la cita de valoración médica y nunca más volvió es hora de que coja el hábito y le coja el tiro al asunto. Siga leyendo para saber cómo.

Busque un amigo para entrenar

No solo será mucho más entretenida su ida al gimnasio sino que se sentirá comprometido a ir solo por no quedarle mal. Es una presión sana, entre otras, porque pueda que haya días que no tenga ganas de ejercitarse pero su amigo seguro sí anda con el ánimo suficiente para motivarlo a usted también y viceversa. Otro truco que funciona parecido es contratar un entrenador o ir a un gimnasio en el que le descuenten por las clases a las que no vaya; ese compromiso lo va a hacer ir si o si, créanos. (Cuándo el deporte se vuelve una obsesión)

Métase a un gimnasio que le guste

Suena demasiado obvio, pero estar suscrito en un sitio al que no le den ganas de ir lógicamente no ayuda. Si siente que su gimnasio es lleno, sucio, que los equipos son viejos o que el personal que lo ayuda no es lo que está buscando métase a otro, así le toque pagar un poco más. Lo otro que puede hacer es que si un gimnasio convencional (en el que hace cardio, un par de pesas y una que otra clase) no es lo suyo pruebe otro tipo de gimnasios como los que son de TRX, entrenamiento funcional y hasta crossfit.

No se dé tan duro

Ponerse metas ambiciosas y no ver resultados tan rápidos muy seguramente lo van a desmotivar y, por ende, no va a encontrar el sentido de volver. Pero este es el peor error que puede cometer. Por lo general en tres meses es cuando se empieza a notar el ejercicio que ha hecho acompañado de una buena alimentación. Si tira la toalla antes de este tiempo ahí sí que menos va a notar un cambio. Ahora, si su propósito era volverse en Hulk en dos semanas pues lógicamente no lo va a lograr. Está bien que se ponga metas pero que sean alcanzables, por ejemplo: empiece por obligarse a ir tres días a la semana, después a levantar un poco más de peso o trotar 5 kilómetros y así… a medida que vea un progreso le va subiendo a la intensidad del ejercicio y se pone metas más altas. (Los mejores videos de gente haciendo el ridículo en el gimnasio)

Prémiese por ir

Si es de los que de verdad disfruta hacer ejercicio, esto no es para usted. Pero si levantarse de la cama y ponerse una sudadera le cuesta demasiado trabajo, este truco le puede funcionar. La idea es que se premie, por ejemplo, por haber ido tres días a la semana o dos días seguidos… mejor dicho, usted se pone esa meta. Solo si la cumple se puede dar premios como salir una noche de fiesta, comprarse algo o hasta una buena comida. Eso sí, no la vaya a embarrar premiándose con algo que le sabotee lo que ha ganado en el gimnasio, eso significa pegarse una rasca tremenda o comer como si no hubiera un mañana: un par de cervezas o una hamburguesa son suficientes.  

Deje todo listo la noche anterior

Una de las cosas más hartas es que tiene que alistar un montón de cosas: la ropa de ejercicio que se va a poner, la ropa del día, el almuerzo para la oficina, el batido de proteína, en fin… el mejor antídoto para esto es la practicidad pero también la organización. Por ejemplo, si es de los que no madruga a hacer ejercicio por el frío que hace en la mañana (y prefiere mil veces quedarse entre las cobijas que salir a levantar pesas), duerma con ropa de ejercicio. O el domingo deje listas las comidas de la semana o por lo menos algunas cosas listas (como verduras picadas y el pollo ya cocido y desmechado) para que le quite menos tiempo en las mañanas. (El “Netflix” para los amantes del deporte)

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